Marketing Político y Estrategias de Campaña

En un escenario complejo como el actual, el marketing político emerge como una herramienta indispensable para acercarse y persuadir a los electores. Las estrategias han evolucionado mucho a lo largo del tiempo, y ahora ya no solo se centran en la publicidad o los medios tradicionales. En la actualidad, la presencia digital y en redes sociales tiene una importancia determinante.

El marketing político es el conjunto de estrategias que se utilizan para que un candidato se gane la confianza de los electores. El objetivo principal del marketing político es lograr el máximo número posible de votos. En función de cada partido político, eso puede significar ganar las elecciones, o mejorar unos resultados electorales anteriores. El objetivo, obviamente, es conseguir el mejor resultado posible y que el candidato tenga una identidad única.

La estrategia del marketing político comienza en el momento de fijar los objetivos de la campaña y definir el target al que se dirigirá. Del mismo modo, hay que analizar las fortalezas y debilidades del candidato, así como de sus competidores.

Estrategias Clave en el Marketing Político

Para asegurar el éxito de una campaña electoral hay que aplicar diferentes técnicas y herramientas que ayuden a lograr una campaña ganadora. Es necesario conocer a los votantes, investigar y segmentar. Es decir, descubrir qué les preocupa y qué les interesa, y adaptar los mensajes a esas preocupaciones.

El marketing político utiliza diferentes estrategias para mejorar el reconocimiento del partido o candidato. A través de los mensajes y de las acciones se busca proyectar una imagen de liderazgo y confianza. Hay que comunicar de una forma clara y efectiva. Hay diferentes tácticas para incentivar la participación electoral y movilizar el apoyo.

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Una de las cuestiones más importantes del marketing político es gestionar episodios de crisis, desinformación y ataques de la oposición. En la actualidad, para construir y mantener una base leal de seguidores, las redes sociales juegan un papel determinante. Las diferentes plataformas digitales son fundamentales para generar confianza y fidelidad. La financiación es otro factor determinante en el momento de afrontar una campaña electoral. De ahí que una de las funciones clave del marketing político es generar fondos y conseguir un apoyo continuo para la campaña.

El electorado no es un elemento inamovible. Cambian las tendencias, los intereses o los valores. Y el marketing político debe ajustar sus estrategias a las demandas cambiantes de los electores.

El Plan de Marketing Político

El diseño y ejecución de un plan de marketing político puede marcar la diferencia, aportando ventajas con respecto al resto de la oferta política que compite en el mismo contexto. Es la base sobre la que asentar cualquier campaña o acción. El marketing político recurre a las herramientas propias del mundo empresarial y las adapta al contexto político, en el que también hay una marca, un producto y un mercado al que ofrecérselo. Lo primero será identificar las necesidades de la población y sus opiniones para poder plantear soluciones.

A modo de hoja de ruta, el plan de marketing político recoge todos los objetivos, las técnicas que se van a emplear y las acciones a llevar a llevar a cabo para conseguirlos. Es un instrumento imprescindible en cualquier campaña, electoral o no. El plan de marketing político es la base sobre la que asentar cualquier campaña o acción, ya que permite identificar todos y cada uno de los elementos a tener en cuenta. Se presenta como una eficaz guía de trabajo que exige una gran responsabilidad a la hora de afrontar su diseño.

Recogerá cada movimiento o actividad, tanto internos (dentro de la propia organización) como externos (hacia el público) y en él no tiene cabida la improvisación. Una vez determinado el contexto en el que va a ser aplicado, la elaboración del plan debe contemplar diferentes etapas que, dependiendo del proyecto que vaya a abordarse, pueden dividirse en seis:

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  1. Estudio de mercado: Se centra en el estudio de aquellos aspectos básicos que permitirán tener un mayor conocimiento del territorio y de su población, como la localización geográfica o datos demográficos. Es importante analizar indicadores sobre la edad, el sexo o los hábitos de consumo, por ejemplo, para conocer mejor la situación real de los ciudadanos. Cuánto más pormenorizado sea este estudio, más fácil resultará la segmentación, es decir, esa división del electorado en pequeños grupos con intereses comunes a los que lanzar después mensajes concretos que den respuesta a sus necesidades.
  2. Oferta política: Una vez segmentado el electorado, hay que determinar qué otros agentes influyen en el contexto electoral y presentar la oferta política, atendiendo al tipo de elector y sus preferencias. De ahí la importancia de la segmentación previa, las soluciones políticas que se planteen responderán a unas demandas concretas que ya se conocen.
  3. Posicionamiento de la marca política: Abordadas las dos fases anteriores llega el momento de determinar cuál es la posición del candidato u organización política frente a los agentes públicos y privados que integran el mercado electoral y que pueden influir en la aceptación que la marca política pueda tener entre los ciudadanos.
  4. Análisis DAFO: Con la estrategia dibujada, hay que calcular su efectividad, identificar posibles fallos y disminuir el factor de riesgo, recurriendo a la matriz DAFO para obtener un diagnóstico político a partir del cuál establecer sobre qué factores es necesario actuar. Conocer las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades permitirá diseñar acciones de mejora.
  5. Propuesta de estrategias: Cada una de las fases anteriores conducen a este punto: al diseño de las estrategias políticas asociadas, incluyendo objetivos, a partir del estudio de todos los datos obtenidos antes. Esos objetivos no pasan exclusivamente por obtener los mejores resultados con respecto al resto de la competencia política, cuya oferta también debe estudiarse. Han de ser metas realistas y adaptadas al contexto, como aumentar el número de votos en una circunscripción determinada, tener una mayor presencia en los medios, mejorar cuestiones como la oratoria del candidato o del portavoz, ampliar el conocimiento sobre el electorado…
  6. Fijar acciones: Para llevar a cabo cualquier estrategia es necesario implementar un conjunto de acciones concretas que a su vez han de seguir un orden atendiendo a las prioridades establecidas. Es lo que se conoce como táctica política, cuya función no es otra que aumentar el potencial de la marca. El análisis de estas acciones determinará si se han cumplido los objetivos marcados.

Con el plan de marketing político ya diseñado, llega el momento de llevar a cabo su ejecución, siguiendo cada una de las acciones marcadas en cada etapa correspondiente. Será necesario supervisar cada paso, controlando el grado de cumplimiento y prestando especial atención a los posibles imprevistos o alteraciones que pudiesen surgir y que no hayan sido contemplados en la elaboración del plan con tal de plantear las modificaciones necesarias.

No hay que olvidar que el escenario político está hoy expuesto a constantes cambios, por lo que el plan no puede presentarse como un documento estático, ha de ser flexible.

Cualquier agrupación política que pretenda lograr unos buenos resultados tanto en su actividad como en su comunicación ha de estructurar su estrategia. Contar con una agenda de acciones a desarrollar que incluya cuestiones como la comunicación política, la investigación del mercado electoral o el reparto o asignación de funciones, será decisivo a la hora de afrontar cualquier proceso.

El Marketing Político en la Era Digital

Con la aparición de las nuevas tecnologías, vimos como cambió radicalmente el modo de comunicarse de la sociedad, la digitalización de los medios de comunicación, el acceso a la información desde dispositivos tecnológicos al instante aparece el nuevo escenario de la comunicación y el marketing digital. Para cualquier candidato o partido político se entiende que hoy en día es imprescindible estar en todo momento accesible para el ciberciudadano.

El mundo es cada vez más digital. Intentar evitarlo o escapar de ello es inútil y, además, contraproducente. En términos políticos no podía ser diferente. Hoy en día es imprescindible estar en Internet. Lo que no está en la red no existe. Esta es otra de las plataformas imprescindibles para cualquier partido. El contacto con los posibles votantes es esencial y las redes sociales permiten una mejor comunicación entre electorado y candidatos, mejor difusión del mensaje electoral, más económica, más rápida y con mayor alcance.

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Mantener contacto directo con los seguidores de las distintas redes sociales acerca al candidato más al público, lo hace más humano, lo que supone una respuesta positiva por parte de los usuarios. Además, las redes sociales permiten actualizaciones instantáneas, así como mantener a los seguidores informados sobre los distintos eventos y fomenta también el activismo por parte de los usuarios, pues les resulta muy sencillo compartir el contenido en sus propios perfiles.

Tanto en campaña electoral como fuera de ella, es importante crear contenido, ya sea en el sitio web o en las redes sociales, pero es indispensable que las personas te puedan encontrar si buscan información. Una de las máximas en la política debe ser la transparencia: no esconder nada, dejar que vean lo bueno y lo malo.

Definiciones Clave

  • Marketing Político: Es el conjunto de técnicas y estrategias aplicadas a la comunicación política para influir en la opinión pública, mejorar la imagen de un candidato o partido y conseguir apoyo electoral. Se inspira en el marketing comercial, pero adaptado al ámbito de la política.
  • Ciberpolítica: Se denomina ciberpolítica al recurso de la utilización de las tecnologías digitales como medio para la comunicación digital y las movilizaciones políticas.

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