El Liderazgo de la Reina Isabel II: Características y Legado

Los recientes debates sobre el legado de la Reina Isabel II han ocupado un lugar destacado. Su largo reinado de 70 años ha sido objeto de análisis y reflexión en todo el mundo. Quince Primeros Ministros fueron y vinieron con las modas políticas, pero ella permaneció.

A su manera perdurable, proporcionó una sensación de estabilidad, calma y unidad intergeneracional. Mientras Gran Bretaña luchaba por encontrar su identidad en un mundo post-imperio, ella ayudó a su pueblo a localizar el “espíritu y el alma del país“. Su perdurabilidad se ha convertido en su legado, su supervivencia en su simbolismo.

Un comentarista afirmó que es muy difícil separar a la reina de las experiencias de su pueblo. Esto es ampliamente cierto en lo que respecta a su larga vida. Su larga vida es un reflejo de la de su pueblo. No fue el producto de una riqueza inimaginable, sino de una riqueza ordinaria; no de un privilegio real, sino de un privilegio común.

La Evolución del Liderazgo a Través del Tiempo

Desde Enrique II (nacido en 1133) hasta Jorge I (nacido en 1660), la vida media de los monarcas fue de cincuenta años. Pero si se tiene en cuenta la mortalidad infantil de la realeza, la esperanza de vida media apenas superaba a la de los plebeyos que cultivaban los campos de Sussex -entre los 20 y los 30 años- y apenas mejoraba con el paso de los años.

Pero la situación cambió bruscamente a principios del siglo XVIII. Desde el rey Jorge II (nacido en 1683) hasta la reina Isabel II (fallecida en 2022), la esperanza media de vida de un monarca se disparó hasta la notable cifra de 74 años. Si se elimina a Isabel, la media apenas se ve afectada.

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Hoy, la esperanza media de vida muestra de nuevo la “paridad entre príncipes y pobres”. Resulta que entender por qué el rey Jorge II envejeció es entender cómo el mundo se hizo moderno.

El Controvertido Símbolo de la Monarquía

Los críticos rebaten que la reina representaba la historia colonial de Gran Bretaña, y que este recurso brutal fue la causa del éxito británico. Los historiadores económicos exploran diligentemente esta posibilidad.

Tal vez sea justo decir que el colonialismo fue importante, pero sólo uno de los diversos aditivos del nuevo “motor” que fue el nuevo marco jurídico británico. Las nuevas instituciones británicas protegieron a sus ciudadanos lo suficiente como para darles confianza para emplear sus recursos e invertir en sus ideas.

A medida que los habitantes de las sociedades occidentales abandonan la fe en estas instituciones liberales, ponen en peligro su bienestar. El símbolo del monarca debería recordarnos lo improbable, maravilloso y frágil de nuestra fortuna. La debilidad del monarca se convirtió en la fortaleza de Gran Bretaña.

El Liderazgo Femenino de Isabel II

En 1952, cuando la princesa Isabel, duquesa de Edimburgo, se convirtió en la reina Isabel II, los roles de las mujeres eran abrumadoramente domésticos y se les disuadía de trabajar fuera del hogar. Entonces, una joven mujer de 25 años, brillante, hermosa y elegante, madre trabajadora y esposa, se convierte en reina de Inglaterra. Pero ella dio un paso al frente y «la reina Isabel fue la roca sobre la que se construyó la Gran Bretaña moderna«, como dijo la nueva primera ministra del Reino Unido, Liz Truss, tras su muerte.

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Durante los 70 años como reina, Isabel II encarnó el liderazgo y mostró a generaciones de mujeres y hombres que las mujeres podían «ser» líderes y «hacer» liderazgo. El poder real de la monarquía es tan fuerte como la confianza de su gente y la creencia en su influencia, y la reina Isabel II manejó, evolucionó y reinó con aplomo, a través de escándalos familiares, divorcios y rupturas, así como incendios, guerras, crisis económicas y 15 primeros ministros. Incluso los momentos en que los británicos sintieron que los había decepcionado -por ejemplo, durante la crisis en el matrimonio del príncipe Carlos y la princesa Diana- le sirvieron para aprender y evolucionar.

Como dijo el nuevo rey Carlos III en su primer discurso como rey después de su fallecimiento: «En su vida de servicio vimos ese amor permanente por la tradición, junto con ese intrépido abrazo al progreso, que nos hacen grandes como naciones». Se estaba haciendo eco del primer discurso navideño de su madre como reina en 1952, cuando dijo: «Todos enfrentamos muchos problemas y dificultades graves, pero con una nueva fe en las antiguas y espléndidas creencias que nos dieron nuestros antepasados, y la fuerza para aventurarnos más allá, las seguridades del pasado, sé que seremos dignos de nuestro deber».

Todas las historias que hemos escuchado hablan de cómo trataba a todas las personas con dignidad, calidez y respeto, incluso a aquellas con las que no estaba de acuerdo. Usó sus habilidades de escucha y comunicación, así como su vasto conocimiento de la dinámica política y global, lo que los diplomáticos llaman poder blando, para influir en las decisiones que ella no podía controlar.

La foto que la muestra con su característico brillo en los ojos cuando estrechó la mano de la nueva primera ministra del Reino Unido (la tercera mujer en ocupar el cargo en la historia de la Commonwealth), Liz Truss, apenas dos días antes de su muerte, muestra cómo estaba decidida a servir hasta el último momento posible.

Las cartas de la monarca británica delatan a una mano ágil, dictada por una mentalidad despierta, creativa y muy ingeniosa. Sus grafías sobrealzadas, las mayúsculas altas y esas barras de las “tes” elevadas y orientadas hacia arriba delatan al temperamento imperativo y autoafirmativo, a la rebelde indomable, a la personalidad que se sabe por encima de todos y de todos, y a la que resulta prácticamente imposible contrariar. A su liderazgo contribuyen también los rasgos que delatan habilidades interpersonales y unas impresionantes dotes de comunicación. No sólo era una gran conversadora, sino además una mujer persuasiva, convincente y seductora a través de la oratoria.

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Isabel II nos deja un ejemplo de servicio incansable y sin tacha al bien común. Ha reinado setenta años, una cifra prodigiosa en un mundo de cambios acelerados y crisis encadenadas, que hoy desembocan en incertidumbres mayúsculas, tanto europeas como globales. A lo largo de miles de actos públicos y de incontables reuniones privadas, la Reina ha demostrado una altísima profesionalidad, con una energía, una dedicación y una fidelidad al papel que le había sido encomendado por la historia difíciles de igualar.

Su capacidad para escuchar, observar y, de forma analítica, captar las necesidades de un pueblo, le llevó a rectificar en situaciones inesperadas. Isabel II era una `surfera´ de lujo; previsible, con un control emocional envidiable, y a la vez con esa humildad que te permite y libera para aceptar tus errores y poner un nuevo rumbo.

Claves del Éxito Según Robin Sharma

A raíz de este histórico acontecimiento, reflexionaremos sobre las claves de su éxito, basándonos en las conclusiones de un artículo de Robin Sharma, experto en crecimiento personal y liderazgo.

  1. Disciplina y Responsabilidad: Uno de los rasgos más característicos de su personalidad fue la disciplina y el gran sentido de la responsabilidad, poniendo en el centro la capacidad para «colocar la “causa” por encima del ego» y servir a los que la seguían “con un corazón limpio y una mente fuerte”.
  2. Cercanía y Presencia: El famoso "You have to be seen to be believed" (“Tienes que ser visto para ser creído”) de la reina Isabel II denota otro de sus rasgos más característicos: la cercanía y el deber de “liderar estando con las personas a las que sirves”. Un buen líder debe dar la cara, “hablar con su equipo, guiarlos a diario, escucharlos activamente y prestar atención” a todo cuanto acontece a su alrededor.
  3. Empatía y Comprensión: La empatía se define como la habilidad o capacidad para identificarse con otras personas y entender sus sentimientos. En este sentido, la reina Isabel II “desarrolló la agudeza para sentir cómo se sentía su gente” y nos invita a ser “buenos humanos”, poniéndonos en los zapatos del otro con el fin de escuchar y comprender cómo se sienten las personas que forman parte de nuestro equipo.
  4. Autenticidad y Fidelidad a Uno Mismo: “No seas una oveja”, advierte Robin Sharma. La autenticidad es una de las cualidades más importantes cuando hablamos de liderazgo y marca personal. La reina Isabel II vestía siempre de la misma manera, ignorando la moda de las muchas épocas que vivió y manteniéndose “fiel a sí misma”. Por ello, nos invita a conocer y vivir nuestros propios valores, siendo honestos con nosotros mismos y creando una vida que se adapte a lo que realmente somos.
  5. Humanidad y Vulnerabilidad: “Keep it real. Stay human." Con esta potente frase, Sharma nos enseña otra de las grandes lecciones que podemos extraer del reinado de Isabel II: su actitud humana y su capacidad para mostrarse vulnerable ante los momentos más duros como, por ejemplo, el fallecimiento de la princesa Diana.

Tabla Resumen de las Características del Liderazgo de la Reina Isabel II

Característica Descripción
Disciplina y Responsabilidad Colocar la causa por encima del ego y servir con integridad.
Cercanía y Presencia Liderar estando con las personas a las que se sirve.
Empatía y Comprensión Entender y compartir los sentimientos de los demás.
Autenticidad y Fidelidad Ser fiel a los propios valores y vivir de acuerdo con ellos.
Humanidad y Vulnerabilidad Mostrarse humano y vulnerable ante las dificultades.
Adaptación y Evolución Capacidad de evolucionar en situaciones de crisis.

Adaptación y Evolución

Durante los 70 años como reina, Isabel II encarnó el liderazgo y mostró a generaciones de mujeres y hombres que las mujeres podían «ser» líderes y «hacer» liderazgo. El poder real de la monarquía es tan fuerte como la confianza de su gente y la creencia en su influencia, y la reina Isabel II manejó, evolucionó y reinó con aplomo, a través de escándalos familiares, divorcios y rupturas, así como incendios, guerras, crisis económicas y 15 primeros ministros. Incluso los momentos en que los británicos sintieron que los había decepcionado -por ejemplo, durante la crisis en el matrimonio del príncipe Carlos y la princesa Diana- le sirvieron para aprender y evolucionar.

Influencia y Respeto Global

El tributo de tantos estadistas a Isabel II reafirma la influencia mundial de Buckingham. En vida fue coronada por los historiadores como la grande, apelativo por el que pasará a la posteridad. El elevadísimo número de mandatarios y el alto nivel de las delegaciones internacionales que van a estar presentes en Westminster, con decenas de jefes de Estado y primeros ministros incluidos, y una de las reuniones más sobresalientes de miembros de la realeza de una cuarentena de dinastías, nos sitúan ante unas exequias irrepetibles.

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