Margaret Thatcher, conocida como la "Dama de Hierro", fue la primera mujer en liderar un gobierno en Europa y la primera ministra más longeva del siglo XX en su país. Su liderazgo dejó una huella imborrable en la política británica y mundial. Este artículo explora las características clave de su liderazgo.
Su Visión y Determinación
Para Margaret Thatcher, la opinión ajena terminaba exactamente en la punta de su nariz. Es decir, lo que la gente pensase de ella no tenía la mínima consideración. "Si te propusieras gustar a los demás, estarías preparado para ceder", decía. Con este argumento gobernó sin aflojar su mano férrea desde 1979 a 1990.
Tenía muy claras sus ideas de gobierno -muchas de ellas impopulares- y las aplicó de manera implacable, enfrentándose a políticos, sindicatos, trabajadores e incluso a sus propios ministros. "Me da igual cuánto hablen, mientras hagan lo que yo diga", declaró. Ella misma reconocía que no era una política de consenso, sino "de convicción". Precisamente esa elevada tolerancia al desengaño le permitió mantener un estilo de liderazgo autocrático que hoy suscitaría, sin duda, rechazo.
Thatcher representaba esa fuerza occidental oportuna y capaz de gobernar sin doblegarse. Fue uno de los puntales en esa transformación que vivió el mapa político internacional en la segunda mitad del siglo XX, con la mutilación del régimen comunista en Europa y la caída del muro de Berlín como símbolos de esa metamorfosis.
Orígenes y Ascenso al Poder
Hija de un comerciante modesto y sin el destello aristocrático de otros líderes conservadores, se impuso en un contexto dominado por hombres y de absoluta confusión política, económica y social. Aprendió a modular su voz y a manejar la retórica como pocos líderes, lo que reforzaba su estilo directo en el debate y su peso como contrincante.
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No. Son la tremenda crisis de los 70 y los errores de otros líderes conservadores los factores que la aupan al poder. Los tories no tienen piedad con los líderes que no están en condiciones de ganar en las urnas.
Sorprendentemente para todos, Thatcher gana en primera vuelta con 130 votos, por 119 de Heath. Aprovecha ese impulso con habilidad, demuestra una convicción ausente en sus rivales de la segunda vuelta y vence con mayoría absoluta.
Aún no puede imponer sus puntos de vista en el partido. Incluso así, Thatcher sabe cómo rentabilizar su condición de cara nueva en un país de políticos avejentados.
Su Impacto en la Política y Economía Británica
Desafió lo que allí se llamó el consenso de la posguerra. La primera revolución de Thatcher fue la liberalización de la economía y la reducción cueste lo que cueste del déficit público como prioridad. En un plano político, el reforzamiento de la figura del individuo. “There is no such thing as society” (no existe eso que llaman la sociedad), dijo en una célebre frase.
Otro cambio radical en la política británica que vino de su mano fue la centralización del Gobierno, el predominio absoluto del Gobierno central sobre todas las demás instituciones y centros de poder. Empezando por los ayuntamientos, que conservaban amplias competencias en educación y vivienda. Y también por el alto funcionariado, el poderoso Civil Service, el baluarte del establishment británico.
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La lucha contra la inflación es la prioridad y el coste económico, muy alto. La retórica, eso sí, no tiene límites. “The lady is not for turning”, dice en el congreso tory de 1980. La señora no se da la vuelta, es decir, no cambia de opinión.
La Guerra de las Malvinas
Ahora nos parece que Londres no tenía otra opción que hacer frente a la agresión de la dictadura argentina. Entonces, no estaba tan claro. La fuerza naval británica no era la del pasado. La distancia con el Atlántico Sur, un obstáculo logístico impresionante. Thatcher no dudó en ningún momento. Y tuvo esa experiencia de guerra que permitió a los británicos recuperar cierta mística nacional que fue tan habitual en los años de la Segunda Guerra Mundial.
El Conflicto con los Mineros
Es en su segundo mandato cuando se ocupa de la misión que tiene pendiente. Coloca a un duro al frente del Consejo Nacional del Carbón. Aprovisiona de carbón las centrales para que una posible huelga tarde muchos meses en causar problemas de suministro. El sindicato de los mineros, dirigido por Arthur Scargill, está dispuesto a librar la guerra hasta el final. No hay margen para las negociaciones. Ningún bando quiere ceder.
Thatcher ha vencido. El plan de cierre de los pozos no rentables se acelera. Es el comienzo de los años de poder incontestable para la primera ministra.
El Final de su Mandato
La arrogancia suele ser una consecuencia del poder absoluto. Con esa extraña filosofía, impone a los ayuntamientos el ’poll tax’. Si quieren ofrecer servicios, deberán pagarlos con sus fondos. El impuesto es completamente regresivo.
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Los conservadores son conscientes de que Thatcher no cederá y que eso les llevará a la derrota. Además, las relaciones con Europa provocan una confrontación total dentro del partido, que se prolongará también en los años de John Major. Es la división sobre Europa, la que origina la dimisión del viceprimer ministro, Geoffrey Howe, y su discurso en la Cámara de los Comunes, que revela que Thatcher no dirige ya a un partido unido.
Su Legado
Margaret Thatcher, denominada por muchos la Mujer de Hierro, fue la primera mujer primer ministro de Gran Bretaña. Su apodo, la Dama de Hierro, aludía a esas cualidades asociadas, habitualmente, a roles de género puramente masculinos que representaban la autoridad. De hecho, tuvo que educar su voz para hacerla más grave porque la acusaban de tener una voz estridente y chillona que no resultaba creíble.
La dama de hierro británica fue un icono femenino y generacional que impuso sus fieles creencias e ideas a pesar de no ser bien recibidas. La primera ministra más longeva del siglo XX en su país y la única mujer en alcanzar el cargo.
En su fase final promovió la estructura del mercado común en la Comunidad Económica Europea y se opuso radicalmente a la centralización política y monetaria. Es la madre del euroescepticismo, que Nigel Farage condujo después apoyado inicialmente por académicos, políticos y financieros thatcheristas.
Lecciones de Liderazgo de Margaret Thatcher
¿Qué podemos aprender de Thatcher en nuestro puesto de trabajo?
- No demuestres nada a nadie, solo actúa.
- Aprender a manejar la opinión popular.
- Mira hacia el futuro.
- No digas lo que quieren oír, nunca es útil a largo plazo.
- Lima tus debilidades hasta hacerlas tus puntos fuertes.
Estilo de Liderazgo
Por todo ello, podemos concluir afirmando que el estilo de liderazgo de Margaret Thatcher era el autocrático o autoritario.
El liderazgo de Margaret Thatcher es un estilo más afín a los perfiles rojos-azules: Liderazgo Resolutivo.
Diez Propósitos realistas para mejorar el liderazgo
- Adaptabilidad al cambio.
- Reconocimiento de los logros. Tu posición te obliga a dar feedback a tu equipo.
- Aprendizaje continuo. Desaprender y aprender. El desafío está en cambiar el motor del avión mientras está volando. ¿Cambiarías de trabajo solo por dinero?¿O también por el proyecto y el aprendizaje?
- Arrojo, osadía y máxima #agilidad. En un mercado incierto, la indecisión es una mala compañera de viaje. Debes conjugar dos verbos: explotar y explorar. Un líder #disruptivo entiende el contexto, su complejidad y comprende la #transformación en todos sus ámbitos.
Pilares del Liderazgo
- Confianza en sus propias capacidades. Si uno tiene confianza en sus capacidades suelta el control. Y confianza en los demás.
- Imparcialidad.
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