Mercado Camino Largo La Laguna: Historia y Legado

Esta muestra expositiva pretende mostrar al público la vital función que han ejercido los mercados tradicionales de Canarias. Con este objetivo, invitamos a un recorrido por la historia y por el legado patrimonial vinculado a estos espacios que han sido fundamentales no solo para las transacciones comerciales, sino también para la vida social, al ser lugares de encuentro y referencia en nuestras ciudades y pueblos.

Concluida la conquista de Canarias, uno de los principales retos fue garantizar el adecuado abastecimiento de alimentos y de otras mercancías de primera necesidad. El sustento de esta nueva sociedad requería así de un suministro constante que dependió, en gran medida, del comercio exterior, y de la puesta en cultivo de los campos canarios.

Gran parte de la población de las Islas Canarias se encontraban en un entorno eminentemente rural. Ante la falta de lugares de abastos, las transacciones comerciales se basaban en el trueque o el intercambio. Las ciudades y pueblos más populosos contaron con mercados, ferias y tiendas donde adquirir diferentes mercancías con cierta facilidad, pero en el mundo rural esta tarea fue más compleja, dificultando el acceso de la población a bienes que no eran producidos en las proximidades.

Los textos del Cabildo informan de la continua presencia de mercados o de espacios habilitados para ellos en diversos puntos de la ciudad desde los primeros momentos de la ciudad. El más importante fue históricamente la plaza del Adelantado, centro de la actividad social y comercial.

Fuente: San Cristóbal de La Laguna, 31 de enero de 1547. E luego el Sr. Governador dixo que de benderse en las plaças los mantenimientos çesan muchos frabdes y engaños que se hazen, así de hender con pesas falsas como otras cosas, como pareçerá por muchas ynformaçiones que tiene tomadas en las bisitaçiones que a hecho de los bodegones y tendezuelas que avía fuera de las dichas plagas, y a la buena governaçión conbiene que todo lo que se bendiere sea en las plaças. Acuerdos del Cabildo de Tenerife, 1545-1549, Instituto de Estudios Canarios, Fol. 78v, p. 73.

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Aunque en la mayoría de las poblaciones rurales e islas como La Gomera o el Hierro se siguieron utilizando las plazas como puntos de venta, a partir del siglo XIX en algunas localidades de Canarias comenzaron a erigirse inmuebles específicos para su utilización como mercados.

La ciudad de Santa Cruz de Tenerife alberga en su entramado urbanístico la principal evolución tipológica de la arquitectura comercial en las Islas Canarias. Santa Cruz de Tenerife contó con un mercado fijo desde 1815 en la zona cercana al puerto, hoy desaparecido. En 1847, el Ayuntamiento encargó a Manuel de Oraá un nuevo mercado en la antigua zona del convento de la Consolación y sus huertas cercanas. Este inmueble, que se conocerá popularmente como la recova, fue inaugurado en 1851 y bautizado como Palais Royal por la fórmula arquitectónica que recordaba la escenografía barroca con el pórtico y un gran patio descubierto donde se situaron las lonjas.

La saturación en la que se veía envuelto el Palais Royal causó que el Ayuntamiento investigara nuevas fórmulas para poder aliviarlo y solicitó al arquitecto Antonio Pintor la construcción de un nuevo inmueble. Se eligieron piezas de hierro a Londres y la estructura se instaló en la Plaza de la Madera sobre un zócalo de cantería como base para las lamas y cubiertas de metal.

El Mercado de Nuestra Señora de África surgió en el marco de una política constructiva-propagandística del Mando Económico de Canarias en los primeros años del periodo autárquico tras la Guerra Civil. Este proyecto se encargó en el año 1942 al arquitecto José Enrique Marrero Regalado y estuvo determinado por el gran crecimiento poblacional que se vivió en Santa Cruz de Tenerife por el éxodo desde las zonas rurales a las ciudades.

El crecimiento poblacional que estaba sucediendo en la ciudad de Las Palmas a mediados del siglo XIX, ocasionó la creación de una zona comercial junto al barrio de Vegueta. En 1849, Manuel Ponce de León presentó un proyecto de mercado que fue aprobado con rapidez. A raíz de esta idea, este se remitió a Manuel de Oraá, quien varió su portada principal donde destacaba el frontispicio, aportando un aire más ecléctico, pero la falta de recursos y problemas de entendimiento entre el arquitecto y el Ayuntamiento hizo que el proyecto de Oraá no se realizase por completo.

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Para la venta de pescado y carne, se precisaron dos inmuebles anexos al Mercado principal. El proyecto de pescadería lo inició Manuel Ponce de León aprovechando la utilización de los nuevos materiales y siguiendo las líneas arquitectónicas de un quiosco.

El Mercado del Puerto de la Luz nació suscitado por el auge poblacional que estaba teniendo la zona del puerto con las construcciones de viviendas de los trabajadores del puerto y la urbanización del lugar como zona de segundas viviendas cercanas a la playa de Las Canteras. En 1891, el arquitecto Laureano Arroyo planteó un tinglado de hierro fundido y con un aire exótico, como en las ciudades europeas, pero no pudo hacerse por el alto coste.

Este mercado fue construido en 1956. Su nombre de “central” se debe a su ubicación, en la intersección entre las actuales calle Galicia y calle Néstor de la Torre, una zona estratégica equidistante de los principales núcleos de la ciudad; pero sobre todo al propósito de convertirlo en un centro central de abastecimiento que cubriera la demanda social del momento. Hasta la creación en 1981 de Merca Las Palmas, cumplió su función. Otro mercado importante es el de Altavista, creado en 1970.

Durante el siglo XIX se proyectaron varios inmuebles para mercados de los que solo conservamos el de Santa Cruz de La Palma. Tras el incendio del antiguo Hospital de los Dolores en 1827 y la desamortización por la que se vio afectada la iglesia, el Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma utilizó este lugar para la creación de entidades públicas como el Teatro y el Mercado de Abastos.

Tras varios intentos de construcción de un mercado para la ciudad de San Cristóbal de La Laguna desde el año 1801, se plantearon diferentes proyectos de inmuebles en el interior de los graneros municipales situados en la plaza del Adelantado. Tras su incendio y completa ruina, en 1881 se da visto bueno al definitivo proyecto del arquitecto Vicente Armiño. Se utilizaron los materiales propios de la isla como la cantería de piedra, ladrillo y madera de Tea, pero se introdujo en su composición los nuevos materiales como el hierro fundido para puertas y remates. Debido al crecimiento poblacional de la urbe en el siglo XX y el deterioro de la estructura de Vicente Armiño, se decidió demoler el inmueble y solicitar a Tomás Machado un nuevo proyecto en 1944.

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El crecimiento poblacional de mediados del siglo XIX de Arrecife suscitó la necesidad de erigir un lugar que tuviese las condiciones higiénicas para la venta de los alimentos. Por ello, se solicitó a Manuel de Oraá la construcción de un inmueble el cual fue el primer mercado de la isla de Lanzarote al que toda la población de la isla acudía. Su acceso se situaba en la calle Manual de Miranda, a donde se accedía a un patio central que no solo sirvió de mercado, sino de otras actividades, como luchadas y ferias ganaderas.

El arquitecto Antonio López Echegarreta fue el encargado de hacer el mercado de Arucas a la vez que erigía el inmueble que albergaría el ayuntamiento del municipio. Se aprobó en 1879, siendo este el segundo mercado construido en Gran Canaria tras el mercado de Vegueta.

Tras la visita de Franco a Puerto de Cabras el 28 de octubre de 1950, se creó el Decreto Ley de 11 de diciembre de 1950 por el que se creaba un Plan de Adopción para las islas de Fuerteventura y El Hierro. Entre las obras proyectadas para la mejora de infraestructuras de Puerto de Cabras se incluyó una Plaza de Abastos. Este inmueble siguió la estética neocanaria con un gran atrio de entrada con tres arcos de medio punto, con cubierta de tejas árabes a una agua y coronada con un frontón curvo. Este atrio está flanqueado por dos grandes cuerpos a modo de acuartelamiento.

A lo largo del siglo XX, fueron erigiéndose otros inmuebles destinados a mercados en aquellos pueblos y ciudades de mayor densidad poblacional, muchos de los cuales siguen albergando los mercados de abastos locales.

Canarias cuenta en la actualidad con una gran cantidad de instalaciones comerciales por todo el archipiélago. Aunque algunos de estos están en inmuebles históricos, la mayor parte ha surgido en fechas recientes. Estos lugares siguen siendo espacios de referencia para la población local y un punto de encuentro de carácter social y gastronómico.

Sin lugar a dudas, nuestros mercados y mercadillos son un pilar esencial para impulsar un desarrollo económico sostenible y alcanzar la soberanía alimentaria.

El ya conocido Dreamer Market regresa a la ciudad los próximos 6, 7, 8 y 9 de abril para reunir decenas de marcas canarias y sostenibles. La pop-up dirigida por Raquel Hammerhoj regresa al Camino Largo, el lugar que vio nacer a este evento, con una amplia oferta de moda, complementos, cosmética y un abanico de productos y firmas referentes por la calidad y la innovación.

Desde su creación, el Dreamer Market ha recorrido diversos puntos de la geografía canaria y se ha posicionado como un escaparate comercial único. Cerca de 50 marcas se darán cita en el Camino Largo. Además, el Dreamer Market contará con la asistencia de influencers de las islas como Álvaro Jiménez, Minerva Hernández, Laura Ramírez, María Melián, Gema Betancor, Cathaysa González y Marianela Hernández.

Este market es “un espacio de soñadores” donde encontrar “historias con alma”. Además de apoyar el comercio local, otro de los valores de este market es la sostenibilidad. “Es algo que ya está dentro de nuestras empresas. Somos proyectos canarios, pequeños, con una historia detrás. Además, fomentamos la economía circular. En el Dreamer Market, los usuarios también son soñadores que pueden llevarse a casa un pedazo de historias, lucirlas, sentirlas y contarlas. “Un espacio para la creatividad sin prisas, donde encontrarte con amigos y conocer juntos proyectos que vale la pena contar. Donde probar algo de gastronomía nuestra y tomarte una cerveza hecha en la tierra.

Tal como describen el lugar las hermanas Casalón en su Diario, las huertas de Deviller debieron ser las que están situadas en la trasera del Mercado Municipal de La Laguna, cuando éste se encontraba junto a la Plaza de Abajo o del Adelantado. Este puente fue testigo mudo de las romerías de niños cada 16 de agosto, así como de las largas caravanas de camellos bajando arena para las obras de la ciudad, entre las que destacan La Catedral y el Teatro Leal.

Este barranco es uno de los más emblemáticos de la isla de Tenerife; en él se han desarrollado algunos de los pasajes históricos más notables de la conquista de la isla de Tenerife. Conforme va descendiendo se va ensanchando paulatinamente, hasta unos trescientos metros de su nacimiento; a partir de este punto toma la forma de un pequeño barranquillo, y está bordeado de una frondosa vegetación predominando en ella las calas, popularmente conocidas como “orejas de burro”. En su margen del poniente existen una serie de hermosos dragos, junto a unas cuevas labradas que, hasta no hace mucho tiempo, estuvieron habitadas. A partir de este punto toma el nombre de barranco de Jardina, el cual mantiene hasta la zona denominada “Cruz del Camino”.

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