Las empresas socialmente responsables son aquellas que, más allá de la rentabilidad, buscan tener un impacto positivo en el entorno social y medioambiental. Las empresas sociales son, por tanto, el resultado de una visión empresarial que trasciende las ganancias y busca generar un impacto positivo en el mundo. Puede definirse al emprendimiento social como aquellas iniciativas empresariales innovadoras que tienen como objetivo generar un impacto social escalable, siguiendo los principios del emprendimiento.
Tras la manida expresión “hacer del mundo un lugar mejor” se esconde una de las piedras angulares del emprendimiento social. El fin del emprendimiento social va más allá de la mera rentabilidad económica.
Características Clave de un Empresario Social
Aunque el concepto de empresa social es diverso y complejo en algún caso, la Comisión Europea ha establecido ciertos criterios para definir los distintos tipos de empresas sociales:
Impacto Social
Se centran en generar un impacto positivo en la sociedad y comunidades donde operan. Mejorar la vida de las personas forma parte de la esencia misma de cualquier empresa social y la creación de puestos de trabajo dignos y de calidad es, desde este punto de vista, las características que permiten generar riqueza en la sociedad.
Impacto Medioambiental
Las empresas sociales también se preocupan por el cuidado del medioambiente.
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Impacto Económico
Al margen de rentables también buscan ser económicamente viables. Venden productos y reinvierten en cumplir misiones sociales y medioambientales.
Innovación
Otra característica importante de las empresas sociales es su enfoque en la innovación. Buscan encontrar soluciones creativas y disruptivas a los desafíos sociales y medioambientales a través de nuevos productos, servicios, procesos o modelos de negocio.
Reinversión de Beneficios
La responsabilidad social empresarial también suele llevar a este tipo de organizaciones a reinvertir parte de sus beneficios en el logro de sus objetivos sociales.
Transparencia
Las empresas sociales -como el resto de las que conforman el tejido empresarial- cumplen con todas las normativas de transparencia en sus operaciones y comunicaciones.
Colaboración con la Comunidad
Otra característica de las empresas socialmente responsables es que tienden a involucrar a las comunidades en las que operan, trabajando de manera colaborativa con diferentes grupos de interés, como ONG, gobiernos locales y miembros de la comunidad.
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Colocar a las personas en el centro, reinvertir los beneficios, promover la solidaridad interna y con la sociedad de modo que se favorezca el desarrollo local son algunos de los pilares sobre lo que se asientan las entidades vinculadas a la economía social. Pueden adoptar diversas formas legales, como cooperativas, fundaciones, sociedades de responsabilidad limitada... Lo más importante es que su modelo de negocio esté respaldado por una estrategia sólida que combine la generación de ingresos con el logro de impacto social y medioambiental.
Ejemplos Inspiradores de Empresas Sociales
Solo en España, existen más de 43.100 organizaciones cuya responsabilidad social empresarial encaja con esta descripción. En nuestro país también existen otros ejemplos inspiradores como Adopta un Abuelo, Maximiliana, Ayúdame3D, L´Olivera…
- Specialisterne: Esta compañía promueve la inclusión laboral de personas con autismo. La inclusión está ligada a lo laboral de personas con autismo y aprovechan su alto poder de concentración y pasión por cada detalle. Este proyecto funciona en diversos países, entre ellos, en España.
- Auara: Este proyecto busca acabar con la falta de agua potable en el planeta.
- Hispaled: Es el caso de Hispaled, empresa de inserción especializada en soluciones de eficiencia energética en el campo de la iluminación LED, que promueve la inclusión social de jóvenes en riesgo de exclusión a través de un itinerario personalizado en el puesto de trabajo.
Empresas sociales con sello nacional que buscan ese impacto positivo en la sociedad desde diferentes ámbitos.
El Empresario Social: Individual vs. Jurídico
El empresario puede ser un individuo, empresario individual, o una persona jurídica, empresario social. Tanto el empresario individual como el empresario social son empresarios y les son aplicables, por tanto, las normas que integran el estatuto del empresario. En primer término, las características que deben concurrir en una persona, física o social para ser considerada como empresario son distintas. El empresario individual es una persona física que se califica como empresario por desarrollar una actividad empresarial.
Esas circunstancias no son aplicables a los empresarios sociales, puesto que las personas jurídicas no nacen ya con un nombre, sino que los que crean la persona le imponen libremente una denominación social, y en las personas jurídicas empresarios se plantean problemas como los de la disolución, la liquidación, o la transformación, que no pueden aplicarse en relación con los empresarios individuales.
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