El marketing social es mucho más que una tendencia o una táctica publicitaria con buena intención. Se trata de una estrategia orientada a transformar conductas sociales mediante técnicas de marketing, con el objetivo de mejorar el bienestar colectivo.
En un contexto global donde los consumidores exigen transparencia, ética y compromiso real, las marcas que integran el marketing social no solo generan impacto positivo, sino que también construyen confianza y relevancia a largo plazo.
A diferencia del marketing sin ánimo de lucro -más enfocado en captar fondos-, el marketing social puede ser desarrollado por cualquier organización, con o sin fines comerciales. Lo importante es que haya una causa real, un mensaje coherente y una acción medible detrás de cada campaña.
El marketing social tiene raíces sólidas en la investigación académica y en la práctica de organizaciones líderes. Su marco teórico fue establecido por Philip Kotler y Gerald Zaltman en 1971, y desde entonces ha evolucionado hasta convertirse en una disciplina reconocida en programas de salud pública, desarrollo sostenible y comunicación política.
Principios clave:
- Segmentación social: comprender profundamente a los grupos objetivo desde lo demográfico hasta lo psicológico.
- Valor percibido: el comportamiento propuesto debe tener sentido para quien lo adopta.
- Intercambio simbólico o práctico: se ofrece un beneficio social a cambio de una acción o cambio.
- Marketing mix adaptado: el uso estratégico de producto, precio, plaza y promoción.
El marketing social moderno también incorpora elementos de diseño centrado en el usuario, neurociencia del comportamiento y economía conductual para maximizar la efectividad de sus mensajes.
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Aunque suelen confundirse, el marketing social y el marketing con causa (cause marketing) no son exactamente lo mismo.
| Característica | Marketing Social | Marketing con Causa |
|---|---|---|
| Objetivo principal | Cambiar conductas sociales | Asociar la marca a una causa |
| Medición de éxito | Impacto social (KPI de conducta) | Notoriedad, ventas o engagement |
| Protagonismo de la marca | Puede estar en segundo plano | Marca en primer plano |
| Ejemplo | Campaña para reducir el uso de plásticos | Donación de % de ventas a fundaciones |
Ambos pueden coexistir en una estrategia de Responsabilidad Social Corporativa (RSC), pero es importante entender su alcance y diferencias para una aplicación honesta y efectiva.
¿Cómo iniciar un proyecto de marketing social?
Dicho esto, consideramos pertinente revisar cuáles son los pasos que debes seguir si quieres empezar un proyecto de marketing social y ayudar a solucionar uno de los tantos problemas que afectan a la sociedad en la que te encuentras.
Paso 1: Haz un balance
El procedimiento para crear estrategias de marketing social es muy similar al de una estrategia de marketing comercial. Por lo tanto, el primer paso para empezar a planificar tu campaña, es plantearte las siguientes preguntas:
- ¿Cuál es tu objetivo? ¿Qué quieres cambiar?
- ¿Cuáles son tus recursos y desafíos?
- ¿Y el horario? ¿Hay fechas fijas?
En esta primera fase debes dedicarte a definir cuál es tu causa y por qué merece tu atención y la de tu grupo objetivo.
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Paso 2: Define la visión general
Ahora es momento de que hagas una revisión a las ideas que te planteaste en el punto anterior con un poco de más detalle. Para ello debes empezar por definir quiénes son las partes interesadas y cuáles son sus expectativas. Pueden ser compañeros de tu empresa o empleados de organizaciones externas.
Además, es importante que revises si se han llevado a cabo otros ejemplos en el campo. Responde a:
- ¿Existen tal vez otras organizaciones o empresas que hayan abordado este tema en el contexto de una campaña de marketing social?
- ¿Hay alguna campaña social que hayas discutido con especial intensidad en tu círculo de amigos y conocidos?
Busca los factores que influyen en tu causa. ¿Qué se puede hacer exactamente? ¿Qué expertos de la comunidad científica se consideran líderes de opinión? ¿Hay famosos que apoyan la causa?
Una vez que hayas reunido esta información, podrás decidir si es realmente factible llevarla a cabo con éxito. No olvides especificar cómo puedes medir con éxito el cambio. Para ello, es importante definir la acción deseada con la mayor precisión posible. Los KPI son componentes elementales de la medición del impacto y debes definirlos desde el principio.
Paso 3: Define las medidas de marketing
Hasta ahora has analizado principalmente el comportamiento de las personas y sus motivaciones, ahora es momento de definir las medidas de marketing que vas a desarrollar.
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Lo primero es establecer cuáles son los mensajes que quieres transmitir y cuáles son las activaciones para lograr ese cambio. En tu campaña de marketing social no puedes limitarte a llamar la atención sobre una queja, un reto o una oportunidad. Debes ir más allá e incentivar el cambio.
Debes ofrecer una forma de cambiar el comportamiento de tu grupo objetivo. En la práctica, esto puede incluir la publicidad de productos o servicios que pueden ayudar activamente a cumplir los objetivos que te has fijado.
El último elemento de este paso es crear un plan concreto de tu campaña. Define qué vas a hacer exactamente y por qué. Además, no olvides informar siempre a los interesados. Tu campaña sólo puede tener éxito si los interesados ponen realmente su corazón en ella.
Paso 4: Empieza
Tu campaña está planificada, es momento de empezar a ponerla en marcha. Si tu campaña de marketing social es de mayor envergadura, resulta esencial definir con precisión las tareas y responsabilidades.
Planifica siempre para lo inesperado y ten recursos para responder con flexibilidad a cualquier desafío que pueda surgir.
Paso 5: Evalúa los resultados
Medir los cambios en el comportamiento de las personas parece, a primera vista, una tarea descomunal. Los KPI, las cadenas de impacto y los objetivos deben incluirse en la planificación de la medición del impacto. Lo ideal es que, en el paso 2, hayas definido qué significa el éxito.
Debes medirlo a corto, mediano y largo plazo. En el caso de las campañas que pretenden provocar un cambio duradero en las personas, los éxitos sólo son visibles después de algún tiempo. Para ello, incluso puede ser necesario preparar y realizar múltiples encuestas o estudios tras la campaña.
Pero, incluso durante la campaña, es importante conocer la opinión del grupo objetivo. Puede ocurrir que una campaña ya activa deba ajustarse de nuevo.
Paso 6: Cierra el círculo
La evaluación no es el final de tu campaña de marketing social. La última fase consiste en comunicar los resultados. Hazle saber a tu entorno qué objetivos has alcanzado y cómo se ha sentido el cambio. Así evitas que el compromiso de tu grupo objetivo disminuya y lo mantienes abierto para tu próxima campaña de marketing social.
Errores comunes a evitar
- Falta de coherencia entre causa y marca: Elegir una causa que no se relaciona con la actividad o propósito de tu empresa puede parecer oportunista.
- No involucrar a la comunidad afectada: Diseñar campañas sin participación de los verdaderos afectados puede generar rechazo o malentendidos.
- No medir impacto más allá de las métricas de vanidad: Likes y compartidos no equivalen a cambio de comportamiento. Lo que importa es la acción, no solo la visibilidad.
- Falta de seguimiento: El cambio social es un proceso continuo.
Ejemplos de marketing social exitoso
- Ministerio de Salud de España - Campañas antitabaco: Con un enfoque audiovisual fuerte, testimonios reales y acompañamiento psicológico, las tasas de tabaquismo en jóvenes bajaron un 12% entre 2012 y 2022.
- Ikea - Campañas de reciclaje y segunda vida: Integra su política de sostenibilidad con activaciones locales, workshops y acciones digitales que educan y motivan a sus clientes.
- Lacoste: Decidieron sustituir su icónico cocodrilo por 10 animales en peligro de extinción y destinar las ventas a conservar dichas especies.
- Burger King: En el año 2014 y coincidiendo con la marcha del orgullo LGTB de San Francisco, Burger King lanzó su proud Whopper.
- Volkswagen: Creó un vídeo donde se apreciaba cómo varias personas que asistían a un cine recibían una llamada en su móvil; mientras miraban el dispositivo, se producía en pantalla un accidente de coche que les llamó la atención.
- TOMS: Por cada par de zapatos que se vende, la marca dona un par de zapatos a un niño necesitado.
- Dove: La campaña "Real Beauty Sketches" de Dove mostraba cómo las mujeres ven su belleza en comparación con cómo las ve un extraño.
- Adidas: Lanzó una campaña llamada «Parley for the Oceans» para concientizar sobre la contaminación de los océanos y promover la utilización de materiales reciclados en la fabricación de sus productos.
En definitiva: el social marketing no consiste en vender productos (o no solo en eso), sino en impulsar ideas y comportamientos que generen un impacto positivo en la comunidad, mediante herramientas como la publicidad, la investigación de audiencias y la comunicación estratégica.
Integrar el marketing social en una estrategia empresarial no implica transformar completamente el modelo de negocio, sino alinear los valores de la marca con causas que generen un impacto positivo y coherente con su propósito.
El primer paso es definir claramente qué problemática social se quiere abordar. Esto no solo debe responder a una moda o tendencia puntual, sino conectar con la identidad real de la empresa, su historia y su cultura organizativa. Desde ahí, el proceso requiere integrar estos valores en cada etapa de la comunicación.
Aplicar el marketing social no significa dejar de lado los objetivos comerciales, sino demostrar que es posible crecer como empresa al mismo tiempo que se contribuye activamente al bienestar colectivo.