Los inicios de Samsung fueron humildes. Nadie podía imaginar que aquella pequeña empresa dedicada a la exportación comercial de pescado coreano seco, verduras y frutas registrada en Taegu (Corea) en 1938 por Byung-Chull, con un capital inicial de 30.000 wones (menos de 25 euros), acabaría convirtiéndose en una de las multinacionales más importantes del mundo.
El fallecimiento de Lee Kun-hee, presidente de Samsung Electronics, en octubre del pasado año, supondrá un duro trago para sus herederos más allá de la propia desaparición de su familiar. A su fallecimiento, Kun-hee no sólo dejó una compañía puntera a nivel mundial, sino también una relevante fortuna.
Según la agencia de noticias surcoreana Yonhap, el patrimonio del difunto presidente de Samsung superaría los 25 billones de wones (18.600 millones de euros), incluidas acciones valoradas en 19 billones de wones (14.130 millones de euros) en la compañía que dirigía. Un vasto patrimonio que sus herederos van a recibir no sin antes pasar por la ventanilla de la Hacienda coreana y dejar un buen pico en concepto de impuesto de Sucesiones: nada menos que 12 billones de wones (8.930 millones de euros).
A la familia Lee no le va a salir barato poder heredar. La cifra supone un récord absoluto en Corea del Sur, y es una de las más grandes registradas hasta ahora en todo el mundo. En un principio, la familia planea pagar el monto total del impuesto sobre la herencia -que en Corea del Sur es del 50%- durante un periodo de cinco años en seis cuotas.
Corea del Sur tiene una legislación muy estricta sobre las herencias, con una tasa de imposición muy elevada que de media alcanza el 50%. Por eso, los herederos no solo venderán acciones de Samsung Electronics y de otras sociedades como Samsung Life y Samsung C&T, sino que intentarán rebajar su factura fiscal mediante donaciones.
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Entre las más llamativas, la extensa colección de arte que incluye cuadros de Picasso, Miró, Dalí, Monet o Gauguin. En su comunicado, la compañía precisa que la familia donará 23.000 obras de esta colección, incluidas 14 piezas incluidas en la lista de Tesoros nacionales de Corea del Sur que serán exhibidas en el Museo Nacional de Corea.
En su comunicado, la compañía precisa que la familia donará 23.000 obras de esta colección, incluidas 14 piezas incluidas en la lista de Tesoros nacionales de Corea del Sur que serán exhibidas en el Museo Nacional de Corea.
Los herederos de Lee explicaron que donarán 1 billón de wones (740 millones de euros) a financiar la lucha contra el Covid-19 y la investigación de enfermedades raras, además de entregar la colección de arte del difunto patriarca, compuesta por alrededor de 23.000 obras, cuyo valor estimado ronda los 2 billones de wones (1.480 millones de dólares) y entre la que figuran originales de Salvador Dalí, Claude Monet y Pablo Picasso.
El hecho de que los herederos puedan vender parte de sus acciones para hacer frente a la deuda ha provocado que los medios locales especulen con la posibilidad de que la familia quiera con el movimiento fortalecer el liderazgo de Lee Jae Yong, uno de los hijos del anterior responsable de Samsung, sobre la compañía.
Según los analistas, la futura distribución se hará con la intención de fortalecer el liderazgo de Lee Jae Yong, de 52 años, sobre el grupo. Aunque está previsto que abandone la prisión en julio del próximo año, hay personas que piden que su liberación se adelante.
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Muerto y enterrado el rey de Samsung y anunciado el destino de su herencia, a los analistas, despojados ya de cualquier sentimiento por su figura, lo que ahora les preocupa es el destino del voluminoso paquete de acciones que tenía en la compañía. Los expertos tendrán que esperar a las comunicaciones que se envíen a los reguladores coreanos para ver cómo se reparten las acciones, con la mira puesta sobre todo en su único hijo varón y vicepresidente de la compañía, Lee Jae-yong.
El pasado está jalonado de turbios asuntos que tuvieron su colofón cuando fue condenado a dos años y medio de cárcel por su papel en un escándalo de corrupción que salpicaba también a Park Geun-hye, presidenta de Corea del Sur entre 2013 y hasta su destitución en 2017. El botín es de 16.800 millones de euros y de su reparto depende el control del 15% del PIB y del 20% de las exportaciones de su país.
El principal heredero -que está inmerso en un proceso judicial por el que podría volver a la cárcel- y sus dos hermanas forma la terna que se repartirá el control de Samsung tras la muerte de su padre, el histórico dirigente Lee Kun-hee. Una muerte que trasciende la tragedia personal y el ámbito de la empresa privada: es una cuestión de Estado de la que depende el futuro de la undécima economía del mundo.
Un asunto de Estado que se complica aun más si tenemos que de los 16.800 millones de euros que el difunto deja en herencia (la gran mayoría en forma de acciones que resultan claves para controlar el conglomerado empresarial de Samsung) deben tributar con un impuesto de sucesiones del 65%, según la ley surcoreana.
Pese a que sus tres herederos son multimillonarios (todos ellos cuenta con importantes fortunas personales y figuran en el top 20 de los más ricos de su país) el elevado montante que debe percibir la administración para tramitar la herencia complica la situación en un momento económicamente delicado a nivel global.
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Una sucesión que sobre la que se abren dos escenarios: que Samsung deje de ser un conglomerado familiar o que el peso del bastón mando pase a su hijo Lee Jae-yong (también conocido como Jay Y. Lee en occidente), vicepresidente de Samsung Electronics. Un traspaso de poderes cuyo futuro -al igual que su pasado- estará marcado por la justicia, la política y las necesidades de la economía nacional.
Lee Jae-yong (también conocido como Jay Y. Lee) es el mayor y más rico de todos los herederos. Cuenta con una fortuna de más de 7.400 millones de dólares y es el cuarto hombre más rico de Corea del Sur. Es Vicepresidente de Samsung Electronics y actualmente se encuentra viviendo una de las semanas más duras de su vida.
Al fallecimiento de su padre, se le suma un proceso judicial en su contra por asuntos financieros. El pasado 1 de septiembre Lee fue acusado formalmente de prácticas comerciales desleales, manipulación de acciones y de un presunto fraude en la división farmacéutica de la compañía, Samsung Biologics.
El proceso en curso no es el primer escarceo de Lee Jae-yong con la justicia. En 2017 fue condenado a 5 años de prisión por un caso de corrupción relacionado con los sobornos en el que se vio implicado una persona cercana al expresidente, Park Guen-hye, actualmente privado de libertad.
Sin embargo, Lee Jae-yong tan solo pasó un año entre rejas. En 2018 fue puesto en libertad y engrosó una misión comercial y diplomática encabezada por la presidenta Moon que culminó con una visita a Corea del Norte. Hace unos meses, el principal heredero protagonizó, por consejo de sus abogados, una extraña comparecencia pública en la sede de Samsung.
Pidió disculpas por "no cumplir estrictamente con la ley y los estándares éticos" en referencia al caso por el que está siendo procesado y por otro escándalo que salpica a directivos de Samsung Electronics, algunos de ellos condenados por sabotear actividades sindicales.Al tiempo que entonaba el mea culpa, Lee Jae-yong afirmó su intención de no traspasar el control de Samsung a sus hijos.
Sin embargo, en ningún momento hizo alusión a que él mismo renunciaría a su herencia o al control empresarial. En los últimos años, Samsung, el conglomerado empresarial coreano -o chaebol-, vive un periodo de inestabilidad tras las repetidas condenas de sobornos que implican a su vicepresidente y heredero, Lee Jae-yong -también conocido como Jay Y. Lee-, que ahora vuelve a la cárcel.
El caso se centra en si Lee y Samsung utilizaron medios ilegales para ayudarlo a tomar el control de la empresa fundada por su abuelo. Y es que en los últimos cuatro años ya ha entrado dos veces en prisión. Pues se trata del vástago multimillonario- y también vicepresidente- de Samsung Group, de 52 años.
Su padre dirigió el grupo durante muchos años hasta que sufrió un ataque cardíaco en 2014. El anciano Lee murió en octubre después de años en coma, tiempo durante el cual su hijo se convirtió en el líder de facto. Corea del Sur tiene uno de los impuestos a la herencia más elevados del mundo. De hecho, la riqueza de la familia Lee se estima en alrededor de 30 mil millones de dólares, según el Índice de Multimillonarios de Bloomberg, y su factura fiscal se ha estimado en alrededor de 10 mil millones de dólares.
En su fallo, el tribunal del distrito central de Seúl determinó que pagó "voluntariamente sobornos y pidió a la entonces presidenta que usara su poder para facilitar su sucesión sin problemas" cuando el patriarca estaba postrado en cama.
Tras la sentencia y detención, las acciones de Samsung Electronics ya han caído un 3,4%. Y el conglomerado sigue sin comentar sobre el juicio. Durante el 2020, los inversores ni se habían inmutado, ya que Samsung había continuado en gran medida con sus negocios habituales.
Las nuevas noticias suponen un duro revés, ya que el encarcelamiento de Lee dificultaría la toma de decisiones importantes, como fusiones y adquisiciones o inversiones extraordinarias.
El caso en torno a Lee Jae-Yong ha puesto de relieve, una vez más, las conflictivas relaciones entre los "chaebols" familiares que generan la mayor parte de la riqueza en el país asiático y el poder político. Su padre y su abuelo, Lee Byung-chul, fundador de la firma, ya tuvieron problemas con la justicia, aunque ninguno llegó a pisar la cárcel.
Ahora Samsung lucha no solo por la libertad de Lee, sino también por su reputación corporativa. El vástago ya realizó una disculpa formal y poco común en mayo de 2020, admitiendo errores pasados y prometiendo no entregar el liderazgo del grupo a sus hijos.
Pero lo cierto es que ni sus disculpas ni el esfuerzo del gigante tecnológico por ayudar en la batalla del Covid enviando dispositivos a hospitales van a hacer que el nombre de la empresa se limpie por completo.
| Concepto | Valor Estimado | Destino |
|---|---|---|
| Patrimonio Total de Lee Kun-hee | 25 billones de wones (18.600 millones de euros) | Herederos |
| Impuesto de Sucesiones | 12 billones de wones (8.930 millones de euros) | Hacienda coreana |
| Donación para Covid-19 e Investigación | 1 billón de wones (740 millones de euros) | Financiación de causas benéficas |
| Colección de Arte Donada | 2 billones de wones (1.480 millones de dólares) | Museo Nacional de Corea |
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