Pedagogía del Emprendimiento: Definición y Enfoque Educativo

El interés por la educación emprendedora se presenta como una tendencia educativa internacional que ha calado con fuerza en la institución educativa.

Se promueve su desarrollo en todas las etapas educativas, desde la educación temprana a la educación superior.

Dentro de los currículos escolares de las diferentes etapas educativas de España, el emprendimiento continúa siendo una asignatura pendiente.

Cierto es que cada vez se incorpora más contenido relacionado con esta área y desde edades más tempranas, pero su peso y forma de plantearlo continúa situándose en un segundo plano.

Definición de Educación Emprendedora

La educación emprendedora se define como el enfoque educativo que posibilita el crecimiento del potencial emprendedor de los estudiantes y contribuye al crecimiento integral, principalmente de las dimensiones intelectual, societaria y moral de la persona, y no se limita al crecimiento socioeconómico y laboral.

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El emprendimiento es una de las bases para que un país o sociedad avance. Por eso, la educación no puede quedar al margen de esta necesidad, es ahí donde entra en juego la figura del emprendedor educativo.

Fomentar la cultura emprendedora en las aulas va mucho más allá de formar a alumnos para que estos creen sus propios negocios; también es sinónimo de impulsar la creatividad, la autonomía o el trabajo en equipo.

Crecimiento Integral a través de la Educación Emprendedora

La educación emprendedora favorece:

  • El crecimiento de la inteligencia a través del desarrollo de la creatividad y de la innovación, anclado en el carácter irrepetible del ser humano y de su libertad.
  • El crecimiento social, que promueve la relacionalidad más allá de la reciprocidad, busca el bien común y no solo el bienestar económico, y favorece el desarrollo de virtudes sociales como la solidaridad y la cooperación.
  • El crecimiento moral, que supone el desarrollo de la libertad e implica el crecimiento de la autonomía y el liderazgo.

Importancia de la Cultura Emprendedora en la Educación

La cultura emprendedora se debe incorporar a las aulas de forma transversal y desde una edad temprana.

De hecho, la Ley Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre, por la que se modifica la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación, en su artículo 19, establece que “sin perjuicio de su tratamiento específico en algunas de las áreas de la etapa, la comprensión lectora, la expresión oral y escrita, la comunicación audiovisual, la competencia digital, el fomento de la creatividad, del espíritu científico y del emprendimiento se trabajarán en todas las áreas”.

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El emprendedor educativo es clave para fomentar una cultura emprendedora de forma transversal desde una edad temprana, ya que es sinónimo de impulsar la creatividad, la autonomía y el trabajo colaborativo. Repercute en la formación integral de los alumnos.

Actividades para Fomentar el Emprendimiento en el Aula

Lógicamente, las actividades relacionadas con el emprendimiento deben adaptarse a cada edad y tipo de alumno.

Es aquí donde entra en juego el rol del emprendedor educativo, el cuál lleva a cabo distintas iniciativas entre las que destacan:

  • Trabajos en equipo: En estos casos, más importante que el resultado final es el proceso para llevarlo a cabo. Realizar trabajos en grupo implica saber colaborar con los demás, compartir ideas, aprender a dialogar y ceder, entender que cada uno tiene diferentes capacidades…
  • Concursos de ideas: Plantear un problema al que los alumnos deben ofrecer una solución valorando la creatividad y la solución a la que se ha logrado llegar.
  • Creación de empresas: Realizando todos los pasos necesarios como si fuese real, lo cual incluye un plan de negocio, acta de constitución, cargos, productos o servicios, imagen corporativa, solicitud de un crédito, etc. En el caso de cursos superiores como Bachillerato o ciclos de Formación Profesional (FP), se pueden poner en marcha durante un tiempo determinado.
  • Talleres: En los que se combine la parte práctica y la experimentación con la gestión de emociones. No solo se trata de “aprender a hacer” sino también de “aprender a pensar”.
  • Recursos digitales: En la Red existen diferentes iniciativas relacionadas con el emprendimiento en colegios e institutos, desde simuladores de empresas como formaTenred a programas de educación financiera de diferentes entidades como Money Town o KitCaixa Jóvenes Emprendedores.
  • Encuentros con emprendedores: Para conocer casos reales, sus dificultades, proceso… Es fundamental que estos encuentros sean con profesionales de diferentes sectores y que incluyan también iniciativas que acabaron fracasando.
  • Visitas: A escuelas de negocios, pymes, startups… para entrar en contacto directo con diferentes realidades empresariales.

Para lograrlo, es crucial que los docentes cuenten con una formación adecuada que combine los conocimientos teóricos con los prácticos y en la que la innovación metodológica y la personalización marquen la diferencia.

Beneficios de Fomentar la Cultura Emprendedora en la Educación

Fomentar el espíritu emprendedor es mucho más que enseñar a abrir un negocio propio. También implica reforzar la inteligencia emocional, la creatividad, la innovación, el trabajo en equipo y atreverse a pensar diferente.

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Fomentar la cultura emprendedora en el aula va mucho más allá de aprender a crear un negocio propio. El emprendimiento va ligado a una serie de competencias que repercuten en los alumnos de forma global.

Entre sus beneficios, señalar:

  • La creatividad.
  • La autonomía y confianza en uno mismo.
  • El trabajo en equipo y la socialización.
  • El liderazgo y la responsabilidad.
  • La empatía.
  • La capacidad para asumir riesgos y adaptarse a los cambios.
  • El espíritu crítico.
  • La responsabilidad.
  • Aprender a gestionar el fracaso y la frustración.

Es decir, impulsar el emprendimiento educativo engloba más ámbitos que el financiero; desarrollar una verdadera estrategia emprendedora en el sistema educativo repercute en la formación integral de los alumnos.

Además, hay que tener en cuenta que el emprendimiento real puede ir ligado al área social, cultural, deportiva, etc.

Competencias Clave y el Emprendimiento

“El sentido de iniciativa y emprendimiento” es una de las ocho competencias clave para la formación continua definidas por la Unión Europea.

En 2016, La Comisión Europea desarrolló el marco de referencia EntreComp , Marco europeo de la competencia emprendedora.

Este marco establece una herramienta que posibilita analizar la orientación emprendedora de los planes de formación y estudios en la UE.

Se define el emprendimiento como “una competencia transversal que se aplica a todos los ámbitos de la vida: desde promover el desarrollo personal hasta participar activamente en la sociedad, (re)acceder al mercado laboral como empleado o como autónomo y también crear empresas (de valor cultural, social o comercial)”.

En España, la Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la mejora de la calidad educativa (LOMCE) introdujo novedades en los currículos de las distintas materias, entre ellas, los contenidos relativos al emprendimiento, a la educación financiera y a la cultura económica en general.

El nuevo modelo de currículo que propone la LOMLOE, que comenzará a implantarse en 2022, apuesta por trabajar ocho competencias avaladas por los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.

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