¿Qué es el Liderazgo Ético? Definición y Características

En el ámbito empresarial y organizacional, el liderazgo ético se ha convertido en un tema de vital importancia. Los líderes éticos son aquellos que toman decisiones basadas en valores y principios sólidos, que promueven el bienestar de sus equipos y contribuyen al desarrollo sostenible de la sociedad en general.

El liderazgo ético se refiere a la capacidad de los líderes para tomar decisiones que sean moralmente correctas y estén en línea con los valores y principios fundamentales. Estos líderes se esfuerzan por actuar de manera justa, honesta y transparente, considerando el impacto de sus acciones en los demás y en el entorno.

El diccionario de la Real Academia Española (RAE) define la palabra ética como el “conjunto de normas morales que rigen la conducta de la persona en cualquier ámbito de la vida”. Si aplicamos este concepto al mundo de los negocios, estaríamos hablando de liderazgo ético. Líderes que tienen claramente identificados los aspectos que no son negociables a la hora de manejar equipos, dirigir el trabajo y construir relaciones con los grupos de interés, y que demuestran una clara coherencia entre lo que dicen y lo que hacen.

Siguiendo con lo anterior, podemos decir que esta clase de líder es el que hace crecer los negocios de manera exponencial y sostenible, y crea sociedades más justas, siendo un ejemplo de comportamiento ético, pues actúa bajo una serie de principios más allá de los puramente personales y económicos. Así, con esa autoridad moral, logra ser un referente, no solo para los empleados, sino para todos los grupos de interés de su organización: empresas, clientes, proveedores, accionistas y sociedad.

De una manera más gráfica, y entre los valores inherentes a esta forma de liderazgo, podemos señalar que un líder ético sería aquel coherente que abandera con el ejemplo los valores de la entidad a la que representa. O aquel que no se mide solo por lo que pueda sumar a nivel individual, sino por ser capaz también de obtener e impulsar lo mejor de sus equipos. En suma, un liderazgo humanista: más empático, con escucha activa, flexible, abierto a la innovación y al cambio, que contribuya a lograr una empresa, una sociedad y un mundo mejor.

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Valores y Principios en la Toma de Decisiones Éticas

Como definición general podemos establecer que una conducta ética es aquella que se basa en una serie de valores, como la equidad y la justicia, teniendo presentes las necesidades y derechos de los demás. La conducta ética tiene un sentido de obligación hacia los demás y hacia la sociedad y sus normas.

Los líderes éticos toman decisiones y conducen a sus equipos éticamente. La única manera de conseguirlo es siendo consistente en su forma de tratar a los demás en sus interacciones diarias, en sus manifestaciones y en lo todo lo que hace.

En su parte más invisible, el líder ético trabaja sus valores y principios, preparándose para cuando tenga que tomar decisiones éticamente difíciles. De esta manera, encuentra la forma de minimizar los daños al tener que tomar una decisión dura moralmente, en la que ha de decidir entre dos situaciones malas.

Debemos conectar con nuestros valores y principios más profundos y examinar cómo pensamos, decidimos y nos comportamos como organización.

1. Honestidad y Transparencia

Un líder ético se caracteriza por ser honesto y transparente en todas sus interacciones. Esto implica proporcionar información precisa, comunicarse abiertamente y admitir errores cuando sea necesario.

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2. Justicia y Equidad

El líder ético se esfuerza por tomar decisiones justas y equitativas, considerando los derechos y necesidades de todas las partes involucradas.

3. Respeto y Empatía

El líder ético muestra respeto y empatía hacia los demás, reconociendo su dignidad y valor como seres humanos. Se escucha activamente a los miembros del equipo, se valora su opinión y se consideran sus perspectivas al tomar decisiones.

4. Responsabilidad Social

El líder ético se preocupa por el impacto de sus decisiones y acciones en la sociedad y el medio ambiente. Considera las consecuencias a largo plazo y busca soluciones que sean socialmente responsables y sostenibles.

Características del Liderazgo Ético

  • Ambición ética.
  • Confianza.
  • Anticipación e innovación.
  • Ejemplaridad. Es la conducta que puede conducir a otros a la imitación.
  • Comunicación y transparencia.
  • Pensamiento crítico.
  • Curiosidad y creatividad. Son especialmente relevantes porque de momento no son replicables todavía al cien por cien por la Inteligencia Artificial.
  • Templanza. Se trata de actuar con moderación.

Implementación del Liderazgo Ético en la Empresa

En una sociedad cada vez más horizontal, las empresas deben implementar fórmulas de escucha y de cogobernanza, de decisiones compartidas con la plantilla. De este modo, se generan entornos y relaciones positivas, y un mayor compromiso y lealtad de los equipos.

En el plano externo, cada vez son más los consumidores que premian o favorecen a aquellas marcas que respetan el medioambiente, se preocupan de aspectos sociales o cuidan a sus trabajadores.

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El rasgo más importante del liderazgo ético es la capacidad de detenernos un momento, alejarnos del ajetreo diario y pensar. Establecer qué es lo correcto no es una tarea sencilla. ¿Es éticamente correcto lo mismo ahora que hace veinte años?, ¿o de aquí a cinco?

El líder ético facilita flujos de información multidireccional con sus equipos, superiores jerárquicos, etc. para poder aumentar la competencia de los mismos y mejorar sus habilidades.

El líder ético es inclusivo: utiliza la diversidad de razas, culturas, etc. de manera creativa, valorando y enseñando a valorar, las tradiciones y opiniones de los demás.

Aún asumiendo la responsabilidad final sobre los resultados, la toma de decisiones no se hace desde el poder sino desde la colaboración.

Estrategias Clave para un Liderazgo Ético

  1. El liderazgo ético es, de forma sencilla y clara, un liderazgo basado en valores. Y estos deben verse totalmente reflejados en la visión organizacional. Para ello, como líder debes preguntarte en primer lugar qué es lo que realmente importa para ti. ¿Continúas atesorando los valores con los que fuiste criado o estos se han modificado a lo largo del tiempo? Toma en consideración los cambios del contexto y, también, el entorno empresarial. Analiza qué valores se alinean totalmente con tus pensamientos y tu forma de actuar. Los principios del liderazgo moral deberían contribuir a alcanzar la misión del negocio. De hecho, si deseas que realmente impulsen el éxito, tendrías que ser capaz de demostrar cómo adherirse a ellos aportará beneficios para la empresa. Ahora bien, imponer valores resulta una misión imposible. El proceso de captación de personal por parte del Departamento de Recursos Humanos debería centrarse también en este aspecto, más allá de la experiencia y el conocimiento. De este modo, contribuirás a una mayor unión dentro de la organización, además de asegurar un alineamiento total entre los valores y la cultura empresarial.
  2. En el marco del liderazgo basado en valores, la integración de la ética en los negocios va más allá de un acto puntual: es un compromiso constante, una manera de ver el mundo y de interactuar con él. No se trata de plantear en un documento los principios del liderazgo moral y olvidarse de ellos, sino de trabajar día a día, de manera ardua, para que los valores se vivan dentro de la organización. Los líderes éticos cuidan que cada acción se alinee con los valores organizacionales. Así, es fácil comprender que la toma de decisiones éticas en el liderazgo puede ser exigente. Por ejemplo, supón que tus empleados señalan que el producto que estás a punto de lanzar no respeta al 100 % el valor de “sustentabilidad”. Para que el modelo triunfe, es imprescindible la revisión y la evaluación del impacto de cada decisión, por pequeña que sea, no solo a nivel del éxito del negocio, sino, y principalmente, de cara a la construcción de una cultura empresarial ética de la cual tanto tú como líder, como tu plantilla, podáis enorgulleceros. Esta forma de trabajar moldea la reputación de la compañía y repercute en la percepción del público, tanto interno como externo. De hecho, los especialistas en ética empresarial sostienen que debería fomentarse la inclusión del personal en la toma de decisiones para fortalecer el compromiso ético.
  3. Muchas de las estrategias de liderazgo ético están interrelacionadas entre sí. Este es el caso de la transparencia y la comunicación con la integración de la ética en los negocios. Los líderes éticos no solo promueven la toma de decisiones éticas a lo largo de la organización, sino que también reconocen la importancia de compartir información clara y accesible con todos los niveles de la empresa. Esta transparencia fortalece la confianza y el compromiso del equipo. Pero eso no es todo. La transparencia se cimienta de la mano de la comunicación. Los líderes se aseguran de que toda la plantilla conozca exactamente la visión, los objetivos y los valores del negocio, el rumbo a seguir y cómo se espera que lo hagan. Plantear las expectativas y las responsabilidades desde un principio rebaja el nivel de estrés y le permite a cada trabajador desempeñarse de manera más eficiente y productiva. Para ello, es esencial crear un espacio de comunicación bidireccional, donde no solo se reciban mensajes de la cúpula directiva, sino también sea posible brindar retroalimentación. La cohesión entre los valores de liderazgo y la cultura empresarial fomentan un ambiente de apertura. Las opiniones, las preocupaciones y las sugerencias son bien recibidas porque permiten tomar decisiones más informadas y éticas.
  4. Una de las claves de la implementación del liderazgo ético en la empresa es empoderar a los trabajadores para que asuman la responsabilidad de sus acciones y, de esta manera, contribuyan a la construcción de una cultura empresarial ética. Para ello, deberías fomentar la autonomía diaria. Olvida la microgestión y confía en el criterio de tus empleados. Bríndales la confianza que necesitan para desarrollarse y sentirse parte activa de la toma de decisiones éticas en el liderazgo. Por supuesto, para que la alineación entre los valores y los objetivos sea realmente palpable, establece expectativas sobre comportamientos y responsabilidades. Ahora bien, no solo es importante que cada profesional se responsabilice de sus actos, también deberías abogar por un entorno en el que cada equipo de trabajo colabore para que las metas se alcancen respondiendo a los estándares éticos de la empresa. Posiblemente, necesites reconocer y recompensar los comportamientos éticos, mientras que quienes lleven a cabo acciones no éticas deberían enfrentarse a las consecuencias.
  5. El mercado cambia con voraz rapidez y, en este entorno, tomar decisiones ágiles se vuelve una capacidad vital para los líderes. Sin embargo, dicha necesidad de respuesta inmediata puede hacer que los valores organizacionales se tambaleen. Un liderazgo ético debería ser capaz de mantenerse firme, sin importar los desafíos a los que se enfrentase. Para ello, la respuesta es simple: capacitación regular que no se limite a la teoría; por el contrario, debería centrarse en la práctica. La aplicación de los valores a la toma de decisiones éticas en el liderazgo puede abordarse a través de escenarios simulados, discusiones, lluvias de ideas y estudios de casos. La capacitación ética también cumple un rol vital para la plantilla porque la ética va más allá de cumplir con las normas. Es una forma de actuar que repercute en el día a día de la empresa y en la propia cultura organizacional. Por lo tanto, los empleados tendrían que recibir formación teórica y práctica. Deberían obtener herramientas que les permitieran navegar diversos conflictos éticos de manera exitosa, siempre respetando los valores organizacionales. Estas sesiones deberían llevarse a cabo de forma regular, ya que continuamente surgen nuevos desafíos.
  6. En todo ámbito, se aconseja que el líder sea un verdadero modelo a seguir. Dar el ejemplo es la máxima que se comparte una y otra vez en cada libro de gurús sobre liderazgo ético, pero, ¿cómo se aplica en la vida real? En primer lugar, debes mantener los ojos abiertos y atentos al entorno para, así, reconocer de manera proactiva los desafíos éticos que el propio mercado te planteará. Tómate un minuto antes de decidir y analiza en profundidad si la conclusión a la que has llegado no se desvía de los valores empresariales. Enfréntate con valentía y sinceridad a todo aquello que el día te presente. Esfuérzate por comprender las complejidades éticas que rodean cada decisión y acción. Ve más allá de las apariencias y considera todas las perspectivas involucradas. Y si te equivocas, no dudes en reconocerlo. Admitir un error no es un acto de vulnerabilidad, sino de humildad. Sienta el precedente para los demás trabajadores.
  7. En la búsqueda del equilibrio entre los valores y los objetivos empresariales, la responsabilidad social corporativa (RSC) se presenta como un pilar fundamental del liderazgo ético. Lejos de las antiguas prácticas filantrópicas que se ejecutaban de manera esporádica en el pasado, esta tendencia tiene como finalidad contribuir de manera positiva y constante a la sociedad y al medio ambiente. Para implementar acciones de responsabilidad social corporativa de forma exitosa, tienes que alinear los valores de la empresa con las preocupaciones de la sociedad. Identifica áreas en común y piensa cómo tu negocio puede contribuir de alguna manera. Puedes poner en práctica programas comunitarios o de sostenibilidad ambiental, políticas inclusivas, prácticas laborales responsables o la transparencia financiera, entre otras posibilidades. Al incorporar la RSC como parte esencial de tu liderazgo ético en la empresa, favoreces una buena reputación, impactas positivamente en la lealtad del cliente y atraes talento.

Beneficios del Liderazgo Ético

Los beneficios de adoptar el liderazgo ético en la gestión son múltiples. La honestidad establece la base para la confianza, esencial para la satisfacción y la retención del personal. El respeto fortalece las relaciones laborales y cohesiona al equipo, y la integridad garantiza la alineación de los valores y las decisiones. La justicia, al asegurar un trato equitativo y un acceso igualitario a oportunidades, crea una cultura organizacional propicia para el desarrollo individual y colectivo.

Como ves, equilibrar los valores con los objetivos empresariales y tenerlos constantemente presentes en el proceso de toma de decisiones de liderazgo es vital. Esta armonización no solo consolida un ambiente ético, sino que también genera ventajas invaluables, como la retención del talento o el fortalecimiento de las relaciones internas. En última instancia, este enfoque no es únicamente una elección ética, sino una estrategia inteligente para el éxito a largo plazo de cualquier organización.

El liderazgo ético impacta en la cultura de la empresa y el desempeño de los empleados de manera positiva porque crea un entorno donde los empleados se sienten valorados y comprometidos. Esto se traduce en un buen clima laboral, cimentado en el respeto mutuo, así como en mayor lealtad, motivación y productividad.

El liderazgo ético, más que un concepto de moda, se ha convertido en una herramienta crucial para impulsar la sostenibilidad en las organizaciones. En un mundo donde las decisiones empresariales pueden tener un impacto significativo en el entorno y la sociedad, adoptar principios éticos en la gestión no solo es recomendable, sino necesario.

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