Diferencias entre Design Thinking y Lean Startup

En tiempos convulsos donde necesitamos reinventar nuestros negocios y actividades, vale la pena que conozcamos las diferentes metodologías y filosofías. Mucha gente está, comprensiblemente, muy confundida cuando se trata de metodologías, marcos y técnicas de innovación.

Si estás familiarizado con las metodologías ágiles o has escuchado sobre alguno de estos temas, seguramente te habrás preguntado en qué se diferencian cada uno y quizás te habrás enredado un montón. Sabemos que con todas estas explicaciones aún puede existir confusión entre cada metodología porque muchas suelen solaparse, pero esperamos haberte aclarado un poco más el asunto y te invitamos a que incorpores alguna o varias de las metodologías mencionadas para que tú mismo puedas tener una idea de lo que mejor le funciona a tu empresa.

¿En qué consiste cada una de estas metodologías? ¿Cómo pueden estar conectadas? ¿Dónde agregan valor en el espectro de la innovación?

Design Thinking

Design Thinking es de gran ayuda cuando necesitamos comprender mejor el ámbito del problema e identificar a los primeros clientes/usuarios/beneficiarios. Esta es una filosofía que está centrada en las personas y en cómo solucionar problemas complejos de las mismas, muchas veces entendiendo su cultura y contexto.

En este proceso se trata de comprender a fondo las cualidades de los clientes, saber qué es lo que quieren, lo que necesitan, cómo se comportan, cómo interactúan con el producto/servicio, etc., y todo esto de la forma más creativa posible, por lo que la mayoría del tiempo está enfocada en la innovación.

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Para la creación de los prototipos se realizan dibujos, objetos o artefactos que respondan a preguntas que acerquen a la solución final. Por lo general, este es el proceso que ocurre antes de desarrollar un modelo de negocio y, como el resto de las metodologías, es iterativo, esto quiere decir que constantemente la empresa está repitiendo el proceso para analizar los resultados e incorporar nuevas ideas.

Desde el mencionado Design Thinking que aún se usa en la d.School y como IDEO ha trabajado desde su origen, hay otros como el doble diamante de 2005 del British Design Council, o para a gran escala el reciente Enterprise Design Thinking de IBM. En cualquier caso, si las empleamos como recetas de cocina, no le estaremos sacando el jugo, porque lo esencial es la capacidad de un/a diseñador/a para dar significado, enmarcar un problema y explorar posibles soluciones.

Design Sprint

A diferencia del Design Thinking, el Design Sprint está más enfocado en cómo se construye un producto. En este caso, la metodología sí se lleva a cabo bajo un esquema y un límite de tiempo, generalmente 5 días. En ellos, el proceso se resume de la siguiente forma:

  • Mapear el problema escogiendo el aspecto en el que se enfocará el equipo.
  • Dibujar en papel las soluciones competentes.
  • Tomar decisiones con respecto a las soluciones planteadas, esto para elaborar hipótesis que puedan ser probadas.
  • Construir el prototipo que refleje todo lo plasmado en la hipótesis.
  • Testear el prototipo final con los clientes.

En el Design Sprint se utilizan también algunas herramientas del Design Thinking, sobre todo en la elaboración de ideas posteriores al análisis del cliente y comulga con el fin de generar innovación.

Lean Startup

La metodología Lean Startup nació en Silicon Valley en los años 90, un concepto acuñado por Eric Ries, pero el uso de la palabra «lean» («ajustado» en castellano) tiene sus raíces en el sistema de producción ajustado de Toyota. Tradicionalmente la filosofía Lean aplicada a los procesos productivos, pone su atención en resaltar todas aquellas actividades que aportan valor a la cadena de producción, eliminando todo aquello que es superfluo y que genera gastos innecesarios.

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La metodología Lean StartUp rediseña el proceso haciéndolo mucho más eficiente, y reduciendo el riesgo asociado al lanzamiento de cualquier proyecto o negocio innovador, ya que Lean Startup considera que todo es una hipótesis o suposición hasta que se valida.

Gracias al libro «The Lean Startup», la metodología Lean Startup se ha convertido en el movimiento que está transformando la manera de concebir, fabricar y lanzar nuevos productos al mercado. En el caso de Lean Startup, la metodología está mucho más enfocada en el desarrollo del cliente, el mercado, un modelo de negocio y la obtención de un aprendizaje validado.

A pesar de que el proceso no se encuentra limitado a una cantidad de tiempo en específico, sí se ejecuta bajo los pasos de crear el producto, medir la respuesta de los clientes y aprender de los resultados para saber si se continúa con el proyecto ajustándose al mercado o si se pivota.

Es importante acotar que en esta metodología, el emprendedor ya tiene un poco más claro el problema al que se está enfrentando, por lo que se podría decir que es un proceso post Design Thinking. Experimentación: ayuda a transformar nuestras hipótesis iniciales en hechos, haciendo del aprendizaje el pilar sobre el que se construye un producto o servicio y un modelo de negocio.

Agile

Agile es una forma de trabajar, basada en un desarrollo iterativo, entrega incremental y reevaluación continua de un producto. Como se utiliza principalmente en el desarrollo de software, se basa en una idea clara del concepto del producto y su mercado.

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El desarrollo ágil es una excelente manera de hacer frente a la incertidumbre en el desarrollo de productos, es decir, cuándo no sabemos muy bien el cómo vamos a construirlos y con qué dificultades nos encontraremos. No es necesario especificar todos los detalles de un producto por adelantado, porque aquí también hay muchas suposiciones e incertidumbres.

Agile es una excelente manera de construir, medir, aprender y validar suposiciones mientras se crean versiones más completas. Agile se trata de producir resultados tangibles y funcionales después de cada iteración.

Ésta es como la «madre» de las metodologías para proyectos de desarrollo, de hecho, es de ella de donde se desprenden otros procesos como Scrum o Kanban y más que una metodología puede considerarse una filosofía, puesto que sus valores están basados en lo que se conoce como «Agile Manifesto«. Su nombre resume en parte el objetivo de esta metodología: agilizar.

Agilizar toma de decisiones, el trabajo y el desarrollo de software teniendo en cuenta el contexto en todo momento, por lo que no importa en cuál etapa del proceso estés, no habrá problema si ocurren cambios porque la metodología ya contempla mecanismos para adaptarse rápidamente. En Ágile se trabaja por medio de equipos multidisciplinarios y auto-organizados, donde se comparten la toma de decisiones, esto busca generar más valor al producto/servicio. Aportan valor a los clientes porque se adaptan rápido a los cambios.

Scrum

Es un framework o marco de trabajo en el que se busca el desarrollo incremental en vez de la completa planificación y diseño de un producto. Se trabaja a través de ciclos denominados «sprint» que suelen tener una duración acordada por el equipo (generalmente menos de 4 semanas) donde se crean los productos o servicios de acuerdo con las prioridades señaladas en los requisitos del Product Owner, por lo que las entregas del producto se hacen parcial y regularmente, es decir, que una vez que culmina el sprint, se devuelven las tareas no terminadas y se vuelven a seleccionar las prioridades del producto de acuerdo con la nueva lista de requisitos del Product Owner; esta selección de prioridades de los requisitos es el «pull» (ver abajo).

Estos equipos de trabajo son auto-organizados y a diario llevan a cabo una reunión de 15 minutos donde se discuten los avances del proyecto.

DATO: El sistema pull (halar), es aquel que se centra en desarrollar sólo los elementos que serán entregados al cliente, es decir, se trabaja de acuerdo con la demanda y no se sobre-produce.

Kanban

Todo este proceso se puede gestionar de diferentes formas: desde pegar notas de colores «post-it» en una pared o pizarra, hasta con paquetes de softwares. En el primer caso, se suelen colocar tres columnas: trabajo pendiente, trabajo en proceso y hecho. Es un sistema de tarjetas que hace énfasis en la entrega «Just in Time» (Justo a Tiempo), metodología adoptada por Toyota para reducir costos.

En este caso, se busca informar a los equipos sobre los procesos que se están ejecutando en la empresa y optimizar su flujo de trabajo. Por desarrollarse bajo los principios de la Metodología Ágil, Kanban contempla grandes similitudes con Scrum (como los equipos auto-organizados), sin embargo, la principal diferencia es que es un proceso continuo, es decir, no se divide en sprints.

Al igual que Scrum, se suele visualizar en columnas de trabajo pendiente, trabajo en proceso y hecho, con la diferencia que los elementos de la misma nunca se borran, sino que persisten, además que son modificables.

Similitudes y diferencias clave

Como puedes ver, muchas de estas metodologías, filosofías, y marcos de trabajo tienen similitudes entre ellos porque casi todos están centrados en reducir el tiempo y los recursos empleados para desarrollar un producto o servicio aprendiendo de esta experiencia, por lo que la productividad es la clave.

Esto no quiere decir que sean excluyentes, es decir, muchas empresas y startups van probando con varios de estos métodos y terminan incorporando elementos de varios de ellos hasta formar su propia metodología, una adaptable a la compañía y a su equipo.

No hay una regla clara sobre cuándo empezar y dónde porque hay cierta superposición. Se trata de ser conscientes de en qué fase estamos y cómo contrastamos nuestra apuesta en cada momento, ¿tenemos ya un modelo de negocio? ¿Conocemos el problema? ¿Hemos validado el modelo de negocio?

El terreno común con el que la mayoría puede estar de acuerdo es evitar enamorarnos de nuestra propia solución y escuchar los comentarios tanto cualitativos como cuantitativos de los clientes y beneficiarios.

No hay ninguna que sea superior a la otra, no hay métodos incorrectos. Pero cualquiera de los dos métodos puede funcionar. Los dos se basan en entender cuál es la necesidad en la que se basa un producto.

Ambas metodologías, aún siendo similares, aportan aspectos diferentes, por lo que se vuelven totalmente complementarias. Actualmente ya hay empresas que optan por aunar ambas metodologías en lo que han dado en llamar Lean Design. Es una idea que en DesignThinking.gal nos parece muy acertada y que de hecho ya implementamos en nuestros proyectos, ya que ambas metodologías son totalmente complementarias.

En el método de Design Thinking, el enfoque es establecer la necesidad de un producto o servicio mediante la comprensión de las necesidades y problemas del consumidor, en vez de presentarles algo que un desarrollador haya previsto mediante asunciones que pueden ser falsas.

La filosofía del método Lean Startup es sustancialmente diferente. El método se basa en el ciclo Construye-Mide-Aprende. Ambas buscan pasar de la idea al producto de la manera más rápida posible.

La primera aborda las necesidades del cliente desde el prisma del usuario y, en base a ellas, propone ideas que las satisfagan. Se divide en cinco fases: empatía, definición, ideación, prototipado y validación.

Por su parte, la metodología Lean Startup consiste en fabricar un producto o servicio, analizar la respuesta del consumidor y adaptarlo a la respuesta recibida por el público objetivo.

El matrimonio entre ambas formas de hacer las cosas puede dar lugar a sinergias de gran interés que enriquezcan el flujo de trabajo. Para ello, es necesario encontrar el equilibrio perfecto para que se retroalimenten entre sí.

Importancia o valor del error. Elemento fundamental en ambas metodologías, el constante desarrollo, ensayo-error, evolución, mejora… El error ya no es algo negativo, pasa a ser la mayor fuente de información de la que aprender para mejorar el desarrollo de nuestro producto o servicio.

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