Libertad del Franquiciado en la Gestión de su Negocio

La franquicia es uno de los modelos de negocio que más está creciendo dentro del mundo del emprendimiento. Este sistema permite aprovechar la experiencia y el reconocimiento de una marca ya establecida, lo que puede reducir ciertos riesgos iniciales. Una de las figuras clave en este modelo es la del franquiciado. No en vano, es quien adquiere el derecho de usar una marca o un sistema de negocio. Recordemos que el franquiciado adquiere este derecho por medio de un contrato con el franquiciador, un contrato en el que se recoge el sistema y la normativa por la que se regula la propia franquicia. A través de una inversión inicial y una serie de cuotas mensuales, el franquiciado puede operar bajo el nombre y el modelo de negocio de la franquicia.

Una franquicia es un modelo de negocio basado en un acuerdo entre dos partes: el franquiciador, que es el propietario de una marca y de un sistema de negocio exitoso, y el franquiciado, que desea utilizar ese modelo para abrir su propio establecimiento. Este sistema se ha popularizado en sectores muy diversos como la hostelería, la moda, los gimnasios, las agencias de viaje o incluso los servicios de limpieza. El funcionamiento de una franquicia suele incluir aspectos como la formación inicial del franquiciado, el suministro de productos o servicios estandarizados, campañas de marketing conjuntas, y un acompañamiento continuo por parte del franquiciador.

El Franquiciador vs. El Franquiciado

El franquiciador es el creador y propietario del concepto de negocio. Por su parte, el franquiciado es quien explota el negocio en su territorio, siguiendo el modelo del franquiciador. Esta relación no es jerárquica en el sentido empresarial tradicional, sino una alianza basada en derechos y deberes recíprocos.

La Autonomía del Franquiciado

Partimos de la base de que el franquiciado es dueño de su propio negocio. Sin embargo, debe seguir una serie de directrices y normas establecidas por el franquiciador. Cuando el franquiciado adquiere una franquicia, este puede gestionar su propio negocio. No obstante, su autonomía operativa no es absoluta. De hecho, debe aceptar los estándares y procesos preestablecidos por el franquiciador en el contrato de franquicia.

¿Qué queremos decir con esto? Pues, en primer lugar, que el franquiciado puede tomar sus propias decisiones sobre el negocio (gestión del personal, proveedores locales, etc.). Otro de los aspectos a tener en cuenta para entender si el franquiciado tiene libertad para dirigir su empresa es la personalización del negocio. No obstante, este margen nunca debe comprometer la identidad y la coherencia de la marca. Por ejemplo, se pueden adoptar ciertos aspectos del negocio basados en las particularidades del mercado local o su estilo de gestión.

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Aspectos Económicos de la Franquicia

Uno de los aspectos más importantes a la hora de valorar una franquicia es entender bien sus implicaciones económicas. El canon de entrada es el pago inicial que realiza el franquiciado al firmar el contrato. Este importe da derecho a utilizar la marca, recibir formación, acceder al “saber hacer” (know-how) del franquiciador y beneficiarse de su modelo de negocio. La cuantía del canon varía mucho según el sector y la reputación de la marca. Los royalties, en cambio, son pagos periódicos, habitualmente mensuales, que el franquiciado realiza mientras dure el contrato. Suelen calcularse como un porcentaje sobre la facturación del negocio (por ejemplo, un 5% o 8% mensual), aunque también pueden establecerse como una cantidad fija.

Por ello, es fundamental que cualquier persona interesada en una franquicia calcule con detalle la inversión total que requerirá el proyecto, y no solo los pagos iniciales.

Pasos para Empezar con una Franquicia

Empezar con una franquicia no es tan simple como elegir una marca y abrir un local. El proceso requiere planificación, análisis y reflexión personal, ya que implica una inversión económica y un compromiso a largo plazo.

  1. Antes de estudiar opciones concretas, es importante hacerse una pregunta clave: ¿encaja la franquicia con tu perfil como emprendedor/a? También es recomendable reflexionar sobre las expectativas personales. Si lo que se busca es libertad creativa o total autonomía, quizá la franquicia no sea la opción más adecuada. Tomarse un tiempo para esta autoevaluación es esencial para evitar frustraciones futuras.
  2. Una vez realizada la autoevaluación, el siguiente paso es analizar el mercado y elegir el sector más adecuado para invertir. Además, es útil tener en cuenta tus propios conocimientos o experiencia en determinados sectores. También es el momento de plantearse si se desea un modelo de autoempleo -en el que el franquiciado trabaja activamente en el negocio- o uno de inversión -en el que se contrata un equipo y el propietario supervisa-.
  3. Con el sector ya definido, es hora de identificar y comparar las franquicias disponibles.
  4. Una vez seleccionadas las franquicias que generan más interés, es fundamental establecer contacto directo con el franquiciador. Además, hay que prestar atención al enfoque del franquiciador: ¿están más interesados en ayudarte a crecer o en cerrar la venta lo antes posible? Esta fase es también una oportunidad para comenzar a construir la relación que, si todo avanza, durará varios años.
  5. Una de las formas más valiosas de evaluar una franquicia es escuchar la experiencia de quienes ya forman parte del sistema. Es importante contactar a más de un franquiciado y, si es posible, a personas de distintas zonas y con diferente antigüedad en el sistema. Además, este tipo de diálogo permite hacerse una idea del clima interno: si los franquiciados están motivados, comprometidos y satisfechos, es probable que el modelo funcione bien.

El Documento de Información Precontractual (DIP)

En España, la normativa exige que el franquiciador facilite este documento 20 días antes de la firma del contrato. El DIP debe incluir datos básicos del negocio, experiencia del franquiciador, lista de franquiciados y balances económicos. Firmar sin comprender completamente el contrato es uno de los errores más comunes.

Aunque contar con una marca consolidada puede facilitar el camino, muchas franquicias fracasan por errores evitables. Confiar únicamente en la imagen de marca es un riesgo. El canon de entrada es solo una parte. Equipamiento, reformas, licencias, fondo de maniobra y meses iniciales con baja facturación pueden elevar el presupuesto. Muchos franquiciados firman sin asesoría legal. Esto puede derivar en conflictos por cláusulas de permanencia, exclusividad o limitaciones no comprendidas. La experiencia de otros franquiciados ofrece información real, más allá de lo que dice la central.

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Ventajas y Desventajas de las Franquicias

Es crucial analizar los pros y contras de las franquicias antes de invertir. A continuación, se presentan algunas ventajas e inconvenientes:

Ventajas para el Franquiciado:

  • Reputación de marca
  • Formación continua
  • Estabilidad y certidumbre
  • Innovación constante
  • Apoyo en publicidad y marketing
  • Acceso a partners y proveedores
  • Asesoría profesional
  • Asistencia en la ubicación del local

Desventajas para el Franquiciado:

  • Pagos por explotación de derechos de marca (royalties, fee de marketing)
  • Limitaciones en la toma de decisiones
  • Margen de actuación limitado
  • Dependencia de la reputación de la marca

Ventajas para el Franquiciador:

  • Expansión y consolidación de la marca
  • Gestión y control eficientes
  • Inversión segura

Desventajas para el Franquiciador:

  • Necesidad de compromiso por parte del franquiciado
  • Menor beneficio en el punto de venta

La Franquicia como Modelo de Negocio Rentable

Queda claro que, tras analizar las ventajas y desventajas de una franquicia, esta última se trata de un tipo de negocio muy exitoso. Sobre todo, para aquellas personas que deciden emprender por primera vez y no cuentan con la experiencia necesaria para abrir y triunfar con un negocio por sí mismos. Las franquicias son rentables, merecen la pena. Unirse a una marca de referencia, con el apoyo para resolver dudas, y sin las complicaciones de estar constantemente pendiente de todos los aspectos del cuidado de tu marca.

El éxito de una franquicia no se fundamenta única y exclusivamente en ofrecer productos de calidad. También entra en juego la comunicación constante y eficaz entre el franquiciado y el franquiciador. Ambas partes deben estar al tanto de los avances del negocio y de las oportunidades de crecimiento que surgen cada día. Un intercambio que beneficia tanto a ambos como a la franquicia.

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