Pete Seeger: Mentor de Bob Dylan y Leyenda del Folk

El cantante, investigador y compositor de folk Pete Seeger, considerado como una de las principales figuras de ese género musical y un activista por los derechos humanos, ha fallecido en Nueva York a los 94 años. La muerte, ocurrida en el New York-Presbyterian Hospital, donde permanecía ingresado desde hacía una semana, fue "por causas naturales", según informó su nieto, Kitama Cahill Jackson, al New York Times.

La carrera de Seeger, para quien la música folk tenía un sentido comunitario y era un vehículo de la acción política, le llevó desde el "top ten" de la música radiada a los auditorios de los festivales de folk y desde su desprecio por el Congreso a la actuación en el Memorial de Lincoln en el concierto inaugural en honor de Barack Obama.

Su trabajo es hoy en día una referencia para miles de músicos repartidos por todo el mundo que bebieron de su influencia. No sólo de Estados Unidos, pese a que fue allí donde gente como Bruce Springsteen o el mismísimo Bob Dylan se dejaron influir por el maestro del género.

Fue mentor de jóvenes que empezaban en el folk, como Bob Dylan, Don McLean y Bernice Johnson Reagon; Bruce Springsteen cantó sus canciones en We Shall Overcome: The Seeger Sessions (2006), y con Woody Guthrie hizo This Land Is Your Land. Fue también coautor de algunos de sus temas más perdurables, como If I Had a Hammer.

El 90 cumpleaños de Seeger se celebró en el Madison Square Garden con un concierto en el que Springsteen le presentó como "un archivo vivo de la música americana y de su conciencia, un testamento del poder de la canción y la cultura".

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El Legado Musical y Activista de Pete Seeger

Desde la década de los 1930’, Seeger comenzó con un activismo social y político que marcaría su figura hasta el día de hoy. Tanto su imagen política como musical le han valido el reconocimiento de otros grandes artistas como Bruce Springsteen, que lanzó su álbum de tributo ‘We Shall Overcome: The Seeger Sessions’ (Columbia, 2006).

Pete Seeger, el cantante folk que se hizo famoso cantando a trabajadores, estudiantes universitarios y presidentes como Barack Obama y mentor de artistas como Bob Dylan, falleció este lunes de muerte natural a los 94 años en el New York-Presbyterian Hospital, donde estuvo ingresado seis días.

Alto y delgado, de blanca barba y con su banjo siempre a mano era un icono de la música folk para generaciones de estadounidenses y fans en todo el mundo. Escribió o colaboró en canciones tan míticas como If I Had a Hammer, Turn, Turn, Turn, Where Have All the Flowers Gone y Kisses Sweeter Than Wine.

Fue durante toda su vida un activista por los derechos humanos y utilizó su música y su afabilidad para protestar contra Hitler, contra las armas nucleares, la guerra de Vietnam, o apoyar la marcha de Occupy Wall Street en Manhattan en 2011.

Con motivo de su 90 cumpleaños se celebró un macroconcierto en el Madison Garden de Nueva York en el que le homenajearon cantantes como Bruce Springsteen, Joan Baez, Kris Kristofferson, Emmylou Harris y Eddie Vedder. Ese día el "Boss" le presentó como "un archivo vivo de la música americana y de su conciencia, un testamento del poder de la canción y la cultura". En su obituario, Los Angeles Times le llama "la conciencia de América".

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Cantó para el movimiento obrero, en defensa de los derechos civiles y contra la guerra del Vietnam, apoyó la lucha por el medio ambiente y clamó contra las campañas belicistas. Protestó contra las guerras de Vietnam e Irak y fue condenado a prisión por negarse a declarar en el Congreso sobre el periodo que pasó en el partido Comunista.

Algunas de sus canciones han pasado ya a formar parte de la historia del folk como Where Have All the Flowers Gone y Turn! Turn!

El Incidente en Newport y la Evolución de Dylan

La muerte de Pete Seeger ha devuelto al primer plano uno de los episodios más conocidos y, sin embargo, peor explicados de la historia de la música en el siglo XX: el momento en el que Bob Dylan tocó por primera vez con una guitarra eléctrica y acompañado por otros cinco músicos enchufados, una formación típica del rock, pero ajena a la tradición del folk, de la que el cantante de Minnesota era la gran figura emergente.

Ocurrió el domingo 25 de julio de 1965, un día como otro cualquiera, pero con la particularidad de que sucedió en el festival de Newport (Rhode Island), el acontecimiento más importante del año en el universo de los folkies.

Cuenta la leyenda que la ira de Seeger cuando escuchó los primeros acordes eléctricos de Maggies's farm fue tal, que trató de cortar los cables a hachazo limpio. Evidentemente, no fue eso lo que ocurrió. Por más que el patriarca de los cantautores fuera el mentor del joven Dylan (24 años entonces) y que ese salto de lo acústico a lo eléctrico le disgustara, nadie sensato puede creer que tan beatífico apóstol de la música se transmutara en el Jack Nicholson de El resplandor.

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Muchos años después, el propio Seeger relató lo ocurrido esa noche. El sonido le pareció tan infame que le dijo a un técnico que lo arreglara para que pudiera escucharse la voz de Bob. La respuesta fue que la banda lo quería así. Entonces, el gran factótum del festival dijo: «Si tuviera un hacha, cortaría el cable ahora mismo».

El problema no era la electricidad o los decibelios mal sonorizados. Correctamente, Seeger entendió que Dylan encarnaba un cisma que podía vaciar el nuevo movimiento.

El veterano luchador político entendió de inmediato que la furia de canciones como Like a rolling stone tenía un gancho liberalizador para los jóvenes que suponía una amenaza para el movimiento folk, que era el gran ariete de la izquierda americana.

El Arte de Dylan y su Reinversión Constante

Robert Allen Zimmerman lleva 58 años entre la soledad del cuaderno y el bullicio de los escenarios; infatigable en su afán por seguir empujando los límites de la canción. Archienemigo de toda etiqueta, la carrera de Dylan es una oda a la contradicción.

Cuando captivó a la audiencia y consiguió llevarla a su terreno, dio un volantazo hacia el frenético Rock surrealista de mediados de los 60 (“Rainy Day Women, Visions of Johanna”), desconcertando a propios y extraños con letras más cercanas a Arthur Rimbaud que a Woody Guthrie. Curiosamente es esta última máscara la más apropiada para un personaje tan esquivo.

Desde el trono detrás de su piano Dylan dobla, rompe y reconstruye canciones más grandes que su propia leyenda. Y es que es ahí donde reside la dificultad del arte; en reinventarse una y otra vez (aunque uno tenga ya 77 años), retando a las musas a llegar aún más lejos.

Con su sólida banda con la que lleva ya más de 15 años de gira, Dylan ofrece un repertorio en el cambian las canciones cada noche, como piezas en un puzzle imposible de terminar. “Don’t Think Twice, it’s Alright” se ha convertido en una balada minimalista, con piano y sin un tempo claro que le proporciona un aire casi místico.

“Like a Rolling Stone”, un clásico del rock, es hoy un híbrido entre el rock primigéneo de Buddy Holly y las baladas lentas de Van Morrison. Su voz, aunque diezmada por los años, sigue siendo el centro de su obra pero no es su timbre rasgado la clave del estilo vocal de Dylan, es el uso que le da. Si uno cierra los ojos y escucha con atención, no tarda mucho en darse cuenta de algo: la pronunciación y entonación de las sílabas.

Distante y en ocasiones antipático, Dylan toma los escenarios con la convicción de un cruzado dispuesto a morir por la causa.

Seeger, nacido en 1919 en Nueva York, fue durante muchos años una figura clave entre los cantautores estadounidenses, modelo y mentor de figuras como Bob Dylan y Don McLean. Pese a haber publicado más de 100 discos, nunca se sintió una estrella. El cantautor utilizó su éxito comercial para dar a conocer problemas ecológicos y políticos.

Temas como Where Have All The Flowers Gone? se convirtieron en himnos versionados por numerosos artistas, como ocurrió con su canción protesta If I Had a Hammer y su versión del tema gospel We Shall Overcome.

"Mi trabajo es mostrar que hay buena música en la Tierra y que puede ayudar a salvar el planeta si se la utiliza de manera adecuada", aseguró en 2009 en una entrevista con el New York Times.

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