Tipos de Liderazgo en un Grupo

Todos conocemos a una o varias personas que parecen haber nacido con un don especial, el de saber dirigir, organizar, mandar, ordenar, innovar, motivar o encaminar las acciones de los demás. Seguro que cada uno de nosotros nos hemos encontrado con una o varias personas como estas a lo largo de nuestra vida o, incluso, quizás nosotros mismos seamos una de ellas. Podríamos hablar de decenas de funciones que conformarían distintos tipos de liderazgo, sin embargo será más sencillo repasar las características de cada uno.

Las actitudes de los distintos tipos de liderazgo se apoyan en varios pilares que podemos identificar fácilmente. Por ejemplo, en el desarrollo de unas buenas habilidades sociales, la capacidad de empatizar sin que esto cause daño a los objetivos últimos que persigue el grupo, la intuición que acierte a la hora de elegir de manera rápida y eficaz aquellos aspectos que son relevantes frente a los distractores, etc.

Incluso, para hacer esta breve introducción hemos dejado de lado una certeza que a la hora de profundizar no podemos obviar: una persona que es una buena líder para un grupo -que tiene una determinadas características y objetivos- no tiene por qué serlo para otro. Un ejemplo fantástico de esto no lo ofrecen los deportes colectivos.

La palabra liderazgo en psicología está ligada a un nombre y a un experimento: el realizado por Kurt Lewin en el contexto de la Segunda Guerra Mundial. Actualmente, desgraciadamente no contamos con una única clasificación de estilos de liderazgo. Así, vamos a describir una de las más prácticas y reconocidas por la psicología de grupos.

5 Tipos de Liderazgo

Dicha clasificación diferencia cinco tipos de liderazgo, dos más de los establecidos inicialmente por Kurt Lewin.

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1. Liderazgo Delegativo (Laissez-faire)

Hablamos del líder invisible o que permite hacer cuando se ejerce un liderazgo delegativo. Es una especie de gestor cuyo cometido es distribuir las tareas. Es especialmente efectivo en aquellos grupos formados por personas muy capacitadas y motivadas que solamente están esperando que alguien les facilite la dirección que han de seguir.

O sea, este tipo de líder es el que procura que las directrices sirvan de enlace o vía de comunicación con el resto de los miembros del grupo. El peligro del líder delegativo viene generado por situaciones en las que sea necesaria su actuación y no intervenga. Otro de los peligros de este tipo de liderazgo es el de la relajación. Cuando un líder sólo delega, en ocasiones, algún que otro trabajador puede relajarse y dejar de hacer correctamente su tarea.

Como afirman Escandon-Barbosa y Hurtado-Ayala (2016), “es importante tener presente que demasiada libertad otorgada al empleado puede conducir a bajos niveles de desempeño, dado que es importante contar con un ente de control que evalúe la productividad de los empleados y el impacto de sus decisiones sobre la empresa”.

Estamos ante un líder que de pecar, peca por defecto, y por lo tanto, es fácil que un elemento desestabilizador haga que todo se le vaya de las manos. Un ejemplo de líder delegativo podría ser Gandalf en esta escena.

2. Liderazgo Autocrático

A diferencia del líder anterior, el líder autocrático es un líder intervencionista. El canal de este líder es unidireccional, ya que solamente dice pero no escucha al grupo que dirige. El líder autocrático suele albergar un sentimiento de superioridad frente a las personas que dirige, una contaminación que puede hacer mucho más peligrosa la alerta descrita anteriormente. Un ejemplo de líder autocrático en la historia es Margaret Tatcher.

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Según Carbó y Pérez (1996), los aspectos negativos de este tipo de liderazgo son varios. Uno de estos aspectos es la existencia de una relación difícil entre los miembros del grupo. Los individuos se muestran muy egocéntricos y existe un grado considerable de sumisión al líder. Los autores afirman que “el rendimiento colectivo aumenta en un primer momento pero a la larga va disminuyendo como consecuencia de la creciente frustración y las reacciones defensivas que se producen”.

3. Liderazgo Democrático

Como bien habrás intuido, tiene mucho que ver con la justificación de muchos sistemas políticos occidentales. El líder democrático trata de potenciar al máximo la bidireccionalidad comunicativa. Dirigiendo, pero sin olvidar la importancia de ser sensible ante el feedback que le aporte el grupo ante sus decisiones. refleja con expresiones con las que se refieren al colectivo, y no al individuo“. En cuanto a los resultados “son inferiores a los alcanzados bajo el liderazgo autoritario, aun así, el trabajo que se desempeña muestra una mayor originalidad, que podemos atribuir a la posibilidad de expresar ideas libremente y fomentar la creatividad“.

Es un buen líder para grupos preparados pero que no cuenten con demasiada motivación. El hecho de sentirse escuchados puede ser el mejor remedio para este déficit, incrementado así sensiblemente su interés, tanto por los procedimientos como por los objetivos. Un ejemplo de líder democrático en la historia es Nelson Mandela.

4. Liderazgo Transaccional

El liderazgo transaccional se encuentra enfocado a los objetivos. El líder adquiere el papel de guardián de la motivación del grupo. El peligro de este tipo de liderazgo reside en aquello que rodea al objetivo, como el ambiente dentro del propio grupo, que muchas veces queda dañado por la competitividad frente a estas recompensas de las que hablamos (ascensos, vacaciones, flexibilidad, etc.). Un ejemplo de liderazgo transaccional es el de los entrenadores de fútbol.

5. Liderazgo Transformacional

El liderazgo transformacional tiene líder centrado en la motivación del grupo, pero desde la tarea. Su intención es que el grupo logre los objetivos, sí, pero sin menospreciar otros objetivos. Estos fines laterales pueden ser muy distintos y variados: la adquisición de competencias de los miembros del grupo, el clima que se genere dentro del grupo, el cuidado del entorno, etc.

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Este tipo de líder es especialmente bueno cuando tiene que dirigir a un grupo que no tiene un alto grado de conocimiento ni motivación y sobre el que la presión por alcanzar unos objetivos principales no es alta. Un ejemplo de liderazgo carismático es John. F. Kennedy.

Como vemos, los tipos de liderazgo planteados desde la investigación en psicología de los grupos constituyen perfiles muy definitivos.

Nuestro presente está marcado por la digitalización y en este contexto las organizaciones necesitan líderes VUCA. En la segunda mitad del siglo XX, el ejercito estadounidense acuñó este acrónimo (Volatilidad, Incertidumbre, Complejidad, Ambigüedad) para reflejar un escenario caracterizado por la inestabilidad. Y ese es el escenario, un entorno complejo marcado por una oleada de cambios surgidos de la revolución digital y la irrupción de los millennials, en el que hoy se mueven las empresas. La figura del líder en la historia ha evolucionado desde los líderes que basaban su poder en la fuerza hasta las formas más racionales de liderazgo actuales, como el mencionado VUCA. El liderazgo, por tanto, ha ido adaptándose a las necesidades de la época. Ahora, la figura del líder es la de un gestor que ocupa su puesto gracias a su carisma o experiencia, que promueve una comunicación horizontal, que tiene en cuenta la opinión de su equipo y se preocupa por su bienestar y que, al tiempo, trata de minimizar el impacto de sus decisiones sobre el planeta.

Gestionar equipos es una tarea compleja que requiere de un liderazgo que esté a la altura. Ahora bien, no todo tipo de liderazgo para gestionar equipos es igual. De hecho esa es la razón por la que desde EUNCET queremos ofrecerte 5 visiones distintas sobre el liderazgo empresarial. La mayor o menor fortuna a la hora de aplicar una u otra una empresa depende en gran parte de la naturaleza de esta. Es por eso que te recomendamos seguir leyendo para conocer más sobre este punto.

En efecto, no todos los líderes utilizan las mismas técnicas para llevar adelante sus tareas. Jeff Bezos no es Mark Zuckerberg, ni mucho menos Amancio Ortega. De esta forma, un estilo de liderazgo define el modus operandi de los diferentes tipos de líder. A continuación, los diferentes estilos de liderazgo empresarial más utilizados en la actualidad para liderar y motivar equipos en las organizaciones.

Tabla Resumen de Tipos de Liderazgo

Tipo de Liderazgo Características Principales Ventajas Desventajas
Delegativo (Laissez-faire) Líder "invisible", delega tareas Efectivo en grupos capacitados y motivados Puede generar relajación y falta de intervención
Autocrático Intervencionista, comunicación unidireccional Decisiones rápidas Puede generar frustración y baja motivación
Democrático Fomenta la participación y la comunicación bidireccional Mayor originalidad y creatividad Puede ser más lento en la toma de decisiones
Transaccional Enfocado en objetivos y recompensas Motivación a través de incentivos Puede dañar el ambiente del grupo por la competitividad
Transformacional Centrado en la motivación y el desarrollo del grupo Fomenta la adquisición de competencias y el cuidado del entorno Requiere un grupo con cierta autonomía y capacidad de aprendizaje

El liderazgo es la capacidad de una persona para guiar a otras hacia objetivos comunes. Hay varios tipos de liderazgo, pero hay que tener claro que no son incompatibles entre sí. El liderazgo autocrático también se identifica como “liderazgo autoritario”. El término “laissez-faire” viene del francés y significa “dejar hacer”. Es aquél que prioriza las necesidades del equipo por encima de las suyas propias. Un liderazgo situacional es altamente versátil, pero puede reflejar una falta de personalidad si no se posiciona bien en determinadas situaciones. Un liderazgo autocrático es necesario en algunos casos en los que no se llega a un acuerdo y hace falta seguir avanzando.

Cada empresa debe conocer los tipos de liderazgo que existen y elegir el más adecuado. El liderazgo es la habilidad de un jefe para influir en su equipo y gestionarlo. Su objetivo ha de ser maximizar los beneficios y alcanzar los objetivos marcados. Un buen o mal liderazgo tendrá su reflejo directo en el rendimiento de la compañía. Una forma de dirigir a los empleados es positiva cuando se amolda a los ideales y a la filosofía del grupo. Por el contrario, un liderazgo es negativo cuando dificulta conseguir los objetivos fijados por la empresa.

Igualmente, dentro de la jerarquía empresarial pueden convivir distintos tipos de liderazgo. La combinación de varias formas de dirigir una empresa puede ser la clave para maximizar la productividad. Cada tipo de líder tiene sus ventajas y sus inconvenientes.

El liderazgo situacional es una poderosa herramienta para la gestión de personas y se trata de un tipo de liderazgo que consiste en conocer las necesidades, la preparación y las capacidades de cada miembro del equipo con la finalidad de saber adaptar el estilo de liderazgo a cada situación. Se conoce como liderazgo estratégico al proceso de elaborar una serie de pautas eficaces que ayudan a una organización a conseguir un objetivo preestablecido. En este tipo de liderazgo es muy importante que los equipos expresen las necesidades de la organización en el contexto de sus propias labores. El líder no solo alienta al resto de las personas de su organización, sino que también recibe la inspiración necesaria para crear e implementar una visión compartida.

Se busca la participación de todos los empleados en la toma de decisiones. El diálogo es constante entre todos los miembros del grupo de trabajo. No obstante, la decisión final la tomará el jefe. Los empleados se sienten involucrados con la compañía, lo que aumenta su compromiso y productividad. Sin embargo, contar con gran variedad de opiniones puede frenar la toma de decisiones, por lo que el jefe democrático es más lento para alcanzar objetivos.

Este tipo de liderazgo se basa en transacciones entre los altos cargos y el resto de la plantilla. Los trabajadores reciben algún tipo de premio como compensación por alcanzar un objetivo. En este caso, las recompensas o incentivos que reciben los trabajadores se traducen en mayor motivación. Así, tanto empleados como directivos se benefician de que los empleados realicen sus tareas correctamente. El líder transaccional es racional y útil para dirigir una compañía en momentos de estabilidad. Sin embargo, supone mayores costes en incentivos económicos.

El líder transformacional se centra en el capital humano. Para él, la transformación de una empresa solo puede llegar a través de los empleados. Por ello, mantiene una comunicación constante con su grupo para contrastar ideas y definir estrategias compartidas. Este tipo de jefes sabe motivar a su equipo e inspirarlo. No obstante, este tipo de liderazgo se centra en cualidades intangibles (ideas, valores…); en definitiva, incide sobre todo en el ambiente laboral.

El líder laissez faire confía en sus empleados y les deja cumplir con su puesto con una mínima intervención. Se basa en la idea de que los trabajadores experimentados incrementan su productividad con menor supervisión. Por ello, para los empleados supone más autonomía, y eso les hace sentirse valorados y motivados. No obstante, no todos los trabajadores son igualmente productivos sin supervisión. Tampoco es una forma útil de liderar a empleados con poca experiencia. En este caso, es indispensable conocer los rasgos de la plantilla para determinar si el laissez faire es el tipo de liderazgo más adecuado.

El liderazgo autocrático concentra todo el poder en un solo directivo y no deja espacio a las opiniones de los subordinados. En este caso, la jerarquía es rígida y la comunicación es unidireccional. Este tipo de líder puede resultar útil cuando se deben tomar decisiones rápidas. Solo el jefe decide qué hacer, lo que reduce mucho la cadena de mando. El estilo autocrático cada vez se utiliza menos en las empresas modernas. Ahora, las empresas buscan empleados comprometidos y leales, pues son más productivos.

En definitiva un buen liderazgo empresarial mejora los resultados de la empresa, crea un ambiente laboral favorable e incrementa la participación de los empleados y mejora la confianza y fiabilidad en la organización. No obstante, cada grupo de trabajo y cada situación económica responderán mejor ante un tipo de liderazgo. Los responsables de la corporación deben ajustar el modo de gestión de sus directivos para dar con el más adecuado en cada momento.

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