Olivia Valere: Una Biografía de Éxito y Glamour en Marbella

Olivia Valere, emblemática empresaria de la noche de Marbella, falleció en París a los 75 años tras sufrir una larga enfermedad. La empresaria francesa padecía un cáncer de estómago desde hacía al menos un año y en las últimas semanas se le había agravado, por lo que fue trasladada a la capital francesa, donde ha fallecido.

Inicios y Llegada a Marbella

Olivia Valere llegó a Marbella en el verano de 1986. En aquellos años, el antiguo pueblecito de pescadores era el centro neurálgico de vacaciones para personajes que manejaban las grandes fortunas de Europa y Estados Unidos como los Rothschild, Roussel, Vanderbilt y príncipes sin oficio ni beneficio que servían para dar luz y color a las fiestas. Los millonarios llegaban con sus aviones privados al aeropuerto de Málaga y en sus superyates que atracaban en Puerto Banús. El mundo de los magnates árabes aún no era presencial. El rey Roussel de Arabia Saudí mandaba en aquel año en que apareció Oliva Valere en Marbella construir su palacio réplica de la Casa Blanca.

Valere estudió Literatura en París y fue relaciones públicas en el Senado francés y en 1981 abrió su primer local nocturno en la ciudad. Cuatro años después, gracias a la cantante Kimera, que saltó a la fama por el secuestro de su hija Melody, se instaló en Marbella.

Enfrentamiento con Régine

Ese primer verano la que reinaba en Marbella era Régine, que tenía un local de renombre en París y sucursales en Brasil, Argentina, Montecarlo, Malasia y Marruecos, donde personajes vip ahogaban sus penas y alegrías con Moët & Chandon y caviar iraní a cucharadas. Lo que nunca pudo imaginar era que el desembarco de la joven Oliva Valere, nacida en Marruecos como ella, se convertiría en su peor pesadilla. Régine era el poder. Con esos mimbres de mujer poderosa, infravaloró a Olivia.

La diferencia entre ellas era que Régine no era simpática. Odiaba a la prensa española y cada vez que organizaba una fiesta con personajes internacionales los dejaba en la puerta y solo permitía entrar a las agencias extranjeras. Olivia cambió esa manera de funcionar y no solo facilitaba el acceso a los reporteros, sino que los trataba como si fueran sus mejores clientes. Ese primer verano de su llegada, que se preveía aburrido, comenzó a animarse con las primeras descalificaciones de la antipática Régine hacia ella. ‘Madame Olivia’ se defendía en las entrevistas favorables asegurando que no la tenía miedo: “Yo tengo treinta y ocho años y ella cincuenta. Empezó como señora de los lavabos y yo en un club de lujo. Estoy casada, tengo tres hijos preciosos y no tengo amantes a los que hay que mantener. Incluso ha llegado a decir que me va a desfigurar la cara cuando me vea”.

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Con una visión de futuro contaba a quien esto firma: “Durará tres años como mucho. Si fuera lista, se retiraría como los buenos actores. Aquí en Marbella no la quieren. Ella modula su sonrisa dependiendo de la riqueza del personaje que tenga enfrente”.

Y así fue como la predicción de Olivia se cumplió. La gente dejó de ir a su discoteca porque solo trataba bien a los personajes de las revistas internacionales. A los nacionales, como Jaime de Mora, un icono en Marbella y con capacidad para que un lugar funcionara, le ninguneaba. El hermano de la reina Fabiola le devolvió el guante aconsejando a sus millones de amigos que no pisaran Régine y que se divirtieran en el local de Olivia Valere, de la que decía era “una señora estupenda que sabe manejar su empresa”. Una vez que Régine desapareció, Valere se convirtió en dueña y señora de la noche marbellí.

Consolidación en Marbella

Hablar de ella es hablar de Marbella, es hablar de fiesta, de una feria de vanidades brillante y chic, con la alegría de nuestra tierra y la sofisticación francesa, soportada sobre el esfuerzo de una mujer con estrella y nacida para serlo. Luchadora, inconformista, custodia un interminable listado de amigos que dan buena cuenta de la generosidad y el buen hacer que avalan su carrera empresarial y vital. Tras su imponente sonrisa encontré a una mujer de verdad, vivida, viajada y curtida en la vida y en el trato con las gentes.

Yo empecé en Marbella en 1984 con mi primera discoteca. Estoy en esta ciudad porque la adoro. Nací francesa pero mi corazón es español. Adoro Marbella porque es el paraíso en la tierra. Me considero una embajadora buena de Marbella porque la vendo en todo lugar. Tengo un poco del chic francés, del glamour afrancesado y soy muy luchadora y me he traído un poco de París. De andaluza tengo el gusto por el flamenco.

Una fiesta perfecta es como un ramo de flores que mandas a una amiga. Tiene que tener unas dosis perfectas de todo. ¡Insoportable! Yo desde que tengo seis añitos quería ser una estrella y me encantaba la gente. Cuando venían invitados a casa mi madre me regañaba, porque me decía que no podían quedarse hasta a dormir en casa. No quería que se fuesen nunca. No me gustaba, quería que estuviese la casa llena de gente siempre. La fiesta es una cosa que llevas dentro de ti. Eres una fiesta. Es tu mentalidad, tu alma, eres tú.

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Su Discoteca: Un Icono Mundial

Su templo de ocio en la Costa del Sol aún sigue siendo un referente a nivel mundial porque Olivia era "una embajadora de la amistad", confiesa entristecida una de sus amigas. No tenía enemigos, aunque muchos la enfrentaban con Régine, que murió el pasado mes de mayo a los 92 años. Esta última, para más inri, así la consideraba.

Valere ha sido un referente de la ciudad malagueña durante más de cuatro décadas con la discoteca que lleva su nombre y en la que ha bailado la jet marbellí y celebridades de todo el mundo, desde Elizabeth Taylor y Sean Connery hasta Prince y Julio Iglesias, además de royals europeos y árabes.

Pero su gran éxito fue la apertura de la discoteca Olivia Valère, en Puerto Banús, en el año 2000, uno de los grandes símbolos del mundo de la fiesta de la zona y que convirtió a la empresaria en la reina de la noche marbellí. La madrina del local fue Naomi Campbell, que acababa de romper con Joaquín Cortés en aquel momento. “Venir Marbella y no pasar por Olivia Valère es como ir a Roma y no visitar el Vaticano”, le gustaba decir con esa sonrisa coqueta que le caracterizaba.

En su discoteca pinchó Prince -ella contaba que tuvieron que pedirle que parara porque no le gustaba a sus clientes- y años después Paris Hilton, y ella posaba orgullosa junto a la rica heredera como paso previo a la modernización de una de las discotecas más míticas de Marbella. Los famosos más actuales la seguían adorando. Antonio Banderas celebró en su discoteca su 59º cumpleaños en 2019.

Vida Personal y Legado

En Marbella, Olivia Valère creó su hogar. Primero con Albert, su primer marido, con el que tuvo dos hijos, Karen (que ha sido su mano derecha y ahora continuará al frente de su legado empresarial) y Arnaud. Se separaron, pero siguieron manteniendo una excelente relación, tan buena, que en su villa cerca de la zona de Guadalmina, Albert convivía con ella y su segundo esposo, el abogado Philippe Valereiba, con el que iba a celebrar sus bodas de oro y al que ella consideró el amor de su vida. Además de Marbella, le gustaba viajar con frecuencia a su París natal y a Nueva York o a Punta del Este, en Uruguay, donde pasaba algunas temporadas.

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Divertida y sin pelos en la lengua, Olivia fue además protagonista de Mujeres ricas, un reality en el que mujeres millonarias contaban su día a día, y participó en ¡Mira quién salta! y Ven a cenar conmigo.

Cuando le diagnosticaron el cáncer ya eran sus hijos quienes se encargaban de todo. Hasta ese momento, Olivia supervisaba hasta el mínimo detalle en su local. Los dos años de pandemia fueron complicados, pero ella continuó con el espíritu positivo que siempre la acompañó. Era una mujer querida, divertida, muy generosa y que en esos primeros años tuvo que luchar contra las maledicencias y los boicots de Régine, su contrincante en el mundo del ocio y noche de discotecas.

La empresaria será enterrada en el cementerio judío Casa Bermeja en Málaga. En el momento del deceso se encontraban el gran amor de su vida, el abogado Philippe Valere, con quien llevaba así cincuenta años, y sus tres hijos, Karen y Arnaud (fruto de su primer matrimonio) y Xavier.

La médula del imperio de ocio nocturno fundado por Olivia Valére ha sido una familia que hoy se resquebraja a causa de la herencia. Al morir, no llevó consigo ni una flor sobre el ataúd, de acuerdo con el rito de enterramiento judío, su religión. Todo lo banal, material y monetario lo dejó en tierra con un único heredero universal: su marido, Philippe Roger.

Aspecto Detalles
Nombre Completo Olivia Valere
Fallecimiento París, a los 75 años
Causa de Muerte Cáncer de estómago
Profesión Empresaria, figura clave de la vida nocturna en Marbella
Discoteca Emblemática Olivia Valère, Puerto Banús
Familia Casada con Philippe Valere. Tres hijos: Karen, Arnaud y Xavier

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