Raúl Castañeda (Barcelona, 1980) iba camino de convertirse en el rey de los colchones de alta gama en España hasta que una financiera se cruzó en su camino. De tenerlo todo pasó a dormir en una caravana para motos junto a su mujer y su hija de seis años. Con un móvil prepago y ‘pillando’ la wifi de un McDonald’s encontró la información precisa para devolver su vida al rumbo del éxito. Hoy es el azote de los usureros.
Víctima de la Usura: El Inicio de una Lucha
Él mismo fue víctima de la usura. Vendía colchones, pero se arruinó por culpa de una entidad de microcrédito: llegó a perder su casa y pasó a residir «en un almacén, en un remolque donde guardaba las motos, puse uno de mis colchones y estuve con mi mujer y con mi hija, que entonces tenía 6 años, viviendo seis meses», relata Raúl Castañeda, fundador de Preico Jurídicos.
Rememora que «todo empezó debido a que fui víctima de la usura por varias entidades, aunque la que más daño me hizo fue Cofidis: me ingresaba dinero en mi cuenta, pero me retenía un porcentaje que debía devolver a los cinco años; luego, alegando que había clientes sin trabajo, me descontaron todo el dinero». «No lo pude soportar, tuve que cerrar mi empresa, las cinco oficinas, despedir a 131 empleados, perdí mis coches, perdí mi casa», afirma.
«Siempre he dicho que cuando una persona saca lo mejor de sí es cuando no tiene nada que perder», manifiesta el empresario, que entonces «no tenía dinero para comer, llevaba mi ropa al Cash Converters, hasta el anillo de boda lo empeñé para que me dieran dinero para poder comer».
Sin embargo, pasado ese tiempo la entidad no le devolvió el dinero de los clientes que no habían hecho frente al pago. «Alegaron que algunos estaban en paro, otros se habían divorciado…, así que como habían dejado de pagar, me lo restaron a mi.
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«Yo tenía una empresa de 131 empleados y cinco oficinas», prosigue. «Y por culpa de esto tuve que dejar de financiar. Me disminuyeron mucho las ventas, provocando el cierre de la empresa. Incluso perdí mi casa y me tuve que ir a vivir a un almacén con mi mujer y mi hija. Estuvimos 6 meses.
«Mi empresa no tenía nada que ver con el mundo jurídico. Es más, no tengo estudios cursados en este sentido. Pero durante esos meses que estuve viviendo allí en la nave solo tenía odio y sed de venganza contra Cofidis. Por lo que me había sucedido«, precisa.
El Descubrimiento de la Ley Azcárate
Fue un comentario de una clienta de Tarragona («los intereses que cobráis son para denunciaros», le dijo la mujer) el que le llevó a vez la luz, ya que esos intereses los cobraba Cofidis. «Aquella frase me hizo pensar y, cuando bajé de casa de esa señora, cogí wifi gratis del McDonald’s, busqué ‘denunciar a Cofidis’ y encontré la Ley Azcárate», resalta.
Esa norma, conocida también como Ley de la Usura, fue aprobada el 23 de julio de 1908, en la época de la Restauración borbónica y sigue en vigor actualmente. Su nombre oficial es Ley de 23 de julio de 1908 sobre nulidad de los contratos de préstamos usurarios.
Tras hacer el descubrimiento, «como se la tenía jurada a Cofidis, me fui a buscar abogados, pero me dijeron que me fuera, porque yo era un vendedor de colchones». Hasta que dio con un letrado que confió en él, se pusieron manos a la obra y «en apenas cuatro meses teníamos 3.000 clientes». «Los clientes me empezaron a decir: ¿por qué no me luchas igual contra otros bancos u otras financieras? Y llevamos más de 22.000 juicios en los juzgados».
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Preico Jurídicos: Una Cruzada Contra la Usura
Desde entonces, no ha parado de trabajar, tanto para vencer a los estafadores y usureros como, principalmente, para ayudar a sus víctimas. «Una señora se me suicidó al teléfono, eso no lo termino de superar», confiesa.
Raúl Castañeda es el nombre del perito judicial que ha saltado a la actualidad por dejar 4.000 euros de propina en un bar de Marbella. Este catalán es el gerente del despacho de servicios jurídicos especializado en derecho financiero Preico Jurídicos, fundado en 2017: "No soy abogado, soy perito judicial y aun y eso inicié este despacho de abogados solo con el fin de poder plantarle cara a la usura", así de claro lo explica en su vídeo de presentación, publicado en el canal de Youtube de su empresa.
Insiste en que la idea de montar una empresa de servicios jurídicos dedicada a las cláusulas usurarias «surgió por la venganza. No soy abogado. El hecho de no serlo, me llevó a desconfiar mucho hacia el sector de la abogacía porque me decían que donde iba una persona que no entendía de leyes a motivar a que personas presentaran demandas. Que había mucho riesgo«.
Sin embargo, «a mi me hacía sentir bien, porque había muchas personas a las que había motivado a que financiaran colchones y a cambio pagaron unos intereses usureros a Cofidis. Yo nunca he ganado nada con las financiaciones. Fue mi afán de hacer justicia lo que me llevó a implicarme de esta forma. Ahora en el despacho estamos facturando millones de euros. He venido aquí para quedarme.
Reconoce que le han acusado de intrusismo: «Recibí un total de tres demandas y dos querellas. Los abogados creían que estaba haciendo intrusismo. Pese a ello, defiende su trabajo. «Yo no me estoy entrometiendo en nada, porque para hacer una reclamación previa, llegar a un acuerdo extrajudicial o llevar al cliente a una negociación con el banco o la entidad no necesitas ser abogado. Solo será preceptivo para cuando quieras presentar la demanda ante el juzgado y para defender la causa».
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Así que, «todo lo que sea de puertas del juzgado para afuera, siempre que recibas un poder del cliente ante notario para que le representemos ya es válido. Desde entonces, se han sucedido las sentencias dando la razón a los consumidores en este tipo de reclamaciones. En algunos casos, las Audiencias Provinciales ya están fijando un criterio como tope.
Va a por «todos los bancos, no se ha librado ni uno». «Todos sabemos que los intereses eran muy altos, pero nadie había dicho que eran ilegales; con 110.000 juristas y abogados que hay en España colegiados, nadie se había puesto a luchar contra la usura», sentenció.
Ahora, que ya conoce a muchos abogados, «me dicen que ellos tenían la precaución de no luchar contra las entidades bancarias porque tenían la ilusión de que les contrataran en una de ellas». Aunque tiene claro que «el banco siempre está ahí para robar», admite que «tengo que trabajar con ellos, porque todos mis clientes son a distancia». «Yo cobro el dinero por transferencia que me pagan los clientes, vamos todos los días a esas entidades bancarias, aquí en Barcelona, sacamos el dinero en efectivo en ventanilla y nos dejan una caja fuerte» para depositarlo. Así, hace hincapié, «mi dinero nunca está a disposición del banco, nunca trabajarán con mi dinero».
En estos momentos, el fundador de Preico Jurídicos es un empresario de éxito que, por ejemplo, ha recuperado ya «90 millones en cinco años solo por comisiones por descubiertos» y que tiene un proceso con Cetelem, otra entidad de créditos rápidos, en el Tribunal Supremo. Con «22.000 clientes pendientes de sentencia, más 3.000 casos ya ganados, son 25.000 historias que podría contar».
Una de ellas, la de una señora que «se puso en contacto conmigo y me dijo: ‘¿es verdad que tú odias a Cofidis?’ Le dije que sí y ella me respondió: ‘es que yo también los odio, me lo hicieron pasar fatal en una época en la que me quedé en paro. Me llamaban acosando y quiero llevarlos a juicio». La lentitud de la Justicia dio lugar a que, cuando salió la sentencia que resolvía que la mujer iba a recuperar 30.000 euros, «la llamé, superfeliz, pero se puso su hija y me contó que su madre falleció apenas 12 horas antes. Falleció sin saber que ella tuvo la razón y ganó».
La Usura en España: Un Problema Persistente
Castañeda precisa que la usura entró en España a mediados de los 90, y que, aunque en 1928 se penalizó en el Código Penal, «todos los partidos votaron a favor de que se despenalizara la usura». Fue entonces cuando «nacen todas estas empresas» tipo Cofidis, contra las que él combate en los tribunales. «Está más que claro que esto no va a frenar», augura este emprendedor, a lo que añade que «los bancos y las entidades suelen dar ciertos apoyo a las campañas electorales…» La usura en España está regulada en la Ley de 23 de julio de 1908.
Tanto la propia ley como el Tribunal Supremo han establecido que los préstamos considerados usura tendrán como sanción la nulidad del contrato. Esta nulidad implica que el prestatario solo tendrá que devolver el dinero que le fue prestado, sin intereses.
Hay dos supuestos: si el prestatario no hubiera devuelto aún entre principal e intereses una suma equivalente a la prestada, entonces solo tendrá que devolver la cantidad restante hasta llegar al dinero originalmente prestado, sin intereses; si el prestatario ya hubiera devuelto entre principal e intereses una suma superior a la inicialmente prestada por el prestamista, entonces el prestamista deberá devolver al prestatario todas las cantidades que excedan de la originalmente prestada.
El Modelo de Negocio de Preico Jurídicos
Si se trata de personas con dificultades económicas, ¿cuál es el modelo de negocio? El beneficio nos lo da el manejar un volumen de casos elevado. Nosotros cobramos si se gana el caso y si se pierde, nos hacemos cargo de las costas judiciales. Si la demanda prospera, cobramos un 15% de la cantidad recuperada y la exonerada, y las costas si las hay.
En estos momentos, en la comunidad murciana su despacho tiene 1.233 procedimientos abiertos. «Lo importante es que recuperen su dinero», subraya.
La Lucha Continúa
Raúl Castañeda denomina su guerra contra la usura como «la revolución de las injusticias». Fundó un despacho de abogados en Barcelona, Preico Jurídicos, después de que los créditos usurarios le dejaran sin nada. Sin ser abogado.
Castañeda reconoce que espera que se aclare la interpretación, ya que, a su juicio, «el Supremo tampoco ha fijado el 20% como tope, no lo ha dejado claro. Sin embargo, subraya, «la usura sigue estando de actualidad porque las financieras y los bancos se aprovechan de los clientes.
Castañeda no está de acuerdo con fijar el tope en un 30%, porque «rompe la economía de cualquier familia. Entre sus próximos planes, explica, se encuentra llevar este asunto a Europea para que los créditos por encima del 20% se consideren directamente usurarios y se castigue a España.
Y es que, «no es fácil evitar ser víctima de la usura porque vivimos en la sociedad del consumismo», afirma, «nos tienen acostumbrados a que tenemos que financiar hasta las vacaciones, cuando eso tendría que ser un dinero ahorrado. Para evitar realmente ser víctima lo que hay que hacer es tener una economía sana, no vivir por encima de nuestras posibilidades y ahorrar. Parece fácil pero no lo es, soy consciente».
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