En el mundo del fútbol, Cristiano Ronaldo es un ícono indiscutible. Su destreza deportiva y su trayectoria llena de éxitos lo han convertido en una figura legendaria. Pero más allá de su talento futbolístico, Ronaldo destaca por su liderazgo, tanto dentro como fuera de la cancha.
Características Clave del Liderazgo de Cristiano Ronaldo
Motivación y Autoconfianza
La clave del liderazgo de Ronaldo radica en su profunda motivación intrínseca. Su incansable búsqueda de la superación personal lo impulsa a establecer metas cada vez más desafiantes.
Disciplina y Trabajo Duro
El éxito de Ronaldo no es producto del azar, sino de una férrea disciplina y un compromiso inquebrantable con el trabajo duro.
Resiliencia y Capacidad de Superación
A lo largo de su carrera, Ronaldo ha enfrentado diversos obstáculos y críticas. Sin embargo, su capacidad de resiliencia y su enfoque en los objetivos le han permitido superar adversidades y alcanzar el éxito.
Espíritu de Equipo y Colaboración
A pesar de su individualismo dentro del campo, Ronaldo reconoce la importancia del trabajo en equipo para lograr el éxito colectivo.
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Cristiano Ronaldo y la Comunicación No Verbal
‘Es el proceso de comunicación mediante el envío y recepción de mensajes sin palabras, es decir, mediante indicios, gestos y signos’. Así se define la comunicación no verbal. Un Clásico que presencian millones de personas siempre es examinado con lupa. En esta ocasión sucederá lo mismo. Todos los jugadores serán observados, pero con especial atención Cristiano Ronaldo y Messi. Sobre todo el primero, cuyos gestos -muchos en los últimos tiempos- son debatidos para tratar de descifrar su significado. En el Camp Nou, en uno de los partidos más calientes que se disputan en el planeta, cualquier comportamiento no verbal será objeto de un sinfín de comentarios y un buen puñado de artículos.
Juan Lázaro, presidente de la Asociación de Expertos en Comunicación No Verbal (AECNV), explica algunas claves en este campo y ante un Barcelona-Real Madrid en el que será analizado hasta en el más mínimo detalle. “El análisis de la comunicación no verbal es importante, porque nos muestra cómo se sienten las personas, sus actitudes, sus preocupaciones, su sufrimiento y otros procesos cognitivos”, comienza diciendo Juan Lázaro en charla con El Confidencial. Y subraya que “interpretando correctamente la conducta humana, se puede vislumbrar lo que se les pasa por la cabeza. En el deporte la comunicación no verbal es bastante evidente, porque en la competición las emociones se intensifican y se manifiestan más claramente. Es muy útil analizarlas para comprender el estado emocional de cada jugador en todo momento y así, desde su club, poder intervenir, ofreciéndole el apoyo necesario o reforzando los estados emocionales positivos”.
“En el campo, Cristiano Ronaldo muestra un lenguaje no verbal dominante, agresivo y autoritario”, dice centrado en la figura del portugués, y deja claro que “la emoción que más ha mostrado siempre Cristiano Ronaldo es rabia, incluso después de meter un gol, frunce el ceño y grita, lo cual es típico de la ira. También aprieta a menudo los labios con fuerza, otro gesto típico del enfado”. Lázaro recuerda que “a veces, cuando marca un gol, se señala a sí mismo insistentemente, resaltando que ha sido él quien ha marcado, lo cual es indicador de necesidad de notoriedad. Aunque sabe que es uno de los mejores jugadores del mundo, necesita serlo en cada partido y de hecho cuando no lo es, no lo encaja nada bien. Muestra expresiones de rabia y abatimiento cuando falla o cuando pierde su equipo”.
“Otra cosa que hace con frecuencia es dirigirse hacia la afición contraria con gestos desafiantes. En otras ocasiones, pone sus brazos en jarra, lo que muestra una actitud dominante”, apunta.
La imagen del ‘macho alfa’
Este experto en descifrar gestos también recalca que “cuando Cristiano hace un sprint hacia un balón imposible, a veces su cara muestra sufrimiento debido al esfuerzo y a pesar de ello sigue corriendo a toda velocidad. Esto muestra que da el 100% de sí mismo en el campo”. Por ello, considera que “todo este comportamiento va más allá de ser un jugador muy competitivo. Vive cada partido como si fuese una batalla, en la que él es un héroe del que se esperan grandes hazañas. Esa presión que se autoimpone con tanta rigidez le hace esforzarse al máximo, pero no gestiona bien los malos momentos”. Y significa que “sus gestos son bastante agresivos. En algunas ocasiones hace un gesto, como si diese un puñetazo al aire, cuando algo sale mal. Ese gesto es una descarga física de su enfado. El hecho de que sean negativos o positivos, depende de a dónde le conduzcan. Si no pierde el control, llegando a amenazar o a agredir, esa rabia puede servirle para darlo todo. Pero si no consigue controlarla, entonces esos gestos pueden derivar en gestos de amenaza, lo cual ya se sale de los límites del juego limpio. Dependerá de su autocontrol”.
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Pregunta obligada llegado a este punto: ¿su imagen se deteriora con esto gestos? “Esto es bastante subjetivo y dependerá totalmente de los gustos de quien opine”, dice Lázaro, que afirma que “para mucha gente, la imagen del ‘macho alfa’, agresivo y dominante, es un claro símbolo de liderazgo, por lo que la asocian con una buena imagen. Sin embargo, para otros su comportamiento es indicador de prepotencia, porque lo que entienden por buena imagen es la humildad. Esto no es algo científico y objetivo, sino que depende de los gustos de cada uno. En todo caso, podrían calificarse como claramente negativos los gestos agresivos que hace mirando a alguien en concreto, porque son gestos desafiantes y la agresividad interpersonal excede, como decíamos, los límites de la deportividad”.
Messi, un jugador sin ira
Tiene claro que para evitar esos gestos desafiantes es básico “un entrenamiento en el control de las emociones negativas y potenciación de las positivas es su mejor opción, con el fin de mejorar el manejo de las situaciones adversas. Lo que en psicología se denomina la terapia racional-emotiva, que ayuda al desarrollo de la inteligencia emocional”. Y no duda al añadir que “Cristiano necesitaría asesoramiento si quisiese cambiar su forma de gestionar las crisis emocionales y no pudiese por sí mismo. Quizá prefiera seguir así, o quizá no, eso depende de él”.
Este lenguaje puede ser visto de diferentes maneras por sus compañeros porque, comenta el psicólogo, “son muchos y muy diferentes. Como decíamos antes, puede que a algunos les parezca que tiene carácter de líder y puede que a otros les parezca individualista y egocéntrico. Eso dependerá de la personalidad de cada jugador y lo mismo respecto a la afición. Por lo general, la afición del equipo de un jugador va a tender a ver sus virtudes y la afición del rival tenderá a ver los defectos. Bien es cierto que si la mayoría de sus gestos son desafiantes y egocéntricos, es más fácil que caiga mal al rival, pero cada persona tiene unos gustos según su forma de ver el futbol, por lo que es también normal que tenga muchos fans”.
Cambio de bando. Turno para Leo Messi, un jugador que no tiene el mismo temperamento que el atacante del Real Madrid. Considera Juan Lázaro que “no es el polo opuesto de Cristiano, la diferencia es que tiene un mayor control emocional. Messi también es un jugador agresivo cuando ataca una portería, pero no muestra rabia mientras corre. Incluso también ha mostrado gestos de desafío a jugadores rivales, pero no se deja llevar tanto por la ira. Este autocontrol de la ira facilita que pueda calcular jugadas durante los regates y repartir juego entre sus compañeros. Tampoco muestra ira en su expresión facial cuando marca goles, los disfruta de forma más relajada”.
Piensa este investigador, siguiendo con el jugador del Barcelona, que “a menudo, la baja expresividad facial está relacionada con un control emocional alto y con poca práctica de la propia expresividad. Por ejemplo, un actor puede conseguir expresar una emoción intensa aunque no la sienta a tanto nivel. Leo racionaliza sus emociones, de manera que no se manifiestan exageradamente. Esto no tiene por qué perjudicar a su imagen, tiene suficiente popularidad por su talento y su compañerismo. De todas formas, si sonriese más ganaría puntos”.
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El control emocional de Ancelotti
Y sobre los alegres brasileños del Barcelona, también con mucho protagonismo en cuanto a comunicación no verbal se refiere, señala que “por ejemplo, Neymar no es tan agresivo, pero sí provocador con los jugadores rivales, haciendo a veces gestos como el de tirarles un beso en una discusión. Sin embargo, también es un jugador que controla su ira. Tras alguna de las entradas duras que ha recibido, se ha levantado con expresión de ira contenida, sin entrar a discutir con el rival. Además de que controla su ira, muestra su buen humor en las celebraciones de sus goles, al igual que Dani Alves. Éste ha respondido a algunas provocaciones en el campo con enfado, pero también ha sabido controlar mucho su ira contra las increpaciones racistas con sentido del humor, como hizo con el famoso gesto del plátano. Aunque su cultura pueda entrar en juego en algún momento dado, lo importante es la personalidad de cada jugador, ya que en todo el mundo se pueden encontrar personas de todo tipo”.
La batalla gestual en los banquillos también será analizada por cámaras y fotógrafos. El investigador y formador en conducta no verbal comenta que “Ancelotti, a pesar de que gesticula mucho con las manos, también demuestra control emocional en algunas ocasiones, como cuando hace un gesto de apretar la boca sólo por su lado derecho (el izquierdo desde nuestra perspectiva). Es un indicador de control de la ira y la frustración”. Y sobre Luis Enrique, dice que “por el contrario, muestra más su agresividad en sus movimientos de manos intensos y en su expresión facial. Fuera del campo es más comedido, pero en el terreno deja salir libremente tanto sus enfados como sus alegrías”. Y para concluir, Juan Lázaro lanza una afirmación a tener muy en cuenta: “Si los árbitros entendiesen más el lenguaje no verbal, detectarían más las tomaduras de pelo cuando se produce una falta y posiblemente habría más amonestaciones”.
Cristiano Ronaldo vs. Messi: Un Debate de Liderazgo
En los últimos años los aficionados al fútbol estamos experimentando una lucha sin igual entre estos dos personajes por lograr erigirse en el mejor jugador del mundo. A pocas semanas del evento futbolístico del año (Barça-Madrid, Camp Nou, 3 de abril de 2016) merece la pena examinar el fenómeno desde el punto de vista del liderazgo de ambos. Desde una perspectiva emocional está claro que para los aficionados del Barça Messi tiene más liderazgo que Ronado y para los fans del Madrid es al revés. No obstante, de manera objetiva los números tanto a nivel individual como a nivel de equipo avalan a Messi como mejor del mundo (5 balones de oro por 3 de Cristiano y cuatro Champions League del primero por 2 del segundo).
Si hacemos caso a lo que establece como líder el mundo de la empresa, Messi también ganaría a Cristiano Ronaldo, aunque no con un margen tan amplio como en el número de títulos a nivel colectivo e individual. Si consideramos que una persona con liderazgo es aquella que hace rendir más y mejor a su equipo de trabajo, Messi es mejor que Ronaldo. El jugador argentino ha sabido evolucionar su juego para el bien del equipo. Ha reducido su individualismo para aprovechar su talento para combinar con Luis Suárez, Neymar Junior o quién esté en mejores condiciones para marcar. En cambio, a Cristiano Ronaldo le sigue perdiendo el ego y las ganas de destacar sobre el resto. De hecho, los números nuevamente lo certifican: la delantera estrella del Madrid (Benzema, Cristiano y Bale) es mejor que la del Barcelona en goles, mientras que la compuesta por Messi, Suárez y Neymar gana en asistencias, un aspecto que está más relacionado con la generosidad.
De todos modos la plantilla del Real Madrid reconoce el liderazgo de Cristiano Ronaldo. No es casualidad que desde la llegada del entrenador Zinedine Zidane el equipo rinda más. Los líderes son la clave del correcto funcionamiento de una organización y si alguien de dentro de dicha empresa pone en entredicho su liderazgo su equipo se resiente.
El debate sobre quién es el mejor jugador del mundo continuará todavía unos cuantos años más, al menos hasta que uno de los dos se retire y ya no pueda competir en activo. Gracias a esta lucha, estamos pudiendo contemplar en directo cómo se forja el liderazgo de dos de los personajes más influyentes de la última década.
La Infancia y el Carácter de Cristiano Ronaldo
Soy consciente de que, cada vez que hago un artículo o retrato sobre Cristiano Ronaldo, me salen cosas profundamente hagiográficas. Su difícil infancia, su duro pasado, su rebelde reacción ante toda dificultad, me despiertan la más intensa ternura y empatía. Lo pasó mal en su infancia Cristiano Ronaldo, y no sólo por tener que alejarse de su familia para jugar en el Sporting de Lisboa, sino porque sufrió en sus carnes las calamidades familiares, las carencias y la pérdida de un padre que se fue demasiado pronto, antes de que pudiera ver todos sus éxitos. Su talento ha sido su paraíso. Fue lo que le llevó al Sporting de Lisboa con 15 años, inicio de su meteórica carrera; pero también su infierno, porque en el internado lo pasó realmente mal alejado de su familia, a la que estaba y está muy unido. Sus llantos eran diarios, con el único consuelo del balón. De ahí viene su carácter, de su pérdida infantil, de su soledad alejado de su familia... y de la genética.
La madre de Cristiano, Dolores Aveiro, se crió en un orfanato, superó un cáncer y se sobrepuso a las extremas carencias económicas, tales que consideró abortar el bebé que cambiaría la vida de toda la familia. Muchos no entienden ese carácter de Ronaldo, altivo, orgulloso, egocéntrico, pero es en esa infancia, en ese pasado, donde se forjó un carácter único que definió a una leyenda madridista. Le blindó obligadamente de lo externo, de las dificultades, aprendiendo a quererse y valorarse al conocer el sentido y valor del esfuerzo y el sacrificio, a apreciar los éxitos conseguidos en base a sus propios méritos. Todo ello define un carácter gestado desde la desconfianza y la soledad, desde el duro trauma infantil y la necesidad, desde el sufrimiento, pero también desde la lucha y el sacrificio que vio en el modelo de su madre y que le llevaron al éxito por propios merecimientos.
De todo ese caldo de cultivo podía salir alguien acomplejado, traumatizado, timorato -que sería lo más normal-, o alguien fuerte, francamente excepcional, que se endureciese y blindase con todas estas circunstancias. Nunca se esconde en las malas Cristiano, menos se va a esconder en las buenas. ¿Esto le lleva a tics de nuevo rico, de millonario improvisado? ¡Por supuesto! ¡Es que lo es! Pero donde algunos sólo ven prepotencia, a mí se me hace imposible no ver a un niño, aquel que sufrió en el Sporting, un niño cualquiera orgulloso de enseñar sus juguetes favoritos, los que más le gustan, adquiridos con su esfuerzo, a sus amigos o a todo aquel que preste oído. No hay desdén en esos actos, como interpretan los más envidiosos, sino un gesto satisfecho y orgulloso, manifestación y escenificación expresa de sus logros y merecimientos, un grito que dice “¡Lo conseguí!”. Otro gol más.
Solemos obviar muchos de estos aspectos, o todos ellos, cuando nos subimos al púlpito a juzgar caracteres y comportamientos de los personajes públicos, todos ellos lícitos y que no hacen daño a nadie. Quizá por todo esto, quizá porque nunca me sentí amenazado ni me generó la más mínima envidia, nunca me han molestado esos ademanes y gestos chulescos con los que nos deleita Cristiano; más bien al contrario, los gozo y disfruto como la alegre celebración de su mérito y talento objetivo -con los que ahora nos regocijamos los madridistas- y no como una pose infame, como la interpretan otros.
Talento y Habilidades de un Jugador Insaciable
Un carácter insaciable que se aprecia en el campo, que transmite al espectador, que siempre tiene la sensación de que Cristiano es capaz de meter un saco de goles en cada partido por sus escandalosas cualidades. Tiene desborde y regate, es un rematador extraordinario, posee una velocidad endiablada, un gran manejo del balón, depurada técnica, una inteligencia inquieta, desmarque, un disparo excelso y potentísimo con las dos piernas... Lo tiene todo, está muy cerca de ser un jugador perfecto. Su salto para el remate de cabeza, del que se habla mucho últimamente tras su gol a Gales en la pasada Eurocopa, ha sorprendido al propio Carlos Alonso Santillana, que se ha rendido a ese portento. No se ha visto otro igual en el mundo del fútbol.
Lo que demuestra Cristiano, desde su obsesiva profesionalidad, es humildad. La humildad que procede de la consciencia de lo que cuesta conseguir las cosas, del esfuerzo y sacrificio que conllevan, y sus gestos orgullosos y egocéntricos, no son más que testimonios de un reto conseguido, la exhibición de que ese esfuerzo y ese sacrificio dieron sus frutos. Demuestra que es consciente de lo que sufrió su madre por darle lo que le dio, por posibilitarle estar donde está.
Un aspecto que no deja de sorprenderme es el hecho de que para ensalzar a otros o despreciar a Cristiano veladamente, se elogie la discreción de este o aquel futbolista. Es cierto que Cristiano es un exhibicionista. Le gusta que le vean, goza haciéndose notar, es una auténtica estrella del rock, del espectáculo, que es, justamente, lo que es el fútbol de élite. Cristiano se comporta como el 95%, (y me quedo corto) de los jugadores NBA, donde cada uno tiene sus gestos, bailes, tics y looks perfectamente medidos y estudiados, celebraciones... y no pasa nada. Es parte de ese espectáculo. Y ese es el verdadero tema. ¿Eres mejor o peor jugador (o persona) por hacer o no hacer esos gestos? ¿Dañan o perjudican a alguien? Y es que se le ha despreciado de muchas formas, incluso dentro del madridismo, a pesar de ser un jugador de época. En vez de disfrutarlo, prefieren recordar jugadores pasados para minimizar su figura, como si fuera necesario. Yo, por mi parte, le daré las gracias por su esfuerzo y profesionalidad, por los títulos y goles que nos ha traído, pero sobre todo le daré la enhorabuena por sus éxitos y por estar en el mejor club del mundo y de la historia, con el que espero siga conquistando logros.
Definirme es limitarme, y yo no tengo límites. C. Peso: 75 kg. Pasó en Manchester el 'síndrome Beckham' y Cristiano Ronaldo ya es el ídolo que enamora a jovencitas por su físico y a los amantes del fútbol por su estilo de juego directo y su capacidad de sortear rivales en carrera. También dejó atrás el tópico de promesa porque ya es una realidad que él asume como puede, lo que quiere decir que a veces protagoniza escándalos. Pero al público de 'Old Trafford' le da igual, mientras dé el espectáculo que acostumbra. Su habilidad de manejo con las dos piernas le facilita la labor de buscar portería. Él hace el resto con buenos desmarques en diagonal, con faltas o llegando al área de forma esporádica. Es muy explosivo, lo que supone que su cambio de ritmo resulta un arma casi infalible a la hora de encarar defensas. Con el balón controlado mantiene un porte elegante, siempre con la cabeza alta y siempre buscando la perpendicular a la portería. Es habilidoso e impredecible. Combina habilidad y velocidad para crear las más bellas cabriolas para sortear a los defensas. Aunque no es esta su función, cada año ha ido a más, coincidiendo con creciente liderazgo. Suele mostrar variedad de recursos para alcanzar la meta rival, lo cual es un aval para tenerle en cuenta. Tiene mucho talento y él lo sabe. El problema es que le gusta lucirlo tanto que a veces se olvida de que está jugando junto a 10 compañeros. Lo bueno es que nunca se esconderá, nunca va a rehuir del balón.
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