Cuando hacemos nuestras compras cotidianas solemos optar por los mismos productos que nos han dado resultados previamente. Ya sean alimentos, artículos de limpieza o productos de belleza, generalmente nos inclinamos por nuestras marcas favoritas sin pensarlo demasiado y, de manera automática, las compramos.
Si bien existen muchas categorías de productos, hay cuatro tipos estrechamente relacionados con los hábitos y necesidades de consumo de los compradores. Los tipos de productos se organizan con base en los hábitos de compra de los consumidores, similitudes con otras marcas y rango de precios. Saber en qué categoría se encuentra un producto es esencial a la hora de generar estrategias de marketing eficaces.
Esto se debe a que conocer este factor permite hacerse una idea de la mentalidad de los consumidores a los que se dirige el producto, así como del comportamiento que suelen tener al comparar marcas y optar por una solución específica. Por ejemplo, algunos productos pertenecen a la categoría de «bienes no buscados». Usualmente los compradores no buscan contratar los servicios o comprar los productos de estos negocios.
Por otro lado, los productos que solemos adquirir en tiendas de conveniencia y supermercados son muy visibles y competitivos. Frente a la multiplicidad de productos similares, los compradores suelen comparar precios, calidad y valor con mucho detenimiento. Como puedes ver, estos factores deben considerarse a la hora de clasificar un producto, pues tienen una incidencia en el éxito de venta de los bienes.
Existen cuatro tipos de productos principales enfocados en la experiencia de compra del público de consumidores. Cada uno de estos incluye una diversidad de productos de acuerdo con los hábitos de los compradores, sus precios y algunas características compartidas.
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Clasificación de Productos de Consumo según la Frecuencia de Compra y el Nivel de Implicación
Una de las clasificaciones más utilizadas se basa en la frecuencia de compra y el nivel de implicación del consumidor. Esta clasificación divide los productos en cuatro categorías principales:
- Bienes de Conveniencia (Convenience Goods): Estos son productos de compra frecuente, de bajo precio y mínima implicación del consumidor. Se adquieren con facilidad y sin mucha reflexión.
- Bienes de Conveniencia de Impulso: Se compran espontáneamente, sin planificación previa (ej: chicles, dulces).
- Bienes de Conveniencia de Emergencia: Se compran ante una necesidad urgente (ej: paraguas en un día lluvioso, medicamentos).
- Bienes de Conveniencia de Habitualidad: Se compran regularmente por costumbre (ej: café, leche, cereales).
- Bienes de Compra Comparada (Shopping Goods): Los bienes de compra comparada requieren una mayor implicación del consumidor, ya que se comparan diferentes marcas y precios antes de la compra. Suelen ser más costosos y se compran con menos frecuencia.
- Bienes de Especialidad (Specialty Goods): Estos son productos con características únicas que los consumidores están dispuestos a buscar y comprar, sin importar el precio o la conveniencia. La marca y la lealtad al producto son importantes.
- Bienes no Buscados (Unsought Goods): Estos son productos que los consumidores generalmente no buscan activamente, o de los que no son conscientes de su necesidad hasta que se presenta.
Un claro ejemplo de los productos de conveniencia son los misceláneos que compramos regularmente para mantener nuestras alacenas llenas. Los cereales son productos de consumo especialmente populares entre los niños que se han ganado su atención por medio de estrategias de mercado basadas en la identidad de marca.
Es común que una vez que los consumidores eligen su marca preferida de estos productos de conveniencia seguirán comprando sus productos, a menos que encuentren buenos motivos para cambiar de elección. Para vender eficazmente un producto de conveniencia deberás considerar que mucha gente compra estos bienes por impulso. Situar los productos cerca de la caja de cobro puede elevar la venta de la mercancía, en especial si ofreces una experiencia momentánea satisfactoria o si es atractiva para los niños.
Debido a que muchos de los productos de conveniencia tienen precios bajos, las promociones no suelen ser un factor decisivo a la hora de considerar una marca sobre otra. Muchas personas no estarán dispuestas a cambiar su marca favorita de papel de baño solo para ahorrarse algunos centavos. Sin embargo, para los productos de conveniencia el reconocimiento de marca es un factor determinante.
Por ejemplo, la marca de pan Bimbo, famosa en todo el continente americano, debe gran parte de su éxito a sus extensas campañas de publicidad.
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Estos productos generalmente son más caros que los productos de conveniencia. Sin embargo, tienen un rango muy amplio de precios e incluyen una vasta diversidad.
El mercado automotor es uno de los más competitivos en todo el mundo.
Contrariamente a la compra de conveniencia, que se produce regular y repetidamente, los productos de comparación, como por ejemplo la ropa, se compran por temporada, una vez al año.
Los consumidores no suelen cambiar de coche ni de vivienda repetidamente dado el coste de este tipo de productos. El precio es determinante en este tipo de productos.
Los bienes de convicción son los productos que los compradores buscan de manera autónoma y que, generalmente, son ofrecidos por una sola marca. Un buen ejemplo de este tipo de bienes son los iPhone.
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Es común que los usuarios de la tecnología de Apple mantengan una convicción por seguir consumiendo sus productos y no consideren otras opciones que ofrece el mercado.
Al hablar de productos de convicción, hemos de reconocer que los compradores no buscan alternativas, sino que están convencidos de la calidad del producto que buscan comprar.
Al vender bienes de este tipo no es común crear grandes campañas para convencer a los compradores del valor de los productos. Por el contrario, estas compañías deben innovar constantemente para optimizar sus productos y mejorar las mercancías. Esto asegura que los consumidores se mantengan expectantes y fieles a la marca.
Digamos que son lo opuesto a los productos de convicción, existen algunas mercancías que los compradores no buscan activamente ni tienen el interés en adquirir.
Las personas suelen comprar estos productos solamente cuando es necesario y muchas veces su adquisición está determinada por impulsos producidos por el temor o la previsión.
Por ejemplo, un comprador promedio no acudirá al supermercado a buscar el último modelo de extintores de incendios. Por el contrario, considerará adquirir uno tras una experiencia cercana a un incendio o para prevenir siniestros.
Las organizaciones de la caridad, las compañías aseguradoras o las agencias funerarias son buenos ejemplos de esta categoría.
Clasificación de Productos de Consumo según su Durabilidad y Tangibilidad:
Otra clasificación importante distingue entre bienes duraderos, no duraderos y servicios:
- Bienes Duraderos: Productos que ofrecen un beneficio al consumidor durante un periodo prolongado (ej: coches, electrodomésticos, muebles).
- Bienes No Duraderos: Productos que se consumen rápidamente o que tienen una vida útil corta (ej: alimentos, bebidas, productos de limpieza).
- Servicios: Productos intangibles que se ofrecen a los consumidores (ej: servicios financieros, seguros, atención médica, entretenimiento).
El Producto en el Marketing
Un producto es todo aquello que está a disposición, es decir, en el mercado, para que cualquier usuario lo adquiera con la finalidad de satisfacer una necesidad un deseo.
Anteriormente, se podían distinguir claramente entre un producto y un servicio. Un producto era aquel objeto tangible que se consumía y un servicio era algo intangible que solo se percibía después de recibirlo. Un servicio es algo preparado específicamente para el consumidor de acuerdo con lo que necesite.
Desde el punto de vista del marketing es importante una clasificación que ayude a definir el tipo de promoción que se hará, el precio y el punto de venta.
El Producto en el marketing se refiere a los atributos que el bien tangible proporcionado por la empresa ofrece para los consumidores.
Productos para las Empresas
Los productos para las empresas o productos industriales son aquellos que los negocios utilizarán para la creación de un producto final o en cualquier área de la empresa. Son los productos que forman el activo de la empresa.
Podemos considerar como bienes de capital los equipos industriales necesarios para el proceso de elaboración del producto final y los equipos de otros sectores del negocio. Son los insumos que no tienen que ver directamente con el proceso de producción, pero necesarios para el buen funcionamiento de cualquier negocio.
Consideraciones Adicionales y Complejidades
Esta clasificación no es estática. Un mismo producto puede pertenecer a diferentes categorías dependiendo del contexto y el consumidor. Por ejemplo, un coche puede ser un bien de especialidad para algunos y un bien de compra comparada para otros. Además, la evolución del mercado y el comportamiento del consumidor pueden modificar la clasificación de los productos.
El marketing eficaz requiere una comprensión profunda de estas clasificaciones y su aplicación práctica. La estrategia de marketing debe adaptarse a las características específicas de cada tipo de producto, considerando la frecuencia de compra, el precio, la implicación del consumidor y la naturaleza tangible o intangible del producto. El análisis del ciclo de vida del producto también es crucial para ajustar las estrategias a lo largo del tiempo.
Ahora que sabes en qué categoría encaja tu producto, te recomendamos que investigues y comprendas el comportamiento de tus compradores para inspirarte en tu siguiente campaña de marketing.
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