San José: Santo Patrono de los Emprendedores y su Relevancia en el Mundo Empresarial

La figura de San José‚ esposo de María y padre adoptivo de Jesús‚ trasciende la simple veneración religiosa para convertirse en un poderoso símbolo para muchos emprendedores modernos. Esta asociación‚ a primera vista quizás inesperada‚ se basa en una profunda lectura de su vida y en la proyección de sus cualidades sobre los desafíos inherentes al mundo empresarial.

Lecciones de la Vida de San José para Emprendedores

Analicemos‚ desde una perspectiva particular‚ algunos episodios de la vida de San José y cómo resuenan en la experiencia del emprendimiento:

El Oficio de Carpintero: La Base del Emprendimiento

San José era carpintero‚ un oficio manual que requería habilidad‚ dedicación y esfuerzo. Esto nos recuerda la importancia de la formación y la experiencia práctica en cualquier emprendimiento. No se trata solo de una idea brillante‚ sino de la capacidad de convertir esa idea en algo tangible‚ de construir paso a paso el camino hacia el éxito. La perseverancia‚ la atención al detalle y la maestría en una habilidad son cualidades esenciales‚ tanto para un carpintero como para un emprendedor.

El Viaje a Belén: Superación de Obstáculos

El viaje a Belén fue un reto‚ lleno de dificultades y obstáculos. Representa la resiliencia que todo emprendedor necesita. Las dificultades económicas‚ los problemas burocráticos‚ la competencia feroz: todos ellos son "viajes a Belén" en el mundo empresarial. San José demostró la capacidad de afrontar adversidades‚ de mantener la fe en su objetivo a pesar de las circunstancias.

La Paternidad Adoptiva: La Responsabilidad y el Liderazgo

La paternidad de San José no fue biológica‚ pero su responsabilidad y compromiso fueron totales. Esto refleja la importancia del liderazgo y la responsabilidad en un emprendimiento. Se trata de guiar a un equipo‚ tomar decisiones difíciles‚ asumir riesgos y‚ sobre todo‚ de cuidar el proyecto como si fuera propio. La capacidad de formar un equipo sólido‚ delegar tareas y motivar a los colaboradores son aspectos cruciales‚ al igual que la visión a largo plazo.

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La Huida a Egipto: Adaptabilidad e Innovación

La huida a Egipto demuestra la capacidad de adaptación e innovación. Ante una amenaza‚ San José no se quedó pasivo; buscó una solución creativa para proteger a su familia. En el mundo empresarial‚ la innovación y la capacidad de adaptarse al mercado cambiante son fundamentales para la supervivencia. La inteligencia para identificar nuevas oportunidades‚ la flexibilidad para cambiar de rumbo y la valentía para tomar decisiones audaces son cruciales para el éxito.

El Silencio de San José: La Importancia de la Escucha

San José es a menudo descrito como un hombre silencioso y observador. Esto resalta la importancia de la escucha activa en el emprendimiento. Escuchar a los clientes‚ a los empleados‚ al mercado‚ permite identificar necesidades‚ comprender las tendencias y tomar decisiones informadas. La capacidad de procesar información‚ analizar datos y tomar decisiones estratégicas basadas en evidencia es esencial.

Principios Empresariales Encarnados por San José

Ahora‚ desde una perspectiva más general‚ podemos extraer los principios empresariales que encarna San José:

Planificación Estratégica: La Visión a Largo Plazo

Aunque no se describe explícitamente en la Biblia‚ podemos inferir una planificación estratégica en las acciones de San José. Su decisión de viajar a Belén‚ su huida a Egipto y su posterior regreso a Nazareth reflejan un proceso de toma de decisiones con una visión a largo plazo‚ aunque las circunstancias fueran adversas.

Gestión de Riesgos: La Capacidad de Anticipar y Reaccionar

El riesgo era inherente a cada una de las decisiones de San José. Su viaje‚ su residencia en un país extranjero‚ la posibilidad de ser perseguidos; todo esto implicaba un análisis de riesgos y una estrategia para mitigarlos. Esto es fundamental en el mundo empresarial donde la gestión de riesgos es clave para el éxito.

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Liderazgo Servicial: El Enfoque en el Bien Común

El liderazgo de San José se caracteriza por un enfoque en el bien común‚ en la protección de su familia. En la empresa‚ un liderazgo servicial‚ que prioriza las necesidades de los empleados y los clientes‚ puede generar mayor lealtad y éxito a largo plazo. La empatía‚ la comunicación efectiva y la creación de un entorno de trabajo positivo son cruciales.

Ética y Responsabilidad Social: La Integridad como Pilar Fundamental

La integridad y la ética de San José son indiscutibles. En el mundo empresarial‚ la ética y la responsabilidad social son cada vez más importantes‚ no solo por razones morales‚ sino también por la construcción de una buena reputación y la atracción de inversores y clientes.

Otros Santos Patronos de Emprendedores

Además de San José, existen otros santos que son considerados patronos de los emprendedores, cada uno con sus propias razones y atributos que los hacen relevantes en el mundo de los negocios:

  • Santa Teresa de Jesús: Patrona de los agentes de la propiedad inmobiliaria. Durante su vida, tuvo una intensa actividad dedicada a la fundación de monasterios y conventos, necesitando personas de confianza para localizar los inmuebles.
  • San Maximiliano Kolbe: Innovadores polacos han lanzado una iniciativa para proclamar a San Maximiliano Kolbe como el santo patrón de los empresarios. Su vida ascética no solo no le impidió utilizar los logros más recientes de la teoría de los negocios y de la tecnología, sino que además fue para él una inspiración y un incentivo para predicar incansablemente el Evangelio a través de todos los medios disponibles, tanto en las palabras como en la acción.

La Fundación Maimona y su Apoyo al Emprendimiento

La Fundación Maimona participa de una u otra manera, recordar la Caja Social, liderada por un grupo de voluntarios y apoyada por muchos pequeños inversores. Otro proyecto muy interesante es el llamado mBA, que es un curso para enseñar a personas sin formación empresarial a crear su propio negocio y que está funcionando muy bien. También me parece muy interesante la mentoría que hacen profesionales cualificados de nuestro entorno a jóvenes santeños que quieren montar su propia empresa. Ya han sido muchos emprendedores los que se han beneficiado de esta colaboración con la Fundación YBS.

Merece la pena mencionar también la convocatoria de ayudas a proyectos innovadores de asociaciones y colectivos (damos entre 10.000 y 15.000 EU al año a unos 12-15 proyectos cada año), y los microcréditos de Youth Business Spain a emprendedores (hemos dado 12 con un promedio de 5.000 EU de importe).

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Para precisar un poco más, el plan estratégico fundamenta sus actividades en torno a varios grupos de interés, uno es el de los jóvenes, desde los niños hasta gente que está buscando ya su proyecto vital. El plan estratégico dispone de varias actuaciones a desarrollar en los próximos años para trabajar por todos ellos. Por supuesto, para todo contamos con el apoyo del ayuntamiento y estamos coordinados con ellos para trabajar conjuntamente en estos objetivos comunes.

Contamos también con una relación muy fluida con las asociaciones locales de todo tipo, así como con organizaciones especialmente relevantes como el Instituto y la Cooperativa, que forman parte de nuestro consejo Social Permanente.

Con un gran mensaje de esperanza, porque la Fundación Maimona sigue trabajando para que tengamos un pueblo cada día mejor. Para terminar, me gustaría invitar a todos a que conozcan mejor a su Fundación, que se entren en nuestra nueva web, que nos sigan en las redes sociales, que vengan a vernos, que se hagan voluntarios, en definitiva, que nos ayuden a ayudar.

Emprendedor vs. Empresario

Según el Diccionario de la Real Academia Española, se define como emprendedor, aquella persona “que emprende con resolución acciones dificultosas o azarosas”. Pese a que ambos conceptos contienen importantes diferencias, el mal uso del lenguaje y ciertos prejuicios ideológicos, han hecho que, actualmente, ambos conceptos se empleen de forma simultánea y como si de sinónimos se tratasen. Pues bien, por aquello de llevar la contraria, quisiera insistir en la necesidad de separar ambos conceptos y marcar las oportunas diferencias.

Que el pensamiento único está ganando la batalla se demuestra en que muchos empresarios han caído en la trampa terminológica de abandonar dicho concepto y aceptar que son meros “emprendedores”, sencillamente, porque entienden que este último término es más aceptado socialmente, conlleva resonancias positivas y genera una menor controversia.

Si buscamos sinónimos de “emprendedor”, encontraremos que los términos de referencia son: activo, atrevido, audaz, decidido, resuelto, etc. Es decir, estamos definiendo a personas de acción, gente que está dispuesta a sacrificar tiempo y dedicar esfuerzos en pos de una tarea, ni que decir tiene, que el término nos lleva a pensar en “aventureros”, modernos Dr. Jones que ponen una ilusión desbordada en un fin concreto.

Ahora bien, el concepto “emprendedor” tiene un punto clave en su definición: es la persona que emprende, empieza, es decir, quien enciende la llama. En efecto, a falta de nuevos territorios por explorar, misterios que resolver y demás enigmas que descubrir, en el mundo posmoderno de los negocios, como subespecie particular, surgen una multiplicidad ingente de seres que, partiendo de una idea original o singular, tratan de ganar fama y dinero de la forma más rápida posible.

No obstante, salvo honrosas excepciones, muchos de estos “emprendedores” padecen el mal de la actual posmodernidad: la insustancialidad y la fugacidad del éxito, lo que debilita las bases y fundamentos de la prosperidad de los individuos y las sociedades. En efecto, la gran mayoría de los proyectos o “aventuras empresariales” están basados en la consecución rápida y acelerada de la necesaria notoriedad para conseguir el fin último del “aventurero”: fama y dinero.

Por el contrario, el concepto de “empresario” nos remite a términos como “propietario, titular, capitalista, productor”, aparte de vocablos peyorativos como “amo, patrono, explotador, etc.”. Dejemos de lado matices ideológicos, pues lo que, aquí interesa es que ateniéndonos a la definición literal, definamos quién es “empresario”. Como veis, el concepto no está ligado al tamaño ni al sector.

Asimismo, en mi intento de dar un concepto objetivo de “empresario”, como puede verse, tanto quedan fuera de dicho término personas (o personajes) que su papel se limita a tener una posición muy significada en empresas de gran magnitud (los Aliertas, Galanes, González y demás) como una gran parte de los autodenominados “emprendedores”. Y es que, una de las grandes diferencias entre el “empresario” y un “emprendedor”, es que para el primero, su “aventura empresarial”, su negocio individual o su empresa, es un fin en sí mismo, es su criatura y es parte de sí mismo.

En estos momentos de crisis profunda, de desasosiego, de falta de esperanza, etc. creo que lo que nuestra sociedad, nuestro país y territorio, necesita son “empresarios”: personas que estén dispuestas a liderar proyectos con permanencia en el tiempo y con la debida asunción de las responsabilidades. Al contrario, este post pretende ser una reivindicación de los (buenos) “empresarios”, en su sentido pleno del término, pues cualquier sociedad que quiera ser próspera necesita de un colectivo importante y abundante de personas que estén dispuestas a liderar de forma sostenida en el tiempo, independiente y responsable una multiplicidad de organizaciones e instituciones, denominadas empresas.

El (buen) “empresario” deviene en un gran freno y contrapeso a cualquier tiranía o ambición desmesurada de poder pues se rebela ante cualquier intromisión e injerencia.

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