El emprendimiento es un proceso mediante el cual una persona o un grupo de personas identifican una oportunidad y desarrollan un proyecto para satisfacerla. Emprender un nuevo emprendimiento, significa iniciar un proyecto propio con el objetivo de generar valor. Este valor puede ser económico, social o personal, y el proceso de emprendimiento puede darse en cualquier sector, desde pequeños negocios locales hasta iniciativas artísticas o de servicios.
El emprendimiento se asocia habitualmente a las actividades que llevan a cabo individualmente personas que crean una nueva empresa, lanzan un nuevo producto, mejoran un determinado proceso productivo, que sirven para ofrecer una mejor solución a un problema o para satisfacer una necesidad existente. Sin embargo, esas actividades pueden también llevarse a cabo dentro de empresas ya establecidas.
Tipos de Emprendimientos
Los emprendimientos pueden variar enormemente en función de sus objetivos, su tamaño y su enfoque:
- Emprendimiento Tradicional: Este tipo de emprendimiento está representado por pequeños y medianos negocios, como restaurantes, tiendas, servicios locales, entre otros.
- Emprendimiento Social: Los emprendimientos sociales buscan resolver problemas específicos en una comunidad o en el entorno.
- Emprendimiento Individual o Autónomo «solopreneur»: También conocido como emprendimiento freelance o de autoempleo, este tipo de proyecto lo realiza una sola persona que ofrece servicios o productos de forma independiente.
Emprendimiento Individual vs. Corporativo: Un Análisis Comparativo
El Foro de Davos ha dado a conocer un informe sobre emprendimiento individual y corporativo, en el que sitúa a España a la cola de los países que contienen una red empresas que impulsen las ideas propias de sus empleados. Recientemente, apareció un informe internacional sobre emprendimiento individual y corporativo.
Esas enseñas tienen que fomentar unos valores internos y establecer una estructura organizativa y de gestión que propicie que todos sus empleados puedan dar a conocer internamente nuevas ideas, que se transformen en nuevos productos que sirvan para solucionar problemas o satisfacer necesidades. No es posible explicar el arrollador éxito de empresas como Google o Apple, o de otras menos conocidas para el gran público como Cisco o los nuevos servicios que presta IBM, sin referirse a las actividades de emprendimiento corporativo que llevan a cabo sus empleados.
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En Google, cualquier empleado tiene acceso directo al consejero delegado para proponerle una nueva idea de negocio. Las ideas son validadas internamente y, si se aprueban, se crea rápidamente un pequeño equipo para impulsarla y que pueda convertirse en un nuevo producto de éxito. El emprendimiento y la innovación se generan desde la base misma de la empresa y permea a toda la organización y a su funcionamiento, al contrario de lo que sucede en empresas tradicionales, en las que el departamento de I+D es el responsable, casi en exclusiva, de la innovación.
Según este informe, existen dos tipo de emprendedurismo corporativo: dar poder interno a los empleados para innovar y la creación de un fondo corporativo de capital riesgo. En España, la primera forma de emprendimiento corporativo -dar poder interno a los empleados para innovar- está muy poco desarrollada, mientras que la segunda -creación de un fondo corporativo de capital riesgo- cuenta con una historia muy reciente.
En el informe del Foro de Davos, países como Suecia o Reino Unido, que cuentan con grandes empresas industriales, aparecen en los primeros lugares de emprendimiento corporativo. Y países del este de Europa en los primeros lugares de emprendimiento individual, consecuencia de la total liberalización de los mercados que se ha llevado a cabo y que facilita notablemente la actividad emprendedora.
España figura en los puestos de cola. De los 28 países analizados, aparece en los puestos 22 y 26 para ambos tipos de emprendimiento, sólo por delante de Italia y Grecia. La distancia respecto de los países más emprendedores, es enorme. Los países líderes en emprendimiento corporativo, cuentan con cinco veces más empleados involucrados en actividades emprendedoras que España. Y en los países líderes en emprendimiento individual, esa cifra es tres veces mayor que en España.
¿A qué se deben esas diferencias tan grandes? Son varios los factores que explican la intensidad de la actividad emprendedora individual. Cuanto mayores sean las oportunidades que ofrezca el mercado, cuanto mayor la necesidad de encontrar un puesto de trabajo, cuanto mayor la tradición empresarial en un territorio, cuanto más grandes ciudades bien conectadas contenga y cuanto más favorables sean las condiciones del entorno, mayor será la proporción de población dedicada a crear su propia empresa. Estos elementos, conforman una cultura para el emprendimiento.
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Las condiciones del entorno resultan claves. Si crea una empresa, le va mal y los acreedores se quedan hasta con su vivienda, pocos emprendedores potenciales se atreverán a iniciar nada. Por el contrario, si disfruta de alguna protección legal de su patrimonio personal, será más probable que asuma el riesgo. En España, la posición tan baja en la actividad emprendedora, está muy vinculada a la actual legislación que regula las situaciones de insolvencia de los autónomos. Aunque ha mejorado, todavía es menos favorecedora del emprendimiento que los restantes países de la UE. Esto debería mejorar en la actual legislatura.
Los factores que explican la reducida actividad de emprendimiento corporativo, son de naturaleza muy distinta. En primer lugar, la mayoría de las grandes empresas españolas pertenecen al sector servicios. Resulta más difícil, en general, llevar a cabo actividades innovadoras y emprendedoras en este sector que en el industrial, cuando se trata de grandes empresas. Si observamos el Íbex, la casi totalidad de empresas son de servicios. Hay excepciones. Recientemente, el desarrollo de tecnologías asociadas al blockchain (monedas virtuales, sistemas de pago, etc.) está impulsando actividades innovadoras en grandes bancos. BBVA cuenta ya con más de 100 empleados en San Francisco dedicados a emprendimiento corporativo en este campo.
Además, otro factor que explica el bajo nivel de España, es la casi total ausencia de grandes empresas en las que los valores corporativos y la estructura organizativa, impulsen el emprendimiento de los empleados. Con estructuras piramidales clásicas y confiando sólo en el departamento interno de I+D para desarrollar productos, no es posible impulsar el emprendimiento corporativo.
Tabla Comparativa: Emprendimiento Individual vs. Corporativo en España
| Factor | Emprendimiento Individual | Emprendimiento Corporativo |
|---|---|---|
| Posición en Rankings Internacionales | Puestos bajos (ej. 22 de 28) | Puestos bajos (ej. 26 de 28) |
| Factores Clave | Oportunidades de mercado, necesidad de empleo, tradición empresarial, marco legal favorable | Sector de servicios predominante, falta de estructuras organizativas que impulsen la innovación |
| Legislación | Legislación de insolvencia para autónomos menos favorable que en otros países de la UE | N/A |
| Ejemplos | Pequeños negocios, freelancers | Iniciativas de innovación en grandes empresas (ej. BBVA con blockchain) |
Tanto en emprendimiento individual como corporativo, España tiene un largo camino que recorrer. Emprender es una carrera de fondo en la que no siempre se obtienen los resultados previstos. El emprendimiento personal comienza con un trabajo de introspección. Para poder cambiar la situación en la que uno se encuentra es imprescindible saber qué es lo que se quiere dejar atrás y hacia dónde se quiere avanzar. Este ejercicio de introspección pasa, en el ámbito de los negocios, por descubrir la motivación para lanzar una nueva empresa, que no siempre está relacionada con el dinero.
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