Muchos años de trabajo, perseverancia, visión, valores sólidos y mucho éxito, así ha sido la trayectoria de Miguel López, un empresario de corazón que se define como una persona a la que le gusta escuchar a los demás, alcanzar acuerdos y predicar con el ejemplo. La constancia es uno de los principales valores que lo ha acompañado a lo largo de su vida. Y le suma la capacidad de servicio y ayuda a los demás.
Ascenso a la Presidencia de CROEM
Después de un largo periodo como presidente de la Cámara de Comercio de Murcia, en junio Miguel asumió la presidencia de CROEM y lo primero que manifestó fue su compromiso y entrega, así como su voluntad de contribuir al bien común de la patronal. Ya era conocedor de la casa y siempre he sido un miembro participativo en la Confederación. En este tiempo al frente de CROEM me ha sorprendido la repercusión y la trascendencia de todo lo que aquí se realiza. Ha sido un tiempo para poner las bases que nos permitirán desarrollar nuestro proyecto en este mandato.
Objetivos Prioritarios
Mi objetivo prioritario es un plan empresarial en el que quede claro el trabajo que vamos a desarrollar en este mandato. Este plan se tiene que construir sobre las cuestiones que son comunes a todas las empresas, pero también con las que marquen los distintos sectores. De su persona destacan la honestidad, la capacidad y la voluntad de diálogo.
Confianza del Tejido Empresarial Murciano
El trabajo y la constancia son dos de los principales valores para manejarse en general en la vida. Y le sumo la capacidad de servicio y ayuda a los demás. Contribuir al bien común es lo que me hizo dar el paso para asumir la presidencia de CROEM.
Miguel Ángel Capriles López: Diversificación Empresarial
Humildad ante todo. Miguel Ángel Capriles López, nacido en Caracas el 16 de diciembre de 1963, es un empresario venezolano con inversiones diversificadas en España, Estados Unidos y Venezuela. Su trayectoria abarca desde la edición de prensa hasta el sector inmobiliario de lujo, pasando por iniciativas de coworking y proyectos de conservación de la naturaleza.
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De la Prensa al Sector Inmobiliario
Durante 20 años, Miguel Ángel Capriles estuvo al frente del Grupo Últimas Noticias, un conglomerado mediático anteriormente conocido como Cadena Capriles, fundado por su padre en los años 40. Sin embargo, en 2014, impulsado por la crisis del papel y la inestabilidad política, económica y social de Venezuela, decidió vender el grupo familiar para emprender nuevos negocios.
El empresario comenzó invirtiendo en inmobiliaria de lujo a través de la gestora familiar Gran Roque Capital. Muchos de los inmuebles adquiridos para reforma en el centro de Madrid (Barrio de las Letras, Salesas, Justicia, Salamanca, El Viso…) están catalogados como históricos o protegidos. Sensible hacia los temas de impacto social, hace dos años adquirió Impact Hub Madrid, compañía centrada en las oficinas flexibles, una evolución del coworking al uso. «No son solo espacios de trabajo compartido, sino ecosistemas que generan comunidad. Hay eventos, conferencias, actividades en torno a la sostenibilidad.
El accionista de referencia de Agartha es el empresario Miguel Ángel Capriles López, quien lleva una década invirtiendo en activos inmobiliarios en Madrid. Una fortuna procedente en parte de la venta del control del grupo de medios de comunicación en Venezuela Cadena Capriles, que heredó de su padre, Miguel Ángel Capriles Ayala.
Incursiones en el Mundo Financiero
El heredero de Capriles Ayala ha hecho incursiones también en el mundo financiero de la mano de empresarios en cuya órbita aparece Pedro Raúl López Jácome, que ha dirigido varias empresas venezolanas incluyendo la inmobiliaria Fondo de Valores Inmobiliarios, fundada por Luis Emilio Velutini y ahora encabezada por su primo Horacio Velutini. Este último figuró entre los acompañantes del impulsor de la aerolínea Plus Ultra Camilo Ibrahim Issa en su encuentro con la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, a finales de 2018.
La Serreta: Un Refugio Ecológico en Segovia
Tras ver más de 30 fincas, eligió La Serreta para usarla de recreo. Un día reparó en un artículo donde Fernando Morán explicaba su proyecto para introducir bisontes europeos. Le contactó por teléfono, el experto acudió a ver el terreno…, y le contagió su pasión por estos animales. «Llevo tres años entre bisontes y cada vez me parecen más bellos«, dice Capriles, que solo tuvo que pagar las pruebas veterinarias y el transporte, unos 2.000 euros por cabeza. Al poco de aterrizar en la finca, Capriles decidió transformarla en ecológica.
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La Serreta, una finca de 600 hectáreas situada en el municipio segoviano de Lastras de Cuéllar, se ha convertido en un proyecto personal de Miguel Ángel Capriles. En este espacio, conviven 24 bisontes europeos, la mayor manada de España. Una manada de 24 bisontes europeos camina con parsimonia sobre un espeso manto de nieve, mientras el sol de enero va derritiendo las copas heladas de pinos y robles. Dos crías rezagadas hunden sus pezuñas y meten el hocico en busca de rastrojos.
Para acometer esa transición fichó al arquitecto y paisajista Arturo Grinda, exgerente de la Dehesa El Milagro y con larga experiencia en gestión de campo. «En las 200 hectáreas de agricultura hemos buscado cultivos que necesiten menos agua: cereales, leguminosas, trigo, cebada… Elegimos el ovino frente al vacuno intensivo que existía porque contamina mucho menos«, explica el gestor de La Serreta. En una amplia pradera pastan 500 ovejas merinas negras, especie en extinción.
Desde el siglo XV, reyes y nobles han disfrutado de esta finca situada a 2,6 km de Lastras de Cuéllar, que partió de una concesión real de Isabel I de Castilla al I duque de Alburquerque. En 1490, este aristócrata mandó edificar el palacio de La Serreta. La propiedad fue lugar de retiro y coto privado de caza de la Casa de Alburquerque hasta finales del siglo XIX, época en que fue adquirida por la Unión Resinera Española para el aprovechamiento de sus pinares. Pero con la crisis de la resina, la finca se abandonó. En 1995 acudió a su rescate el empresario Bernardo Campos de Azcárate, quien impulsó la actividad cinegética, agrícola y ganadera y en 2005 rehabilitó el palacio.
Conservación del Bisonte Europeo
Los antepasados de estos bisontes segovianos (que en realidad tienen pasaporte polaco) eran cazados en la península Ibérica hace más de 10.000 años, como reflejan las pinturas rupestres de Altamira, pero se extinguieron como especie salvaje en 1919. Afortunadamente, en 1923 Polonia comenzó un proyecto de conservación de este totémico animal gracias a unos pocos ejemplares en cautividad que aún sobrevivían en los zoos. Un siglo después, se calcula que existen 8.000 especímenes en todo el mundo, en su mayoría criados en Polonia (2.800), Bielorrusia (1.400), Rusia (cerca de mil) y Rumanía (300).
Proyectos como el de La Serreta contribuyen a que el bisonte europeo no se extinga. De hecho, en la última actualización de la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN ha pasado de «vulnerable» a «casi amenazado».
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Hijas Emprendedoras: Lamarca Well
En el palacio de La Serreta, Magally (28 años) y Mischka (24), dos de las hijas del empresario (la mediana, Mayra, vive en EEUU), se preparan para la sesión de fotos. Salieron de Venezuela hace tres años y reconocen que fue duro dejar atrás sus raíces. Inquietas y cosmopolitas, sus viajes en familia siempre han girado en torno a la naturaleza y el deporte, ya fuera haciendo kitesurfing en el archipiélago caribeño de Los Roques, trekking en la isla de Santa Lucía o esquí en Courchevel. «En nuestra familia siempre ha sido muy importante la conciencia ecológica y la sostenibilidad», explica Magally, que hace cinco años montó un gimnasio en un exclusivo barrio de Caracas. «Cuando llegué a Madrid, me ilusionaba abrir un negocio vinculado a nuestro estilo de vida», añade esta licenciada en Derecho.
Hasta el punto de que las dos hermanas acabaron montando un gimnasio (Tracy Anderson Method Madrid), un restaurante de comida saludable (Roots Madrid) y una tienda multimarca de ropa deportiva (LAB Lamarca). Este año se han propuesto vincular la ciudad con el campo. «La Serreta y Lamarca son proyectos diferentes, pero tienen muchas conexiones. Poco a poco, iremos incorporando productos ecológicos de La Serreta, como verduras al restaurante o lana merina negra a la tienda», explican estas jóvenes emprendedoras, a quienes el confinamiento les ha dado tiempo para reflexionar sobre qué estaban haciendo: «No todo es trabajo. También hay que educar en valores.
La planta baja es el cuartel general de las hermanas Magally y Mischka Capriles (28 y 24 años), fundadoras de Lamarca Madrid, un «templo de la vida saludable».
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