Mila Ximénez (65 años) nunca ha ocultado su pasión por Tánger, esta ciudad de Marruecos le trae buenos recuerdos de un pasado igual de tormentoso que intenso.
La colaboradora estuvo perdidamente enamorada de Rafael Aguilera, un empresario marroquí al que conoció en Tánger. En muy pocas ocasiones la colaboradora de Sálvame ha querido ahondar en esa parte de su vida, pero un día desveló que allí había conocido a Rafael Aguilera, un empresario marroquí del que se quedó prendidamente enamorada.
Vivieron un amor apasionado e intermitente que, desgraciadamente, no pudo acabar en final feliz.
¿Por qué no pudieron ser felices Mila y Rafael?
Pero, ¿por qué no pudieron ser felices Mila y Rafael?, ¿qué era eso que se lo impedía? En este medio se nos remite a la bloguera Kela, quien analizó hace unos años la historia, cuando la volcánica relación aun coleaba. Según su testimonio, ambos querían de la otra parte cosas inviables en ese momento, promesas que no se podían cumplir: "Mila Ximénez mantiene una relación -a etapas- con Rafael Aguilera y el motivo por el que siempre lo dejan es porque él le ha pedido a ella que abandone la televisión".
Mila no estaba dispuesta a ceder a esa petición, necesitaba trabajar, pero pidió algo a cambio en caso de que accediera, según esta fuente: "Ella a cambio le pide que se casen, por si eso no funcionará no quedarse ella tirada y sin trabajo. Ella quiere boda para asegurarse el futuro como red de seguridad y si no, no abandona la televisión. Ese es el motivo por el que siempre cogen y dejan la relación. Y el motivo por el que ella a veces tiene esos bajones.
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Rafael aprovecha sus enfados y sus pollos en la televisión para envenenarla y convencerla de que abandone el programa".
La primera vez que la exmujer de Manolo Santana (79) abrió su corazón sobre los sentimientos que la unían a este empresario fue en 2012 en el programa Sálvame. "He tenido una persona muy especial durante muchos años, creo que he estado enamorada mucho tiempo de una persona que se llama Rafael. Pero ahora estoy disfrutando no del enamoramiento sino del desenamoramiento. Ya no se sufre, estás más tranquila. Rafael y yo estamos en un momento de reposo.
Sin ninguna etiqueta formal entre ellos, la tórrida pareja se veía a trompicones entre Tánger y Madrid. La última vez que decidieron pasar juntos las navidades fue en 2010 y desde entonces la comunicación ha sido prácticamente nula hasta el fatal desenlace de Rafael, acaecido la pasada semana.
La Desgarradora Despedida de Mila Ximénez
Este hecho ha dejado devastada a Ximénez, quien le dedicaba su blog en la revista Lecturas: "La muerte me ha arrancado un futuro cargado de pasión y caricias ajenas al mundo. Jamás volveré a abrazarle en ese mundo mágico de clandestinidad que nos salvaba del frío de la calle.
Sin embargo, estas profundas palabras de amor y cariño no han gustado a todo el mundo. De hecho, ha arremetido duramente contra la colaboradora, quien no ha dudado en defenderse a través de su programa: "Eres capaz de ensuciarlo todo, lo has hecho toda tu vida, pero ni tú ni nadie va a manchar la historia de amor más bonita que he tenido en mi vida, probablemente tú no la tengas nunca, yo gracias a Dios la tuve y la voy a recordar así. No he entrado en su intimidad, he contado un trozo de mi vida y me he despedido de tu padre, no he dado su nombre, solo he dicho que lo amé profundamente y tú lo sabes".
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Pese a todo, Mila quiere conservar un buen recuerdo de su amor. [Más información: Mila Ximénez se inventó un encuentro sexual con Encarna Sánchez "por dinero"]
Del mismo modo en el que Mónica Hoyos consiguió que Isabel Pantoja recordase la romántica historia de amor que vivió con Paquirri durante la pasada edición de Supervivientes, Alba Carrillo ha conseguido que Mila Ximénez saque a la luz en GH VIP 7 los detalles de la que fue su última y más importante relación sentimental.
La periodista se encontraba relajada hablando de relaciones con Gianmarco, Alba Carrillo y Noemí Salazar preparando la comida del día en el búnker. Fue entonces, cuando la modelo preguntó abiertamente a la colaboradora de Sálvame sobre quién había sido para ella su gran amor, algo a lo que Mila no tardó en contestar, eso sí, sin revelar el nombre de la persona que marcó su vida para siempre.
"¿Cuál ha sido el amor de tu vida? "Sí. Yo creo que ha sido él. El último, el que murió. Bueno, de hecho no he vuelto a estar con nadie. No he podido", decía sincerándose.
"Nunca supe si estábamos o no estábamos juntos en ese momento, porque él aparecía, desaparecía… Pero era un tío que me encantaba; todo lo que me contaba y todo... Era psiquiatra y además tenía negocios… era una persona súper interesante. Se murió de repente, de un infarto en un restaurante que estaba a 400 metros de mi casa. Me enteré porque me lo dijo Kiko Hernández. Imagínate que se llamase Pepe Palacio Rodríguez, que no es el nombre. Y de repente, Kiko me dijo que había recibido el mensaje de una chica que me dice que te diga que ha muerto Pepe Palacio ayer", añadía recordando el trágico suceso.
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"Me puse de los nervios, claro. Le pedí el teléfono y la llamé y me confirmó que había muerto. Luego hablé con su hija, porque quería hablar conmigo, y me dio las gracias porque decía que le había hecho muy feliz y que había sido el amor de su vida", comentaba.
"Ese fue el amor de mi vida. Yo creo que sí. Después de eso no he vuelto a enamorarme", añadía revelando que no tenía ni ganas ni intención de volver a enamorarse y que prefería estar tranquila y dedicar su tiempo a su hija y a sus nietos.
"Ya estoy escarmentada, tengo mis hijos, mis nietos... He vivido mi vida y no me compensa volver a enamorarme. Tengo una edad que ya paso, ya no me fío. Mi tiempo ahora es para mí y para dedicárselo a los míos.
Rafael Aguilera: Un Empresario Marroquí en la Vida de Mila Ximénez
Rafael Aguilera, fue un empresario marroquí con el que la periodista mantuvo una intensa relación de más de una década que terminó a finales de los 90, aunque nunca dejaron de tener contacto. "Rafael y yo estamos en un momento de reposo (…) Probablemente nos volvamos a encontrar, pero de momento estoy sola y bien", decía Ximénez en el año 2012.
Tras su muerte, la periodista escribió un post en su blog para la revista Lecturas en el que se despedía con tristeza de la persona a la que más ha había amado en su vida. "Jamás amé tanto a alguien y jamás me obstiné tanto en la torpeza de no demostrárselo. La pasión que sentía por él me hacía su prisionera y me perdí un trayecto en común. Ahora mi presente emocional y mi futuro soñado se convierten en cenizas. Hoy estoy triste pero también rabiosa. Creía que la espera jugaba a nuestro favor, sin pensar que el destino nos abandonaba cuando la guadaña toma el relevo. Disfrutaba de la soledad, pero tenía billete abierto para viajar al abrazo de nuevo. Jamás haré ese trayecto y solo me quedará despedirme en el andén que imaginaré en mis sueños. Alguien dijo que nadie muere del todo mientras se le recuerde. D.E.P.Recordamos al hombre que siempre ocupó un lugar en el corazón de la tertuliana de ‘Sálvame’.
Todo lo que debes saber sobre Mila XiménezEn contra de los que creen que Manolo Santana fue el gran amor de Mila Ximenez, la realidad es bien distinta y nos lleva a la ciudad marroquí de Tetuán. Allí ejercía como psiquiatra Rafael Aguilera, el hombre por el que bebía los vientos la periodista, el amor de su vida, con el que mantuvo una relación Intermitente de diez años hasta su ruptura definitiva en 1998.
Se conocieron a finales de los ochenta, él era un millonario empresario y psiquiatra de renombre, ella una “estrella” mediática que acababa de salir de un complicado divorcio con su hasta entonces marido, el tenista Manolo Santana. Enseguida se dieron cuenta de que eran almas gemelas, de que estaban hechos el uno para el otro.
¿Que pudo romper una pareja tan unida? Pues ni más ni menos que la obsesión de Rafael por alejar a su pareja del mundo de la comunicación. Era demasiado discreto, no le gustaba el mundo en el que Mila se movía. Pero ella no dio su brazo a torcer y las discrepancias en torno al tema propiciaron una ruptura que dolió a ambos por igual.
Acabaron entonces las románticas historias que Rafael solía contar a su pareja, en veladas nocturnas interminables en las que la pasión era principal protagonista de un amor tan sincero.Años más tarde, en el 2013, la colaboradora de ‘Salvame’ me confesaba que “sigo llevando a ese hombre en mi corazón, imposible olvidarle”. Se querían pero no se entendían por igual. Hablaban por teléfono de vez en cuando para contarse sus cosas, pero la reconciliación brilló por su ausencia.
Ironías de la vida, Aguilera murió víctima de un infarto el 23 de febrero del 2018, mientras comía en un restaurante a escasos cuatrocientos metros del domicilio de la mujer a la que idolatraba. Una despedida infeliz marcada por la desgracia.
Fue su íntimo amigo, Kiko Hernández, quien le dio tan fatídica noticia, minutos después de que una persona cercana a Rafael le comunicara su fallecimiento. Ella se puso inmediatamente en contacto con esa persona, quizá buscando que la noticia no fuera cierta, pero tras confirmarla llamó a la hija de Rafael, quien, emocionada, le dijo que su padre le confesó que Mila era su gran amor, la mujer que llevaba siempre en su corazón.
La tertuliana ratificó lo anterior con sentidas palabras: “fue el amor de mi vida, no he vuelto a mantener una relación sentimental tan profunda desde que rompimos. Estoy escarmentada. Hoy mis amores son mi hija y mis nietos. No me compensa volver a enamorarme. Ya he vivido lo que tenía que vivir en esa parcela… mi tiempo ahora es para mi y los míos. Quiero estar tranquila”.
Ese adiós irreversible la sumió en una depresión terrible, y más al descubrir que podían haberse cruzado en la calle aquel día tan fatídico. Una semana más tarde, en su blog de la revista Lecturas, una desconsolada Mila lanzaba un mensaje e que demostraba un estado de dolor e impotencia absolutos: “hoy se ha ido una parte de mi vida. La muerte me ha arrancado un futuro cargado de pasión y caricias ajenas al mundo. Jamás volveré a abrazarle en ese mundo mágico de clandestinidad”.
El amor perduró más allá de la muerte. Y no se le conoció una nueva relación estable desde entonces, aunque dejó entrever que tenía un amigo muy especial en Portugal.
Su carácter indomable, su independencia infinita, no eran de fácil aceptación. Rafael, dicen, la amaba por encima de los desafueros, más allá de las absurdas discusiones. Fue un hombre inflexible, tenía muy claro que Mila debía estar a su lado en Tánger y no en los sinuosos pasillos de la televisión.
Mila Ximénez y Rafael Aguilera vivieron una historia pasional e intermitente. El empresario de origen marroquí y la periodista se amaron hasta la extenuación, pero su relación nunca tuvo un final feliz.
Rafa se movía con soltura en el negocio armamentístico, algo que a la sevillana no le gustaba, quizá por ello, cuando en una ocasión le pregunté quién era ese hombre, se limitó a contestar, «un psiquiatra de Tánger muy importante. Es el gran amor de mi vida, aunque ahora estamos distanciados. Nos une el amor pero nos separan otras cosas…».
Esas cosas partían de la base de que él quería que Mila se instalara definitivamente en Marruecos dejando su trabajo televisivo. Ni fue posible, ni tampoco se hizo realidad la petición que le hizo ella. Parece ser que le dijo: «Yo dejo el trabajo si te casas conmigo». Era muy lista y sabía que si algún día se rompía definitivamente la pareja se quedaría desamparada, sin el amor y sin su trabajo. Rafael no era partidario de una boda. Era un ser independiente al que no le gustaban demasiado las ataduras.
Se entregaban los dos con inmensa pasión, pero nunca hicieron público su largo idilio. Intermitente, sí, pero durante diez años se encontraban en Tánger, Sevilla o en Madrid, casi a escondidas, compartiendo aquel amor tan sincero como imposible por las circunstancias. Disfrutaban de su playa y del mar como si no existiera un mañana. Vivían el presente sin hacer grandes planes de futuro.
Uno de los días más tristes de la vida de Mila Ximénez se produjo el 23 de febrero de 2018. El hombre al que tanto amaba moría de un infarto a apenas cuatrocientos metros de la casa de la periodista, mientras comía en un restaurante. Ella se enteró de la trágica noticia por mediación de su amigo, casi un hermano, Kiko Hernández, y Mila se sumió en un largo letargo por el dolor y la pena.
Ya he contado en LA RAZÓN que, años más tarde, la tertuliana me confesó que «ese día sentí que algo se moría dentro de mí. Nunca dejé de querer a Rafael, nunca. Cuando Kiko me transmitió la desgracia llamé inmediatamente a la persona que se lo había comunicado. Era incapaz de creer que fuera cierto. Se había ido el gran amor de mi vida».
No volvió a mantener una relación tan profunda desde que el empresario desapareció de su existencia. No quiso enamorarse de nuevo, quizá por el profundo vacío que Rafa dejó en su maltrecho corazón. Y eso que hablamos de un hombre tan independiente que simultaneaba sus quereres. Ninguna le marcó tanto como la sevillana, pero tonteaba con unas y con otras, avalado por su imagen de seductor y sus exquisitas maneras en el trato y en el cara a cara. Mila dejaba para la intimidad sus sentimientos hacia Rafael, pero cuando se refería a él su rostro se iluminaba de inmediato. Incluso llegaba a emocionarse al recordar los felices momentos pasados a su lado.
Hoy, cuando la muerte de Mila le habrá reencontrado con ese hombre en el más allá, me viene a la cabeza la primera vez que la colaboradora de «Sálvame» habló de este amor tan intenso como inseguro. Fue una tarde de mediados de 2012 en el plató de su programa: «He tenido una persona muy especial durante muchos años, he estado muy enamorada de una persona que se llama Rafael. Pero ahora estoy disfrutando, no del enamoramiento, sino del desenamoramiento. Ya no sufro, estoy más tranquila. Rafael y yo estamos en un momento de reposo.
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