Mike Tyson: De Campeón de Boxeo a Empresario del Cannabis

Boris Becker, Mike Tyson, Marion Jones, Iván Zamorano… Deportistas conocidos por su extraordinaria carrera en sus distintas disciplinas y que lograron amasar importantes fortunas a lo largo de éstas, aparte de su éxito deportivo, tienen algo más en común: lo acabaron perdiendo todo.

Naturalmente esta circunstancia no es exclusiva de los deportistas de élite (una minoría entre los miles de deportistas que hacen de su carrera profesional su modo y medio de vida). Al fin y al cabo, Lionel Messi y otras personalidades comparables son la excepción. Como tampoco son exclusivos los motivos que llevan a que esto suceda, puesto que el perfil de los deportistas profesionales, en términos generales, es muy parecido.

En lo que se refiere estrictamente al ámbito financiero, se caracterizan por tener un bajo nivel de educación formal (habitualmente abandonan los estudios en edades tempranas para dedicarse íntegramente a su carrera deportiva); comienzan a ganar importantes cantidades de dinero desde edades tempranas (o al menos, cantidades muy superiores a las que obtendrían por trabajos basados en su cualificación y edad); asumen la responsabilidad de mantener económicamente a su familia, e incluso a terceros; y no planifican su futuro más allá de su carrera profesional, que suelen sobrestimar como duradera y exitosa.

Además, en ellos concurren dos circunstancias críticas en lo que afecta a su supervivencia económica: generan una parte muy importante de su riqueza durante su carrera profesional (que podemos considerar un periodo muy corto en relación a la carrera profesional promedio en cualquier otra actividad), y cuando ésta acaba, ven caer sus ingresos de manera drástica. O incluso esos ingresos, sencillamente, desaparecen.

Un deportista debe tener siempre presente que si no quiere tener una actividad profesional o empresarial más allá de su carrera deportiva, ha de procurar que todo lo que genere mientras esté en activo sea suficiente para proveerle de los recursos financieros y patrimoniales para mantenerle el resto de su vida.

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Así que el margen de maniobra para tomar buenas decisiones, combinando lo comentado más arriba, resulta estrecho. Hay que procurar no ‘equivocarse’, o al menos poner los medios para cometer los menos errores posibles, fallos que pueden resultar fatales para su futuro. Porque como reflejan los datos y estadísticas mencionadas al comienzo de este artículo, son una minoría quienes se toman la planificación financiera como una pata más de su carrera deportiva, como pudiera resultar su salud o su entrenamiento.

La mayoría opta por lo sencillo, que es gastar. Adquieren bienes caros que se deprecian rápidamente (coches deportivos de alta gama, por ejemplo) o activos que requieren importantes desembolsos para su mantenimiento (desde casas más allá de sus posibilidades o necesidades personales y familiares, a bienes de lujo totalmente prescindibles).

Otros se embarcan en proyectos de inversión o actividades para las que no tienen tiempo para su adecuado seguimiento o gestión, o para los que carecen de los conocimientos técnicos necesarios para una adecuada valoración del plan de negocio o sobre su potencial viabilidad. Inversiones inmobiliarias, energías renovables o, entre otros, restaurantes estarían entre las más habituales.

Igual que un futbolista es probable que no alcance grandes logros en el tenis ¿por qué los iba a alcanzar en actividades de restauración? Es importante ser consciente de las habilidades propias y mantenerse dentro del círculo de competencia. O en su defecto, buscar asesoramiento especializado. He visto muchas operaciones planteadas como «grandes oportunidades», con planes de negocios que devuelven rentabilidades «extraordinarias» que «apenas tienen riesgo», y donde el único que acaba poniendo el dinero es el deportista y no quienes les proponen tan «fantásticos negocios». Al final, quien pone y pierde el dinero es la misma persona.

En lo hasta aquí comentado se encuentra implícito lo que sí debemos hacer para una adecuada gestión patrimonial cuando hablamos de un deportista. Empecemos por un simple ejercicio: si mi carrera va razonablemente bien, soy consciente de mi nivel competitivo (y de mis ingresos potenciales derivados), mantengo una adecuada preparación física, etcétera... ¿Cuántos años puede durar mi carrera? ¿Y cuánto dinero me generará durante esos años? ¿Es suficiente para mantenerme -y a mi familia- los años sucesivos desde el fin de mi carrera deportiva?

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Seamos conscientes de que nuestra carrera deportiva es corta y hasta cierto punto impredecible, y que se desarrolla en un entorno competitivo máximo. Por tanto, igual que profesionalizamos nuestra actividad, profesionalicemos el fruto de ésta.

De manera análoga a un entrenador en la faceta deportiva, fichemos buenos entrenadores en los ámbitos patrimoniales, especialmente las referidas al ámbito legal (civil y mercantil), ámbito fiscal (estructuración) y ámbito financiero (gestión). Es imperativo que sean profesionales especializados en sus respectivas áreas, no personas escogidas por un criterio de cercanía (incluso familiar) pero que carezcan de las habilidades, experiencias o conocimientos técnicos requeridos en áreas tan especializadas. Y es deseable, asimismo, que carezcan de conflictos de intereses con el deportista.

Analicemos con cautela cada oportunidad de inversión, dentro de nuestro círculo de competencia y arropados por nuestro equipo de profesionales, quiénes nos ayudarán a tomar la decisión idónea. Huyamos de cantos de sirena y de grandes oportunidades.

Aunque la carrera deportiva pueda ser limitada en el tiempo, no significa que corramos para invertir el dinero en la primera operación que se nos plantee. En el mundo real las buenas oportunidades hay que buscarlas; encontrarlas. Que concurran las circunstancias idóneas de financiación, precio, rentabilidad… Y no abundan. Tampoco se van ofreciendo. Cualquier inversión requiere de un trabajo. Cuanta más información, más investigación, comparación de alternativas, análisis de riesgo y rentabilidad menos probabilidad habrá de equivocarnos. Aquí podemos citar, de nuevo, las inversiones inmobiliarias, industriales y financieras.

Es clave diversificar el patrimonio en términos de activos: lograr una cartera de activos (nuestro patrimonio) que cuente con inversiones que ofrezcan distintos comportamientos en distintos momentos del ciclo económico, con diferentes niveles de riesgo y liquidez. He tenido la oportunidad de trabajar con deportistas que al tiempo que desempeñaban su carrera profesional, íbamos construyendo un patrimonio para el futuro. Poco a poco, sin prisa pero sin pausa. Buscando la generación de «ingresos pasivos» (que nuestra cartera de activos trabaje para nosotros, no al revés) o trabajando en la búsqueda de activos, haciendo una adecuada gestión de su cartera financiera, priorizando la inversión y el ahorro frente al gasto corriente y suntuario.

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Me gusta mostrarles su patrimonio como un legado; como algo que va a permanecer y que hay que cuidar para que siga generando frutos, también para las siguientes generaciones.

Planifiquemos nuestro retiro, proceso que me atrevería a decir que comienza cuando empieza nuestra carrera deportiva. Esto va más allá de lo comentado hasta aquí. Implica una adecuada disposición psicológica, de madurez si se me permite expresarlo de esta manera. Y aquí interviene el propio deportista (por ejemplo, que decide seguir con su formación o incluso comienza estudios especializados en distintas áreas pensando más allá del deporte) como su entorno más cercano.

Permítanme que no me extienda en las áreas fiscales o legales, ambas de máxima importancia también. Como áreas técnicas requieren de conocimiento especializado. La adecuada gestión patrimonial se enfoca de manera holística desde la planificación fiscal (por ejemplo estructuras holding) y la cartera de inversión (patrimonio inmobiliario, cartera financiera u otros activos) a cuestiones civiles (como por ejemplo el régimen económico del matrimonio).

Cuando hablamos de lograr un patrimonio, muchos piensan que la variable clave es la rentabilidad. Sin duda es importante, pero hay otro factor que juega un papel aún más importante: el tiempo. Ese es nuestro mayor aliado. Los deportistas o artistas que logran situaciones económicas fabulosas desde edades muy tempranas tienen grandes posibilidades de gozar de una vida desahogada más allá de su carrera profesional con una adecuada planificación y comportamiento.

Conozco muchas historias de éxito (no como las citadas al comienzo de este artículo).

En todas hicieron la tarea. Todos reconocen que les costó mucho hacerlo (al fin y al cabo, ser joven, tener dinero, ser reconocido y popular, y resistirse a determinados caprichos exige cierto sacrificio) pero todos, sin excepción, sostienen que les ha compensado y les ha valido la pena.

Algunos siguen vinculados al deporte que desarrollaban como profesionales pero el grueso de sus ingresos viene ahora de la generación de rentas y crecimiento del patrimonio que construyeron entonces.

Mike Tyson: Del Ring a los Negocios

Mike Tyson fue uno de los boxeadores mejor pagados. Se calcula que Mike Tyson llegó a ganar más de 700 millones de dólares en su carrera como boxeador. Una fortuna que derrochó en mansiones, coches de lujo y una vida de total desenfreno, que le llevó a declararse en bancarrota en 2003, acosado por las deudas. Tampoco acertó con sus inversiones, ni en su faceta como empresario al volante de una compañía de limusinas.

Su suerte cambió cuando decidió unir su nombre al mercado del cannabis. Desde entonces, no sólo ha logrado poner en orden sus finanzas, sino que vuelve a disfrutar de una gran fortuna, gracias al éxito de sus productos. Hace unas semanas, lanzó una nueva variedad de semillas para cultivo doméstico, y ya está pensando en ampliar sus líneas de negocio, incluyendo la construcción de un complejo hotelero. También es socio de Bitcoin Direct, lo que le convierte en un icono entre los inversores 'cripto'. Existe hasta un cajero de bitcoin cuyo logo es el famoso tatuaje que el boxeador luce en su cara.

Royal Queen Seeds ha unido fuerzas con nada menos que Mike Tyson para crear varias tandas de genéticas nuevas que te van a dejar K.O. Tras combinar la experiencia de nuestros criadores y responsables de producto con la enorme pasión y conocimientos de Iron Mike, hemos creado una asociación para que todo el mundo pueda conseguir los cogollos de Tyson.

Muchos nombres de personalidades famosas se asocian fuertemente a la marihuana, y la mayoría de las veces se trata de músicos o artistas que atribuyen su éxito profesional a su relación con el cannabis. Bob Marley, Snoop Dogg y Willie Nelson son tres figuras muy conocidas de la cultura cannábica. Sin embargo, a medida que el estigma que rodea a la hierba continúa desapareciendo, los famosos de otros ámbitos (incluidos deportistas de primer nivel) son cada vez menos recelosos a reconocer que también consumen marihuana. De entre todas estas personas, es posible que Mike Tyson tenga la relación más fascinante con la hierba.

Durante su carrera como boxeador, este deportista conocido por muchos apodos, como “el hombre más malo del planeta”, se ganó la reputación de ser un fiero oponente que estaba dispuesto a arriesgar tanto el cuerpo como la mente para dominar la categoría de los pesos pesados.

“La marihuana siempre ha desempeñado un papel importante en mi vida. Además de concentrados asequibles, porros ya liados y material consumible, Tyson 2.0 ofrece un catálogo de variedades que son perfectamente compatibles con el propio boxeador. Aunque la marca Tyson 2.0 ha tenido mucho éxito con su enorme gama de productos, nunca había vendido sus semillas a cultivadores amateur. Pero eso está a punto de cambiar. En Royal Queen Seeds nos hemos subido a la esquina de Tyson, y estamos usando nuestra experiencia como uno de los bancos de semillas líderes del mundo para distribuir las revolucionarias variedades Tyson 2.0 a las masas.

En lo que posiblemente sea la colaboración más potente del sector de la marihuana hasta la fecha, ofrecemos diferentes lotes de variedades en distintos asaltos. Iron Mike tiene una historia parecida a la de la mayoría de consumidores de cannabis. Tras descubrir la hierba y experimentar sus efectos beneficiosos, se lanzó de cabeza a cultivarla. A lo largo de su mítica carrera, la faceta pública y la personalidad de Tyson han girado en torno a la agresividad, la velocidad, la intimidación y el incontrolable deseo de ganar; todas estas características le ayudaron a asegurarse el título de GOAT (Greatest Of All Time). Pero esas características pueden parecer contrarias a lo que imaginamos cuando pensamos en los típicos consumidores, cultivadores y criadores de cannabis.

En el ring, Tyson confiaba mucho en su velocidad y agilidad, y ha trasladado estos conceptos a su negocio de cultivo de hierba. Todos los cultivadores de marihuana sin excepción te dirán que para cultivar hierba hace falta cierto grado de disciplina y resiliencia. Las plantas a menudo se enfrentan a numerosos problemas a lo largo de su ciclo de vida, especialmente cuando los cultivadores aún no se han familiarizado con ellas. Las deficiencias de nutrientes, los problemas ambientales, las plagas y las enfermedades son suficientes para hacer que algunos principiantes abandonen.

No podemos hablar de las cualidades de Tyson sin reflexionar sobre su lado innovador. Su estilo único de boxeo “peek-a-boo” consiste en adoptar una posición altamente defensiva con movimientos de la parte superior del cuerpo, y depende de contragolpes devastadores. Pero ¿cómo pasó Tyson exactamente de boxeador a horticultor y capo de la industria? Tyson empezó a fumar hierba en algún momento de su adolescencia, pero lo dejó a los dieciocho años, justo antes de su debut en combate con Héctor Mercedes en 1985. Salió victorioso de su primera pelea importante por nocaut técnico en el primer asalto. Este alucinante inicio de la carrera de Tyson fue una señal de lo que vendría después.

Durante su “época dorada”, que abarcó de 1985 a 1990, disfrutó de una excelente racha de victorias consecutivas, convirtiéndose en campeón mundial de peso pesado varias veces. Tyson siguió fumando porros de vez en cuando, a veces con consecuencias que no le favorecían.

Aunque los éxitos y habilidades de Tyson son innegables, desde entonces ha admitido que se arrepiente de ciertas cosas. “Debería haber fumado toda mi carrera. Debería haber fumado cuando combatía porque me metía en un estado mental distinto. Curiosamente, Tyson pudo experimentar momentáneamente cómo habría sido su carrera si hubiese seguido fumando. En 2020 abandonó su retiro para enfrentarse a Roy Jones Jr.

A pesar de estar en una increíble forma física a la edad de 57 años, es probable que Tyson haya colgado sus guantes de boxeo para siempre. Pero en su lugar, tiene otro hobby que le aporta muchas alegrías: el cannabis. Tras ser llamados a su esquina para ayudar a Tyson a poner sus genéticas al alcance de todos, estamos encantados de formar parte de este nuevo capítulo de su alucinante vida. Esperamos que tengas un hueco en tu cuarto de cultivo o jardín para el primer asalto de la colaboración entre RQS y Tyson 2.0. Con el fin de abrirte aún más el apetito, consulta la lista de variedades de marihuana Tyson 2.0 a continuación.

Punch Pie: Ponte el protector bucal para probar esta hierba. Hemos comenzado una nueva era. Mike Tyson y Royal Queen Seeds han unido fuerzas para lanzar la marca Tyson 2.0 al mercado por primera vez. Nuestro primer asalto de genéticas sin duda será una revolución, ya que incluye combatientes que harán sudar a las variedades feminizadas, fotoperiódicas y autoflorecientes más populares del mercado actual. Debido al carácter exclusivo de esta colaboración, solo encontrarás marihuana Tyson 2.0 en nuestro banco de semillas.

Este contenido está destinado únicamente a fines educativos.

Otras Inversiones y Propiedades de Mike Tyson

La antigua estrella del deporte Mike Tyson ha vendido una increíble propiedad en Maryland (EEUU) por 4,6 millones de dólares, unos 3,91 millones de euros al cambio actual. El exboxeador caído en desgracia compró esta mansión en 1995 por poco más de dos millones de dólares de la época.

La propiedad, ubicada en una comunidad privada, conocida como Bethesda, cuenta con más de 16 kilómetros de terreno. La entrada cuenta con ventanales de suelo a techo con vistas al campo de golf. La casa cuenta además con una sala con piano, biblioteca con chimenea. EL dormitorio principal es una suite con sala de estar y chimenea. En el exterior cuenta además con sauna, piscina, jacuzzi y cancha deportiva.

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