Puntos Fuertes y Débiles de un Emprendedor Especialista

La experiencia de cada profesional puede llegar a definir el tipo de emprendedor que será. En el caso de los emprendedores especialistas, esta afirmación cobra todavía más sentido, ya que se trata de personas con mucho conocimiento sobre un área concreta.

Existen muchos tipos de emprendedores: corporativo, visionario, inversionista… Los emprendedores especialistas son una de las cuatro variables en las que Joe Abraham, emprendedor en serie, ha definido el ADN del emprendimiento. Abraham divide este ADN en un cuadrante en el que las opciones son: constructor ('builder'), oportunista ('opportunist'), especialista ('specialist') e innovador ('innovator'). Juntos, forman el cuadranteBOSI, por las siglas de los adjetivos en inglés.

Un emprendedor especialista es una persona con conocimientos técnicos y específicos sobre el sector concreto en el que decide emprender: un abogado que lanza un servicio legal de tramitación ‘online’, un biólogo que emprende y crea un ‘software’ para detectar un virus o un banquero que desarrolla una plataforma de pagos. Desde Adecco, añaden que este tipo de empresario "aprovecha los errores de otros para encontrar una oportunidad para su negocio". Precisamente la experiencia le permite identificar dónde está el fallo de otros y convertirlo en éxito para él.

Fortalezas de un Emprendedor Especialista

La revista 'Emprendedores' destaca que los emprendedores especialistas son buenos liderando equipos, aunque suelen ser individualistas. Expertos y perfeccionistas. Analíticos y metódicos. Contrarios al riesgo. Foco en las oportunidades.

Debilidades de un Emprendedor Especialista

Conocen tan bien su área de actividad que pueden resultar individualistas y tener dificultades para trabajar en equipo, algo esencial en el mundo del emprendimiento. Tomar decisiones muy meditadas tiene un punto débil: el crecimiento de la compañía será más lento, puesto que estos emprendedores no arriesgan ni diversifican demasiado.

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Ejemplos de Emprendedores Especialistas

Los emprendedores especialistas son profesionales destacados del sector en el que trabajan y suelen dedicarse a profesiones técnicas como, por ejemplo, los diseñadores gráficos, los chefs, los abogados o los médicos.

  • Los hermanos Roca: Joan, Josep y Jordi Roca son los tres fundadores de El Celler de Can Roca, uno de los mejores restaurantes del mundo. Además de este restaurante, en el que son chef, sumiller y repostero, respectivamente, los tres hermanos han creado otras empresas vinculadas al mundo de la cocina, ámbito en el que son expertos. Desde Casa Cacao, un hotel, tienda y cafetería en el centro de Girona, especializado en elaboraciones de cacao; hasta Roca Recicla, un proyecto de reciclaje en el que elaboran vajillas utilizando botellas vacías del restaurante.
  • Carlota Pi: La cofundadora y consejera delegada de Holaluz, una compañía que comercializa energía eléctrica de origen renovable, es otro ejemplo de emprendedora especialista. Carlota Pi es ingeniera industrial y especialista en energía, sector en el que trabaja la empresa que cofundó junto a Oriol Vila y Ferran Nogué.
  • Gerard Piqué: El exfutbolista del Fútbol Club Barcelona ha centrado sus negocios en su especialidad: el deporte. Piqué fundó Kosmos en 2017, una empresa con distintas divisiones en el deporte, desde la producción y realización audiovisual hasta la puesta en marcha de la Kings League, una liga de fútbol en la que participan futbolistas y creadores de contenido.

BBVA Spark ofrece soluciones para acompañar en sus proyectos a todos los tipos de emprendedores, ya sean especialistas, visionarios o corporativos. Emprender es una tarea complejas sobre todo para los emprendedores principiantes y conlleva una serie de riesgos pero también beneficios.

Errores Comunes al Emprender

Aunque no existe una guía o unas instrucciones concretas para emprender con éxito, sí que es verdad que existen una serie de errores que son más habituales a la hora de emprender nuevos negocios.

  1. La forma más precisa de analizar un negocio es recurrir a un análisis DAFO. Dentro de él se analizan de forma pormenorizada las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades dentro de un negocio.
  2. ¿Cuál es el nivel de competitividad que existe dentro de él? ¿Existen muchas empresas compitiendo por un mismo terreno del mercado? ¿Cuál es el público objetivo? Antes de plantar la semilla de un negocio es importante que el emprendedor se informe tanto como sea posible. Lo más recomendable es compatibilizar una investigación de mercado con las entrevistas y conversaciones con otros emprendedores del sector.
  3. El buen funcionamiento de un negocio requiere la colaboración de un buen equipo de trabajo así como de su sincronía. Uno de los errores más comunes entre los emprendedores es no acaparar demasiado peso y responsabilidades.
  4. Un modelo de financiación razonable y realista será algo básico para que un negocio prospere. Contar con asesoramiento financiero no siempre será necesario, aunque sí que es importante contar con algunas nociones básicas en la distribución de los gastos. Por ejemplo es recomendable evitar costes fijos tanto como sea posible.
  5. La idea original de un proyecto puede que tome diferentes perspectivas o enfoques a medida que se lleva a cabo. En estos casos es importante que no tratemos de aferrarnos a la idea original, sobre todo cuando descubrimos que el mercado o las circunstancias demandan otros enfoques distintos al original.
  6. Quedar paralizado por el miedo o no llevar una idea a la práctica hasta el final por miedo es más habitual de lo que creemos. Sin embargo, no podemos olvidar que los errores nos ayudarán a crecer y aprender a buscar nuevas alternativas.

Limitaciones y Riesgos al Emprender

  1. En los proyectos escasos de recursos, la falta de formación en gestión empresarial de los promotores hace que se multipliquen los pequeños problemas cotidianos. Esta limitación puede poner en peligro el futuro de la empresa. Lo importante es ser consciente de las propias limitaciones.
  2. La euforia y la impaciencia por hacer realidad el proyecto empresarial suele ser el principal motivo de fracaso de muchos empresarios novatos. Más aún cuando, se ha pasado por un MBA y se tiene plena confianza en las propias capacidades personales. Cuando montas un negocio, empiezas con mucha ilusión, crees que lo sabes todo y, a la hora de la verdad, te das cuenta de que no es así. En momentos de tensión, uno de los mayores riesgos es la tentación de echarlo todo por la borda. El miedo es normal, tienes la sensación de que estás solo. Aunque los demás te intenten ayudar, al final es tu problema.
  3. La motivación, la ambición, la resistencia al fracaso del promotor determinan también el éxito. Hay una gran diferencia entre el emprendedor por necesidad y el vocacional.
  4. Hay un caso que se repite quees el clásico del emprendedor confiado que monta un negocio en un mercado desconocido sin detenerse a analizar la competencia, los clientes… Esta falta de planificación da al traste con el negocio pasados unos años. Un final casi cantado cuando se comete este error, incluso cuando se trata de personas que han trabajado varios años en ese mismo mercado.
  5. Aunque parezca increíble, el exceso de información se ha convertido en una barrera para muchos emprendedores. Muchos de ellos confiesan que se sienten perdidos en la maraña de organismos públicos y de páginas web a las que podrían dirigirse. A veces esta falta de información puede ser crucial. Imagina que la Agencia de Protección de Datos encuentra un fichero mal gestionado en una empresa. Este error puede suponer una multa de trescientos mil euros. Más de una pyme tendría que cerrar ante la imposibilidad de hacer frente a una multa así. Para evitar esta posibilidad están las asociaciones.
  6. Los pequeños empresarios suelen confiar en su olfato o buen criterio para decidir quiénes deben ocupar los puestos clave de la empresa. En muchos casos aciertan, pero si no es así, las consecuencias pueden ser más graves de lo que a priori cabría esperar. Es recomendable hacer un estudio de la empresa y fijar los perfiles profesionales que se necesita para cada puesto.
  7. Siempre se ha dicho que una pareja no se conoce bien hasta que no convive en la misma casa. Esta misma idea sirve para comprender por qué resulta tan complicado para la mayoría de los emprendedores conseguir una buena relación con sus socios. Cuando la química falla entre los socios, el resultado final es el cierre del negocio, o, en el mejor de los casos, la venta de una de las partes al socio más comprometido con el proyecto. Un resultado sin final feliz que está detrás de una gran parte de los fracasos empresariales. Es un error muy frecuente entre los emprendedores porque hay cosas que nunca descubres hasta que no trabajas con tu socio. Y da igual que se trate de una persona a la que conoces desde hace años; incluso si se trata de un familiar o un amigo todavía puede ser peor.
  8. Un error común de los promotores de un proyecto que empieza con escasos recursos es renunciar a buenos profesionales con experiencia porque resultan más caros. El equipo es una parte clave del negocio. Aunque no se tiene la estructura ni la pretensión de trabajar con multinacionales, es importante tener un equipo que no envidie a las grandes. Si el equipo está motivado, se luce y da lo mejor de sí. Otras veces el problema está en la dificultad de los promotores para hacer equipo.
  9. También el afán por ahorrar está detrás de este error clásico entre los emprendedores novatos. Un error común es acudir a relaciones personales cuando se necesita ayuda. Este error se repite casi siempre por el coste que puede suponer para una pyme contar en nómina con un director financiero o un contable.
  10. El 60% de las pymes españolas están creadas por promotores que han elegido la condición jurídica de persona física en el momento de constituir la empresa.
  11. En algunos mercados existen normativas muy específicas que se pueden escapar a las previsiones del promotor.
  12. La falta de previsión relativa a los trámites administrativos necesarios para crear una empresa puso contra las cuerdas a una emprendedora cuando intentaba poner en marcha su consultora de prevención de riesgos laborales. “La Administración tardó dos meses y medio en concederme la póliza de responsabilidad civil que exige la ley para esta actividad. No esperaba que tardaran tanto en concederme este documento y, de repente, me encontré con que ya tenía un NIF, tenía que pagar un alquiler, empezar a contratar un personal fijo… y no podía ejercer ni empezar a hacer clientes por un problema legal”, explica.
  13. La falta de liquidez en los primeros meses de actividad del negocio es, desgraciadamente, una realidad a la que se enfrenta la mayoría de los promotores de un nuevo negocio. Existen pequeñas partidas que se van sumando y muchas veces terminan estrangulando el negocio. A estos errores clásicos se pueden añadir otros imprevistos mucho más difíciles de resolver. El problema cuando se entra en esta espiral de gastos es que casi siempre coinciden con los primeros meses de actividad, cuando apenas hay ingresos para ajustar los números.
  14. Un error muy común es hacer el plan financiero sin tener en cuenta las necesidades a medio plazo. Y justamente cuando todo empieza a bien parece que volvemos al principio, porque nos encontramos con que hay que realizar reinversiones para hacer frente a cambios en el mercado. Es un error frecuente en las empresas industriales, especialmente en industrias muy dinámicas, como la biotecnología y las nuevas tecnologías en general. Como regla general el plan financiero se debe hacer a uno, dos y tres años. Pero si se trata de una industria tradicional, probablemente habrá que hacerlo a siete u ocho años para calcular el retorno de la inversión. Y en industrias más dinámicas habrá que ajustarlo cada seis meses. Lo importante es no plantearse este documento como algo rígido.
  15. El exceso de costes fijos impidió a un emprendedor sacar a flote un negocio familiar de muebles que no pasaba por un buen momento. “Me encontré con una plantilla desmotivada y un formato de tienda demasiado grande. Era una tienda muy céntrica, con una gran afluencia de gente, pero estaba distribuida en varias plantas y eso me impedía reducir la plantilla y seguir atendiendo bien a los clientes. Al final, teníamos un coste de estructura demasiado alto para la dimensión del negocio. La implantación del outsurcing se ha convertido en la panacea de muchos negocios para reducir los costes fijos. Pero sólo se debe aplicar a aquellas áreas del negocio que no forman parte de su actividad principal si se quieren mantener unas pautas de calidad.
  16. La mitad de los emprendedores financia el cien por cien del negocio de su propio bolsillo, y otra parte importante solicita ayuda de algún familiar. El resto tiene que recurrir a la financiación de bancos y empresas de capital riesgo. Esta última opción es la más arriesgada, especialmente si los recursos ajenos son superiores al 30-40% de la inversión total realizada. Conviene tener en cuenta, sobre todo, que la asfixia del negocio por un exceso de deuda no sólo se produce por una falta de clientes. También se puede producir cuando el negocio va bien. Este mal cálculo entre los ingresos y el pago de la deuda fue precisamente la causa de fracaso del negocio de regalos a empresas que creó un emprendedor. “Nos mató el éxito. Nos iban tan bien las cosas que tuvimos que buscar financiación de bancos para hacer frente a los pedidos. El estrangulamiento financiero de una empresa exitosa se produce casi siempre en empresas en las que entran en juego las economías a escala.
  17. El exceso de prudencia a la hora de invertir en el negocio es un error que puede acabar en fracaso por una infradimensión del negocio. Es un error que limita tanto el éxito como el crecimiento de la empresa. Si tengo un restaurante y me va bien, me puedo defender manteniendo una línea de calidad. Pero en la mayoría de los negocios tienes que reinvertir para crecer.
  18. Cuando montas un negocio siempre calculas mal el tiempo que vas a tardar en empezar a cubrir los gastos. Crees que vas a tener clientes desde el primer día, que vas a crecer enseguida… Y después te das cuenta de que sí consigues contratos, pero con más tiempo del que habías calculado. El resultado final, sin embargo, no siempre es el mismo. Conviene advertir, además, que este mismo error también se puede cometer cuando se apuesta por un negocio en franquicia.
  19. En el fino equilibrio necesario para ajustar el presupuesto, tropezar con un cliente moroso puede suponer la muerte del negocio. Este error fue el que obligó a un emprendedor a cerrar su empresa después de varios errores financieros. “Tuvimos que cerrar porque hicimos un cliente muy importante, una agencia de publicidad, que nos empezó a hacer pedidos muy fuertes y cerró de la noche a la mañana dejándonos una deuda de doce mil euros. La historia sin final feliz del negocio de artículos para empresas que este emprendedor montó con dos socios tiene mucho que ver con su falta de planificación en todos los sentidos. Como él mismo confiesa, fueron improvisando el negocio en función de los pedidos de los clientes. “A raíz del golpe que supuso para nuestras cuentas el hecho de no haber contado con la morosidad de un cliente tan importante, empezamos a tener problemas de financiación con nuestros proveedores. Y después nosotros mismos empezamos a retrasarnos en las entregas a nuestros grandes clientes. Empezamos a tener muchos problemas con las dos partes. Los proveedores empezaron a presionarnos y terminaron por no servirnos mercancías sino era con pagos al contado. Y al final de todo esto, nos vimos ante el problema de que teníamos que pagar al contado 60.000 euros, y trabajando para clientes que tardaban más de un año en pagar sus facturas. Tuvimos que suscribir pólizas de crédito con un banco para subsistir.
  20. De nuevo el exceso de confianza está detrás de un error muy común cuando los promotores del negocio se enamoran de su producto o servicio. Éste es un error que se comete por falta de formación y un exceso de confianza. Tú puedes dominar un tema y tener una idea excelente, pero tienes que dominar un entorno que normalmente no conoces. Esta máxima se convierte casi en un mandamiento cuando se trata de productos innovadores.
  21. Un plan de marketing poco ajustado a las necesidades del negocio (unido a complicaciones con su socio) fue el principal motivo de fracaso de la empresa de formación y consultoría creada por una emprendedora hace ahora doce años. Y eso, a pesar de su experiencia profesional en el sector de la consultoría. “Diseñamos una estrategia de marketing que no se ajustaba al mercado. Fundamentalmente porque intentamos abarcar demasiado, no nos especializamos. Fue un error de marketing propiciado en su origen en una falta de reflexión sobre la propia empresa. No habíamos dedicado el tiempo suficiente a pensar el negocio, a hacer un plan de empresa, un estudio de mercado, a analizar quiénes serían nuestros clientes… ¿Por qué cometimos este cúmulo de errores básicos? Supongo que fue un exceso de confianza en las relaciones de mi socio para aportar clientes al negocio. Esta falta de planificación se materializó en errores importantes en el momento de empezar a tomar decisiones. “El mayor de todos fue hacer un mal catálogo. En el que enviamos a los clientes daba la sensación de que la base de nuestro negocio eran los cursos de formación, cuando en realidad el objeto del mismo era la consultoría. Se vio intentando consolidar una empresa desconocida, que intenta captar clientes comunicando mal su producto. Por supuesto que enseguida fueron conscientes del error cometido e intentaron resolverlo. “Nos dimos cuenta de que el catálogo estaba limitando nuestra capacidad de vender a nuestros clientes. En lugar de ayudarnos, nos estaba poniendo dificultades. Los posibles clientes nos archivaban como una empresa de formación, imaginando que nosotros contábamos con nuestras propias aulas, cuando no era así. Este error limitaba nuestra cartera de clientes. Antes de tomar una decisión tan drástica, pensaron en cambiarlo por otro. “Pero cuando te montas un negocio vas justo de presupuesto y si haces un gasto económico importante en una herramienta que debe ayudarte a vender y acaba en el almacén, se te empieza a complicar todo. Hacer otro catálogo era demasiado caro. Intentamos resolverlo a fuerza de hacer más visitas, ser perseverantes y cuidar mucho al cliente. Pero no resultó. Ha aprendido muy bien la lección y recomienda a quienes piensen montar un negocio: “A la hora de hacer una estrategia de marketing, o de publicidad, tienes que tener muy claro a quién te diriges, qué quieres conseguir y hasta dónde quieres llegar. También me he dado cuenta ahora de que no habíamos enfocado bien el mercado. Nos enfocamos sólo a Vitoria, cuando en realidad ahora estoy trabajando a nivel estatal. Mi error fue no detenerme a pensar lo suficiente el plan de empresa, y montarla sin los suficientes datos. Ahora no cometería ese error.
  22. La mayoría de los emprendedores confiesa que tienen serias dificultades para poner un precio a sus servicios. Cuando montas una empresa tienes la sensación de que los demás son mejores que tú, y que por eso sus costes son muy superiores. Aunque confías en tu capacidad para hacer bien las cosas, crees que la marca de tus competidores tiene mucho más detrás que la tuya. Y la experiencia te demuestra que esto no es cierto. Al final, por ser competitivo pones precios demasiado bajos.
  23. Cuando desarrollas un plan de negocio, estás haciendo un plan de negocio para hoy. Con tus condiciones actuales, financieras, de recursos humanos, con una situación muy concreta del mercado en ese momento… Pero no hay que olvidar que el mercado es completamente cambiante y que hay una rotación enorme de productos.
  24. Es muy común cometer errores de distribución cuando una empresa intenta lanzar un nuevo producto al mercado. O cuando simplemente aspira a un mercado mayor y no ha planificado bien la dimensión de ese reto. Éste es uno de los errores que cometieron los promotores de una empresa de alimentación. “Lanzamos nuevos productos cárnicos, sal...

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