América Latina y el Caribe (ALC) está atravesando un difícil panorama macroeconómico. En los últimos cinco años, los nueve países evaluados (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Paraguay, Perú y Uruguay) han sufrido importantes transiciones políticas y conmociones socioeconómicas, en particular la pandemia del COVID-19 y el impacto de la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania. Las micro, pequeñas y medianas empresas (PyMEs) se han visto afectadas de forma desproporcionada. Sin embargo, también han surgido como fuerza motriz hacia una recuperación inclusiva, resiliente y sostenible. Las PYMES (Pequeñas y Medianas Empresas) son un pilar fundamental de la economía de América Latina, generando empleo y contribuyendo al desarrollo local. Sin embargo, enfrentan una serie de desafíos que pueden dificultar su crecimiento y sostenibilidad.
El Rol Fundamental de las PyMEs
Las PyMEs han demostrado su papel fundamental en el panorama social y económico de la región. Constituyen el 99,5% de las empresas, y casi nueve de cada diez empresas pertenecen a la categoría de microempresas. Además, las PyMEs contribuyen con aproximadamente el 60% del empleo productivo formal. Estos atributos, en medio de escenarios complejos, han motivado un énfasis aún mayor en posicionar el desarrollo de las PyMEs como una clara prioridad para los responsables de la formulación de políticas en ALC.
Esta edición del Índice de Políticas para PyMEs (SME PI) ilustra la evolución de los marcos de políticas para PyMEs en toda la región de ALC desde 2019 para los siete países que participaron en la primera edición (Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú y Uruguay), y evalúa a Brasil, y Paraguay por primera vez. Ofrece una evaluación a través de ocho dimensiones de política pública, acompañada de descripciones de los desafíos específicos de cada país y proporciona un camino a seguir con recomendaciones. Por primera vez, la evaluación incluye un análisis de las políticas para la digitalización de las PyMEs, que es crucial para fomentar un sector de PyMEs inclusivo, resiliente y sostenible, sobre todo teniendo en cuenta que la pandemia del COVID-19 obligó a muchas empresas a conectarse a Internet por primera vez, experimentando de primera mano el valor de las tecnologías digitales. Junto con una dimensión piloto de economía verde y un enfoque transversal de género.
Desafíos Clave para las PyMEs en América Latina
Sin duda, uno de los problemas más agudos para las PYMES en América Latina es el acceso a financiamiento. No es raro que muchos emprendedores se topen con la frase «no cuento con garantías suficientes» al intentar pedir un préstamo. Esto sucede porque, generalmente, las entidades financieras exigen un historial crediticio sólido y colaterales que muchas veces las PYMES simplemente no tienen. Si piensas en ello, ¿no es un ciclo vicioso? Ahora, pensándolo mejor, hay alternativas que pueden dar un poco de publicidad financiera a los pequeños negocios. Las plataformas de crowdfunding han ganado popularidad en los últimos años. Aunque no todas las industrias son igualmente atractivas para este tipo de financiamiento, muchos emprendedores han encontrado en estas plataformas una vía para lograr sus objetivos.
A medida que avanzamos en esta era digital, la transformación tecnológica parece ser indispensable. Pero, aquí hay un problema: muchas PYMES aún tienen la impresión de que adoptar nuevas tecnologías es un lujo más que una necesidad. Hoy en día, el uso de herramientas como marketing digital, comercio electrónico y gestión de redes sociales se ha vuelto esencial. Imagina que tu negocio tiene una presencia online sólida; eso puede atraer a muchos más clientes que si solo dependen del «boca a boca». Puede sonar obvio, pero capacitarse en el uso de estas herramientas es clave. Aunque algunos piensan: «No tengo tiempo para eso», cada hora invertida en aprender sobre tecnología puede rendir frutos a largo plazo. Sin embargo, aquí está la pregunta: ¿Cómo encontrar los recursos adecuados para esta formación?
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Si hay algo que puede hacer perder la paciencia a un dueño de una PYME, es la burocracia. Muchas veces, el laberinto de trámites y permisos puede convertirse en una pesada carga que limita el crecimiento. Por un lado, es comprensible. Muchos gobiernos quieren asegurarse de que las empresas operen dentro de la ley, pero, por otro lado, el exceso de regulaciones puede desincentivar a los emprendedores. Por ejemplo, imagina una emprendedora que desea abrir una cafetería. Las iniciativas para simplificar estos procesos están en marcha en varios países de la región. Por ejemplo, algunos gobiernos están implementando plataformas digitales para tramitar licencias de manera más eficiente. Aún así, la pregunta clave es: ¿suficiente?
El fenómeno de la informalidad es otro desafío significativo para las PYMES en América Latina. Muchas pequeñas empresas operan sin registrarse formalmente, lo que crea un ecosistema en el que compiten desigualmente. Cuando una empresa opera de manera informal, se enfrenta a varios riesgos, como sanciones o depender de prácticas poco éticas. Pero, ¿qué pasa con los beneficios de estar en la formalidad? Las empresas registradas tienen mayores oportunidades para acceder a financiamiento, contratos gubernamentales y otros beneficios. A lo largo de los años, diferentes gobiernos han tratado de incentivar la formalización de pequeñas empresas, ofreciendo beneficios tributarios o reduciendo trámites. Algunos, incluso, están trabajando en programas que facilitan a los emprendedores dar ese primer paso hacia la formalidad. Pero, ¿son suficientes estas iniciativas?
Sin lugar a dudas, la pandemia de COVID-19 ha sido un vara de juicio para las PYMES en América Latina. Muchas han tenido que adaptarse a un entorno incierto, mientras que otras han enfrentado el cierre. Durante la pandemia, muchas PYMES se lanzaron de lleno en el comercio electrónico. Para algunas, esta fue la salvación; pero, ¿y para otros más pequeños que no podían permitirse este cambio? Se han visto muchas empresas que han ajustado su modelo de negocio, incluso saliendo de su zona de confort y comenzando a ofrecer servicios que nunca antes pensaron. Puede que sea un cambio doloroso, pero también ha servido como una oportunidad para innovar y explorar nuevas avenidas de ingresos. Pensemos en ello como una oportunidad para reinventarse.
Al contrario de lo que en principio se podría suponer, en América Latina el emprendimiento, medido según el número de empresas per cápita, es muy activo, de manera que el porcentaje de emprendedores respecto a la población es superior al de otros países y regiones comparables. Sin embargo, las empresas creadas en la región suelen ser más pequeñas en número de empleados que en otras regiones con niveles similares de desarrollo y el proceso de crecimiento no compensa la brecha inicial en el empleo. Además, su ciclo de vida es inferior al de las pymes de otras regiones. De hecho, solamente el 45% de las mipymes latinoamericanas sobreviven más de dos años, frente al 80% de las europeas.
Las pymes exportadoras en América Latina son aún escasas en relación a su potencial y a las posibilidades económicas de sus países de origen. Las empresas que entran en los mercados de exportación deberían ser más numerosas y aprovechar mejor los servicios de promoción comercial para estimular su actividad exportadora. Por otro lado, las exportaciones se centran sobre todo en sectores relacionados con los recursos naturales y las materias primas. Otra característica es la elevada concentración de las exportaciones en pocas empresas.
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La internacionalización de las pymes es un aspecto crucial para el crecimiento y la diversificación productiva de América Latina. Las políticas de apoyo para fomentar el acceso a nuevos mercados por parte de los gobiernos de la región son fundamentales. Además de tener impactos positivos sobre el empleo y la productividad, contribuyen a impulsar la presencia exterior de las empresas de menor tamaño, facilitando de este modo su inserción en las cadenas globales de valor.
La escasez de innovación es uno de los puntos débiles de las pequeñas y medianas empresas de América Latina. A este respecto, existe una notable brecha de innovación entre los países latinoamericanos y los de otras regiones. Esta brecha no solo se observa en el ámbito de la I+D y las patentes, sino también en la innovación de productos y procesos, y es común tanto a las grandes empresas como a las de menor tamaño. Aunque muchas empresas de la región realizan algún tipo de innovación, su intensidad suele ser escasa o inadecuada para estimular la productividad. Además, el sector privado participa poco en la inversión en I+D.
Estimular la innovación es esencial para garantizar el futuro de las mipymes de América Latina en un contexto económico como el actual marcado por el cambio tecnológico. Quedarse atrás en la adaptación al proceso de digitalización y la incorporación de las nuevas tecnologías disruptivas supondría una seria amenaza para el futuro de las mipymes de la región.
La mejora del nivel de formación y capacitación de los trabajadores es asimismo uno de los grandes desafíos de las mipymes latinoamericanas, puesto que se observa un notable desajuste entre la formación que ofrece el sistema educativo y las competencias que demanda el sector productivo.
Las dificultades para acceder a la financiación, junto con la burocracia son otros de los inconvenientes que deben superar las pymes latinoamericanas para afianzar su crecimiento. Las entidades financieras no facilitan lo suficiente el acceso a créditos que las pymes precisan para afrontar la expansión de sus negocios. Por otra parte, en general, la creación de empresas es un proceso lento que requiere numerosos, complejos y costosos trámites que retrasan emprender un negocio.
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En la última edición del informe "Doing Business" que publica el Banco Mundial, los países de América Latina y el Caribe reflejan un mejor desempeño en áreas como la obtención de electricidad y obtención de crédito para abrir un negocio. Sin embargo, los resultados son inferiores en áreas como el pago de impuestos, registro de propiedad y apertura de una empresa.
Navegando la Incertidumbre Económica
La inestabilidad económica de muchos países latinoamericanos provoca que los precios se disparen, lo que dificulta aún más la planificación a largo plazo. Las PYMES deben estar preparadas para adaptarse rápidamente y, en muchas ocasiones, esto significa ajustar sus precios o modificar sus ofertas sin previo aviso. Una estrategia que algunas PYMES adoptan es diversificar su línea de productos o servicios. De esta manera, si un sector experimenta una baja, pueden compensar las pérdidas con otra área que esté en crecimiento.
La Burocracia como Obstáculo
A veces, parece que las reglas se hacen para complicar las cosas más que para ayudar. En muchos países de América Latina, las leyes y regulaciones pueden ser un verdadero dolor de cabeza para las PYMES. Algunas PYMES han encontrado formas ingeniosas de lidiar con la burocracia. Por ejemplo, formar asociaciones con otras empresas puede ayudar a compartir conocimientos y recursos, y así facilitar el cumplimiento de las regulaciones. Muchos emprendedores también están recurriendo a la digitalización para simplificar las operaciones. Sin embargo, no todos los dueños de PYMES tienen acceso a la tecnología necesaria. Este es un gran recordatorio de que aún existe una brecha digital entre las distintas empresas.
Innovación y Talento
En un mercado tan competitivo, la innovación es clave para la supervivencia. Sin embargo, muchas PYMES se enfrentan a la limitación de recursos que dificulta este proceso. La falta de personal capacitado y de inversión para investigación y desarrollo son factores que juegan en contra. Muchos piensan que innovar implica usar la última tecnología, pero en realidad puede significar mejorar procesos existentes o implementar nuevas formas de atención al cliente. Por ejemplo, varias PYMES han adoptado prácticas sostenibles como una manera de destacar frente a la competencia. Además, la colaboración en red también juega un papel vital. Las PYMES que se unen a programas de incubadoras o aceleradoras suelen encontrar recursos y conexiones que, de otro modo, serían inalcanzables.
Contar con un buen equipo es fundamental para cualquier negocio, y las PYMES no son la excepción. Sin embargo, en muchas ocasiones se enfrentan a la dificultad de atraer y retener talento debido a que no pueden ofrecer salarios competitivos. La cultura empresarial es un gran atractivo. Muchas PYMES se enfocan en crear un ambiente de trabajo positivo y abierto que no solo fomente la creatividad, sino que también haga a los empleados sentir que son parte de algo más grande. Capacitar al personal es otra estrategia clave. Invertir en el desarrollo profesional de los empleados no solo mejora la productividad, sino que también puede hacer que se sientan valorados.
La Digitalización como Herramienta Vital
Si bien muchas PYMES enfrentan el reto de la falta de recursos tecnológicos, cada vez más están comenzando a reconocer que, sin tecnología, no hay futuro. Desde el comercio electrónico hasta las redes sociales, la digitalización se ha convertido en una herramienta vital. Muchas empresas pequeñas están aprovechando las plataformas digitales para llegar a más clientes y mejorar sus procesos de venta. Por supuesto, las redes sociales también permiten una comunicación directa con los consumidores, lo que ayuda a construir relaciones más cercanas. Un post bien hecho puede ser la diferencia entre una venta y una oportunidad perdida. Sin embargo, el camino hacia la digitalización puede ser complicado, ya que no todos los emprendedores tienen las habilidades necesarias. Por suerte, cada vez hay más recursos y cursos online que facilitan este aprendizaje.
El Pacto Verde Europeo y las Oportunidades para las PyMEs Latinoamericanas
Europa es, sin duda, uno de los mercados más atractivos y dinámicos a nivel mundial, con un poder adquisitivo considerable, una población diversa y una economía sólida. Para las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) de América Latina, el continente europeo representa no solo un mercado prometedor, sino también una plataforma de crecimiento y expansión global. El Pacto Verde Europeo, lanzado en 2019, es la iniciativa clave de la Unión Europea (UE) para abordar los desafíos del cambio climático y promover un desarrollo sostenible. Este pacto tiene como objetivo transformar la economía europea en una más limpia, eficiente en el uso de recursos y competitiva a nivel global. Para las PyMEs de América Latina, esto implica que el acceso al mercado europeo ahora está condicionado a criterios ambientales rigurosos.
Europa demanda cada vez más productos que cumplan con altos estándares de sostenibilidad. Las PYMEs latinoamericanas, especialmente aquellas que operan en sectores como la agricultura, la alimentación, y la moda, pueden destacar si ofrecen productos ecológicos, orgánicos o de comercio justo. El Pacto Verde Europeo impulsa la transición hacia una economía circular, donde los productos se diseñan para ser reutilizados, reparados y reciclados. Las PYMEs latinoamericanas que integren principios de economía circular en sus procesos de producción podrán acceder a nuevos nichos de mercado en Europa. El sector tecnológico y de energías renovables ofrece inmensas oportunidades. Las PYMEs de América Latina que desarrollan tecnologías limpias, soluciones de energía renovable, o productos que mejoren la eficiencia energética pueden encontrar un mercado receptivo en Europa.
Es fundamental que las PYMEs inviertan en la capacitación de su personal en temas de sostenibilidad y economía circular. El Pacto Verde Europeo redefine las reglas del juego para acceder al mercado europeo, pero también abre un abanico de oportunidades para las PyMEs de América Latina que estén dispuestas a innovar y adaptarse. Al adoptar prácticas sostenibles, integrar principios de economía circular y aprovechar las oportunidades de colaboración internacional, las PYMEs latinoamericanas pueden no solo entrar al mercado europeo, sino también posicionarse como líderes en sostenibilidad a nivel global.
Recomendaciones Clave para Políticas Públicas
Aunque en los capítulos siguientes se detallan los retos específicos de cada país y las recomendaciones de políticas, algunas recomendaciones clave aplicables en general a la región de ALC son las siguientes:
- Reforzar el marco institucional de las políticas para las PyMEs: Teniendo en cuenta las perturbaciones causadas por la pandemia del COVID-19, así como las incertidumbres políticas y económicas.
- Poner en marcha estrategias integrales de reforma normativa: Establecer objetivos claros para reducir las cargas administrativas.
- Reforzar los marcos de monitoreo y evaluación: Facilitar la elaboración de políticas públicas basadas en evidencias.
- Mejorar la oferta de productos y servicios financieros: Reforzar las Estrategias Nacionales de Educación Financiera (ENEF) de los países mediante la participación de las PyMEs.
- Promover la digitalización de las PyMEs: A través de estrategias digitales nacionales mejoradas con planes de implementación bien definidos, haciendo hincapié en el desarrollo de políticas de banda ancha centradas en las PyMEs para abordar retos específicos.
- Aprovechar las ventajas de la integración regional y mundial para las PyMEs: Introducir iniciativas de búsqueda de socios para fomentar vínculos más fuertes entre las PyMEs y las grandes empresas.
- Mejorar los esfuerzos para cerrar las brechas de género: Crear las condiciones y oportunidades necesarias para el desarrollo y crecimiento de las PyMEs dirigidas por mujeres o propiedad de mujeres.
- Alinear las políticas de apoyo a las PyMEs con los objetivos nacionales de descarbonización y economía verde: En toda la región, las políticas medioambientales rara vez tienen en cuenta las necesidades específicas de las PyMEs, y los incentivos financieros para iniciativas medioambientales son escasos.
Tabla Resumen de Desafíos y Oportunidades
| Desafío | Oportunidad |
|---|---|
| Acceso limitado a financiamiento | Plataformas de crowdfunding, microfinanciamiento |
| Burocracia y regulaciones complejas | Digitalización de trámites, asociaciones empresariales |
| Informalidad | Incentivos a la formalización, beneficios tributarios |
| Brecha digital | Capacitación en tecnologías, acceso a recursos online |
| Falta de innovación | Colaboración en red, prácticas sostenibles |
| Retención de talento | Cultura empresarial positiva, capacitación del personal |
| Pacto Verde Europeo | Exportación de productos sostenibles, economía circular |
Las PYMES en América Latina tienen un panorama complejo por delante, pero a pesar de los desafíos, hay oportunidades esperando ser aprovechadas. La resiliencia y la creatividad de los emprendedores son factores clave que pueden marcar la diferencia. ¿Qué esperas para contribuir al crecimiento de la economía local? ¡Quizás es hora de hacer networking o simplemente buscar ese curso sobre innovación o marketing digital que siempre has querido hacer!