Requisitos para ser PYME Multinacional en España

En el mundo empresarial, las pequeñas y medianas empresas (PYMEs) son consideradas el motor de la economía, representando una parte significativa del tejido productivo de la mayoría de los países. Sin embargo, para acceder a las diferentes ayudas y subvenciones disponibles, es fundamental entender qué se considera exactamente una PYME desde el punto de vista legal y administrativo.

¿Cuáles son los requisitos para ser PYME?

En el contexto de las subvenciones, la Unión Europea (UE) ha establecido una definición precisa de lo que se considera una PYME, recogida en la Recomendación 2003/361/CE.

Criterios clave para la definición de PYME:

  • Número de empleados (UTA): Una PYME es una empresa que tiene menos de 250 empleados.
  • Volumen de negocio o balance general anual: Además del número de empleados, otros requisitos legales para ser PYME que se deben cumplir son, al menos, una de las siguientes condiciones financieras:
    • Un volumen de negocio anual que no exceda los 50 millones de euros.
    • El volumen de negocios anual se determina calculando los ingresos recibidos por una empresa durante el año en cuestión mediante la venta de productos y la prestación de servicios en el marco de las actividades ordinarias de la empresa, previa deducción de los descuentos aplicados por esta.
  • Independencia de la empresa: La empresa debe ser independiente (empresa autónoma), es decir, no debe estar controlada por otra empresa o grupo de empresas que no sean PYMEs.

Cumplir con los requisitos para ser considerado PYME es fundamental, ya que permite acceder a ayudas y subvenciones específicas para este tipo de empresas. Además, facilita el acceso a líneas de financiación y a programas de apoyo empresarial que fomentan el crecimiento y la competitividad de las pymes en el mercado. Esta distinción es relevante porque muchas subvenciones están dirigidas específicamente a una de estas subcategorías.

Al efectuar los cálculos, debería utilizar los datos que figuren en las últimas cuentas anuales aprobadas de la empresa. El artículo 4, apartado 2, proporciona estabilidad y certidumbre a las empresas que se encuentran próximas a los umbrales definidos y corren el riesgo de superarlos temporalmente durante un ejercicio excepcional o en mercados volátiles. Así, en el caso de que una empresa supere los niveles máximos establecidos para los efectivos o el ámbito financiero durante el año de referencia, este hecho no afectará a su situación y conservará la condición de pyme que tenía al inicio del ejercicio contable.

La finalidad del artículo 4, apartado 2, de la definición de pyme es garantizar que las empresas que crezcan no resulten penalizadas con la pérdida de condición de pyme a menos que superen los umbrales pertinentes durante un período prolongado. Las empresas que experimentan un cambio de propiedad deben evaluarse examinando su estructura accionarial en el momento de la transacción, no en el del cierre de las últimas cuentas.

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Se considera empresa «toda entidad, independientemente de su forma jurídica, que ejerza una actividad eco­nómica». Según la categoría en la que encaje una empresa, puede ser necesario que incluya datos de una o varias empresas al efectuar el cálculo de las condiciones para ser pyme.

Que una empresa sea reconocida como PYME le garantiza una serie de ventajas significativas que pueden ser cruciales para su desarrollo y crecimiento. Es fundamental que las empresas interesadas se aseguren de cumplir con los criterios establecidos y se mantengan informadas sobre las posibles modificaciones en la normativa vigente.

El año pasado se crearon 102 169 nuevas empresas en España, lo cual significa que la actividad emprendedora registró su tercer máximo histórico desde el año 2008, superando la barrera de las 100 000 nuevas constituciones en un ejercicio, según reveló Axesor. Tras la caída de la actividad empresarial provocada por la pandemia, una recuperación económica más rápida y sólida de lo previsto ha incitado al optimismo, de manera que muchos emprendedores se han animado a poner en marcha sus ideas de negocio.

Pasos para crear una empresa en España

Si tú también estás pensando en abrir una empresa, te explicamos los requisitos y pasos para formalizar su constitución, de forma que puedas comenzar a facturar lo más rápido posible:

  1. Elige la forma jurídica: El primer paso para abrir una empresa es decidir su forma jurídica, la cual dependerá de factores como la naturaleza de la actividad, el alcance del proyecto, el número de socios y la responsabilidad legal que estás dispuesto a asumir. De esa elección también dependerán las obligaciones fiscales y de contabilidad que asumirás, así como la inversión económica inicial para la constitución de la empresa. Si no tienes socios, puedes crear una sociedad limitada unipersonal (SLU) para restringir tu responsabilidad fiscal al capital aportado. En cambio, si vas a asociarte con otras personas, podrías crear una sociedad de responsabilidad limitada (SL). Otra posibilidad es crear una sociedad anónima (SA), cuyo capital puede ser fraccionado en acciones y repartido entre los socios, o una sociedad cooperativa, en cuyo caso necesitarás al menos tres socios y estos ejercerán al mismo tiempo como trabajadores de la empresa.
  2. Obtén la certificación negativa del nombre: Entre los requisitos para montar una empresa se encuentra obtener la certificación negativa del nombre que hayas elegido para tu negocio. Puedes pedirla en el Registro Mercantil Central acudiendo a sus oficinas físicas, rellenando el formulario web en su sede online o remitiendo una carta por correo postal. Este documento acredita que no existe otra sociedad operando con ese mismo nombre, por lo que evita duplicidades y problemas legales de cara al futuro. Si el nombre que solicitas está libre, quedará reservado durante seis meses. Transcurrido este periodo de tiempo, si no has inscrito la sociedad en el Registro Mercantil Provincial, el nombre quedará libre y otras entidades podrán reclamarlo. De hecho, la certificación negativa tiene una vigencia de tres meses, prorrogable por otros tres, el tiempo necesario para realizar el resto de los trámites legales para constituir la empresa.
  3. Redacta los estatutos sociales: Los estatutos sociales rigen el funcionamiento de la empresa y, aunque se pueden modificar posteriormente, lo ideal es dejarlos claros desde el inicio para evitar posibles controversias entre los socios. Deben reflejar la información básica de la empresa, como su denominación, domicilio social, duración prevista, objeto social y público al que se dirige. También deben recoger todo lo relacionado con el capital social inicial para constituir la empresa, así como la política de participaciones; es decir, su división entre los socios y formas y circunstancias de los traspasos. Los estatutos sociales también deben incluir la estructura organizativa de la empresa, indicando desde cómo se administrará hasta qué retribución recibirá el administrador. Señalarán, además, cómo se votan las decisiones y cómo se distribuyen los beneficios y pérdidas entre los socios, cuál será el fondo de reserva y por qué causas y cauces se puede disolver la sociedad.
  4. Abre una cuenta bancaria a nombre de la empresa: Uno de los requisitos para montar una empresa consiste en aportar un capital social mínimo. Según el tipo de sociedad que constituyas, tendrás que depositar ese dinero en una cuenta bancaria a nombre de la empresa. En el caso de una sociedad de responsabilidad limitada, el capital mínimo que establece la ley es de 3 000 euros, mientras que para las sociedades anónimas esa cifra asciende a 60 000 euros. En cambio, para las sociedades cooperativas, el capital social mínimo depende de la regulación autonómica y del sector de actividad, aunque normalmente oscila entre 1 500 y 3 000 euros.
  5. Solicita el número de identificación fiscal en la Agencia Tributaria: El Número de Identificación Fiscal (NIF) es un código alfanumérico que tendrás que usar en todos los documentos relacionados con tu negocio, tanto para la constitución de la sociedad como para la presentación de impuestos y la facturación de la actividad. Para obtener el NIF, tendrás que rellenar el modelo 036, que puedes presentar telemáticamente en la Agencia Tributaria. Recibirás un NIF provisional con el que puedes comenzar a facturar y en un plazo de seis meses te proporcionarán el definitivo, cuando presentes una copia de la escritura de constitución de la sociedad.
  6. Firma la escritura pública ante notario: Si tienes socios, tendréis que acudir ante un notario para firmar la escritura pública de constitución de la sociedad. Tendrás que presentar una serie de documentos, entre ellos los estatutos sociales, la certificación negativa del nombre de la empresa expedida por el Registro Mercantil Central, la certificación bancaria del depósito del capital social y los documentos de identificación de cada uno de los socios. Cabe aclarar que, si los socios están casados en régimen de separación de bienes, tendrán que presentar las capitulaciones matrimoniales. Si están casados en régimen de gananciales, el cónyuge tendrá que acudir a la firma de la escritura pública. Si la aportación al capital social de alguno de los socios no es dineraria, deberá presentar una relación de los bienes en la que se desglose su descripción y valoración, así como la cantidad de acciones o participaciones que se atribuyen a esa aportación. Cuando se trata de bienes inmuebles, por ejemplo, tendrá que presentar los datos registrales.
  7. Inscribe la empresa en el Registro Mercantil: El Registro Mercantil da constancia de la creación de la empresa. Al inscribir los actos de los empresarios, otorga a la sociedad plena capacidad jurídica y le permite ser reconocida por proveedores, entidades bancarias, inversores, entidades públicas y otras figuras con las que se relacionen. De hecho, todas las sociedades deben estar inscritas en el Registro Mercantil. Para ello, solo tienes que acudir a la oficina del Registro Mercantil de la provincia donde esté domiciliado tu negocio e inscribirlo. Deberás presentar todos los documentos que acrediten la constitución de la sociedad, como la escritura pública y el NIF. Y no olvides legalizar los libros de sociedades. Para realizar este trámite tienes un plazo de dos meses desde el momento en que firmes la escritura de la constitución.
  8. Date de alta en IAE: El Impuesto de Actividades Económicas se aplica a todas las pymes y autónomos que desempeñan una actividad profesional, empresarial o artística en España. Por consiguiente, para abrir una empresa tienes que tramitar el alta en el Impuesto sobre Actividades Económicas en la Agencia Tributaria, indicando la actividad empresarial que vas a desarrollar, un trámite que puedes hacer de manera presencial en las sedes físicas o directamente online. Si vas a ejercer como administrador de la sociedad, también tendrás que darte de alta en el censo de empresarios de la Agencia Tributaria y en el RETA, donde figurarás como autónomo societario. Ten en cuenta que los autónomos societarios no pueden acogerse a las bonificaciones para autónomos y que tu cuota de la Seguridad Social será más alta que la de los autónomos inscritos en el régimen general.
  9. Registra patentes y marcas: Inscribir tu empresa en el Registro Mercantil no te garantiza que tu logotipo, eslogan o cualquier producto que crees estén protegidos. Necesitas registrarlos en la Oficina Española de Patentes y Marcas. Tu marca es uno de los activos intangibles de tu negocio y cuando la registras, la proteges para que otras empresas o personas no puedan usarla, lo cual aporta un valor añadido a tu actividad. Por otra parte, registrar la patente te ofrecerá la titularidad y derecho exclusivo de explotación, impidiendo que terceros puedan plagiarla o usarla sin tu consentimiento.
  10. Obtén el certificado electrónico: La Administración está apostando cada vez más por los medios electrónicos, por lo que el último paso para crear una empresa en España consiste en obtener el certificado electrónico para tu negocio, el cual te facilitará muchos trámites y te ahorrará muchísimo tiempo.

Las pymes constituyen una parte esencial de la economía global. En 2024, estas compañías empleaban a 89,8 millones de personas, lo que equivale al 65 % del empleo asalariado del sector, y generaron más de la mitad (53,6 %) del valor añadido total. Dada su relevancia, la definición de lo que es una “pyme” es importante para garantizar que las ayudas se concedan exclusivamente a aquellas empresas que las necesiten y cumplan con los requisitos establecidos.

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“Es un término acuñado hace ya varias décadas”, explica María Pérez Pereira, profesora de Derecho Mercantil en la Universidad Francisco de Vitoria. Una empresa mediana no debe sobrepasar los 250 empleados en su plantilla, mientras que la empresa pequeña suele tener un número menor de 50 trabajadores. “Cuando alguien decide emprender una nueva actividad económica, lo normal es que la empresa no tenga más de diez personas y el volumen de negocio no sea espectacular”, cuenta María Pérez. Estos límites se aplican únicamente a las empresas individuales.

Uno de los aspectos esenciales que definen a una pyme es la cantidad de ingresos que maneja. “Las microempresas tienen un volumen anual de negocio inferior a los dos millones de euros”, afirma María Pérez. En el caso de que la pyme continuara creciendo y superara estas cifras pasaría a considerarse una mediana empresa.

El balance general hace referencia al valor de los principales activos de una empresa. Por ello, incluye la información de los recursos de los que se disponen (o activos), los que se tienen que pagar (pasivos) y, además, detalla el patrimonio y la manera en la que se administra. En el caso de la UE, las microempresas son aquellos negocios cuyos activos no superan los 2 millones de euros y se consideran pequeñas empresas las que no llegan a 10 millones. Las compañías que no se mantengan en los límites de personal y volumen de negocio establecidos, podrían dejar de ser consideradas pymes. Sin embargo, según la CE , “si supera los niveles establecidos durante el año de referencia, este hecho no afectará a su situación y conservará la condición de pyme que tenía al inicio del ejercicio contable”. Este hecho también ocurre a la inversa.

Como se ha visto anteriormente, las compañías se pueden clasificar en microempresas, pequeñas, medianas y grandes empresas. El esfuerzo de definición y clasificación de las pymes para que reciban el apoyo que necesitan es importante. Según datos del Foro Económico Mundial, estas compañías generan más del 70 % del empleo en el Sur Global (países en vías de desarrollo) y crean dos de cada tres puestos de trabajo en la UE. “La intención detrás de todo esto es facilitar que se desarrolle un negocio, se monte una empresa o se cree una startup para generar y crear riqueza”, explica María Pérez.

Convertirse en proveedor de una multinacional: una aventura empresarial con luces y sombras

Muchos pequeños empresarios han soñado alguna vez con convertirse en el proveedor de una multinacional. Un contrato de esas características suele traducirse en un volumen de ingresos suficiente como para olvidarse de los números rojos o de estar llamando, un día sí otro también, a la puerta de miles de pequeños futuros clientes. El reto parece complicado, pero no imposible. Pero antes de dar el paso conviene discernir si luchar por ese contrato es tan buen negocio como puede parecer a primera vista.

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Lo primero que hay que saber es que solventar los requisitos para suministrar productos o servicios a una gran multinacional no es nada fácil. Por un lado, las grandes compañías están obligadas a cumplir con unos compromisos jurídicos, sociales, medioambientales que inevitablemente trasladan a sus proveedores. Eso se traduce en una ingente cantidad de burocracia, simplemente para acceder al concurso. El pequeño empresario deberá presentar un buen informe sobre cosas tan variadas y ajenas a su actividad principal, como: políticas de respeto medioambiental, planes de conciliación, justificaciones de pago con las administraciones públicas e incluso complicados procedimientos de transparencia económica y o protección de datos.

Pero esta no es ni mucho menos una singularidad española. Las grandes compañías estadounidenses han abierto una plataforma denominada Supplier Connection para que las pymes, con menos de 50 empleados y menos de 50 millones de dólares de facturación, puedan presentar sus proyectos. Más de uno ha tirado la toalla ante semejante demanda de papeleos. Los que consiguen llegar hasta el final cuentan que en realidad ese proceso es sólo el principio de una ardua tarea.

Por muy bueno y diferenciado que usted considere su producto o servicio, la multinacional le va a exigir adaptarse a sus necesidades. Eso puede suponer desde cambios en el empaquetado de productos hasta modificaciones en los procesos de actividad, que en algunos casos pueden atentar contra la idiosincrasia de su propia empresa. En la mayoría de los casos, un proveedor internacional exigirá a la pyme nuevas inversiones y una ampliación de la capacidad operativa del negocio. ¿Está su empresa en condiciones un crecimiento tan rápido?

La profundidad de esos cambios dependerá de su producto y de las exigencias del proveedor. En España han sido famosas las tensiones entre Mercadona y las empresas con las que trabaja. La gran cadena de supermercados exigió durante años grandes inversiones a sus proveedores para que los productos cumplieran unos determinados requisitos, pero tras la llegada de crisis decidió prescindir de algunos de ellos. ¿Merece la pena el riesgo de realizar inversiones millonarias para suplir una demanda que puede acabarse de un día para otro? El mimo sobre los productos y servicios que presta una pyme puede estar en peligro al trabajar para una gran empresa.

Convertirse en proveedor internacional significa, entre otras cosas, competir en precio. ¿Puede permitírselo sin rebajar la calidad de sus productos? El cambio constante es otro de los retos. El famoso lema de renovarse o morir es aún más necesario cuando se trata de tener contento a un gran proveedor y diferenciarse del resto de la competencia.

Finalmente, una buena negociación va a ser la clave de su éxito. La gran empresa jugará la baza de que si usted no acepta sus condiciones, pasará al siguiente de la lista. Esquive la presión y juegue a la contra. Si está negociando es porque su producto o servicio les interesa. Por ejemplo, a cambio de un descuento excesivo en el precio puede negociar un pedido ajustado con el que su sistema de producción esté cómodo y no presione en exceso al resto de líneas de negocio. Porque algo que no debe olvidar es al resto de sus clientes. Concentrar su negocio en una única multinacional puede ser una bomba de relojería.

Requisitos para pymes que buscan ser proveedores de multinacionales:

  1. Investigación y registro: Las multinacionales suelen utilizar plataformas en línea para gestionar su base de proveedores. Investiga cuáles son las plataformas utilizadas por las empresas a las que deseas proveer. Documentación: Prepara la documentación necesaria: información fiscal, estados financieros, certificaciones de calidad, etc.
  2. Mantente atento: Una vez registrado en las plataformas, mantente atento a las oportunidades de licitación que se publiquen. Evalúa la oportunidad: Analiza detenidamente los requisitos de la licitación y evalúa si tu pyme tiene la capacidad para cumplirlos.
  3. Preparación meticulosa: Prepara una propuesta clara, concisa y profesional que destaque las fortalezas de tu pyme. Presentación impecable: Cuida la presentación de la propuesta, tanto en formato físico como digital. Realiza una revisión exhaustiva para evitar errores gramaticales o de formato.
  4. Análisis de costos: Realiza un análisis detallado de los costos de producción, logística y otros gastos asociados al proyecto. Investigación de mercado: Investiga los precios de la competencia para asegurarte de que tu presupuesto sea competitivo.
  5. Comprensión del pliego: Lee detenidamente el pliego de licitación y asegúrate de comprender todos los requisitos. Propuesta personalizada: Adapta tu propuesta a las necesidades específicas de la empresa y destaca cómo tu pyme puede agregar valor.
  6. Al usuario requirente: ¿Cuáles son los principales desafíos que buscan resolver con este proyecto? ¿Cuáles son los criterios de éxito más importantes para ustedes? Al especialista de compras: ¿Cuál es el presupuesto estimado para el proyecto? ¿Cuál es el proceso de selección de proveedores?

El empresario escala delegando, y la delegación solo funciona con un equipo alineado.

Para que una empresa prospere, no basta con acumular datos. Soltar el control puede ser el mayor obstáculo para el éxito.

El mundo de los negocios está experimentando un cambio de paradigma sin precedentes.

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