“Start-up Nation” da respuesta a cómo un país de reciente creación, rodeado de enemigos, con poco más de 7 millones de habitantes sin recursos naturales y en constante guerra tenga una de las mejores industrias startupiles a nivel mundial. En sus casi 300 páginas, además de darnos una lección de Historia Moderna sobre el Estado de Israel, nos muestra cómo a pesar de las adversidades han aprovechando su idiosincrasia con unas políticas acertadas creando un cóctel perfecto para favorecer la innovación y la creación de startups. Unas lecciones llevadas a través de ejemplos concretos que pueden ser tomadas como casos de éxito tanto para cualquiera que desee emprender, como para políticos que apuesten por la generación de riqueza a través de startups. El libro nos va contando a través de ejemplos cómo a partir de las dificultades han llegado a crear el país con la mayor concentración de startups del mundo.
El resumen del libro se podría concentrar en una sola frase: Si estos tipos lo han hecho, yo puedo hacerlo mucho mejor. Porque, si en Israel lo han conseguido no es porque sean más altos, más guapos y más inteligentes, sino por la perseverancia y el trabajo obstinado a lo largo de muchos años de aquellos que sembraron los fuertes cimientos sobre los que se construye la innovación israelí.
¿Por qué Israel es una "Startup Nation"?
Israel es, probablemente, el país más creativo del mundo, destacando la calidad y la cantidad de desarrollos tecnológicos e inventos per capita. En la actualidad, Israel es una potencia mundial en varias áreas del desarrollo humano.
- Israel posee el mayor porcentaje per capita del mundo de egresados universitarios.
- En proporción a su población, Israel posee el mayor número de compañías start-up del mundo. Es decir, Israel posee una start up cada 1844 habitantes.
- Israel está segunda en el rango de rentabilidad para los fondos de capital, detrás de los Estados Unidos.
- Israel posee la mayor cantidad de científicos y técnicos, y la mayor cantidad de trabajos científicos realizados al año: 109 por cada 10,000 habitantes.
El secreto de este logro tiene varias explicaciones, algunas estrechamente vinculadas a la forma de ver el mundo de la cultura israelí. Para el Nobel de Economía Robert Solow, conocido por sus trabajos sobre la teoría del crecimiento económico, la innovación es la principal fuente de productividad y crecimiento. De acuerdo con los datos oficiales, el porcentaje del PIB destinado a I+D en Israel es del 4,3%, el más alto a nivel global, por delante de países como Finlandia (3,9%) o Corea (3,6%).
Israel es un Estado de apenas 22.000 kilómetros cuadrados y 8,2 millones de habitantes. El Gobierno tiene activos 37 programas-puente con universidades, instituciones de investigación y empresas a los que ayuda con importantes sumas de dinero. Cabe destacar que la financiación de empresas a través de subvenciones se hace a cambio de royalties.
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Factores Clave del Éxito Israelí
Analicemos algunas de las claves que les ha llevado a este éxito. El servicio militar obligatorio, para todos menos para los ortodoxos, genera una conexión entre diferentes personas que de otro modo no hubieran entrado en contacto. Al ser un país pequeño en población - poco más de 7 millones de habitantes - el número de grados de separación entre los ciudadanos no suelen ser muchos, por los que a la hora de llevar a cabo un negocio es más fácil conocer a alguien. Además, que la industria startupil está concentrada en pocos sitios entre los que no hay mucha distancia.
Por otro lado, el hecho que un joven de 24 años se haya enfrentado en el campo de batalla a decisiones de vida o muerte establece una diferencia fundamental con cualquier joven europeo que no ha tenido una experiencia parecida. Con esto no quiero decir que haya que volver a establecer el servicio militar, sino que este servicio les ha dado unas capacidades y responsabilidades que un joven que esté en etapa universitaria en España no tiene por regla general.
Muchos de los jóvenes israelíes después del servicio militar aprovechan para viajar. Decía Neruda que quién no viaja muere lentamente, que en el caso de Israel al estar rodeados de países con los que están en continuas guerras (1948 guerra árabe-israelí, 1965 crisis del Canal de Suez, 1967 guerra de los Seis días, 1973 guerra de Yom Kipur, 1982 guerra del Líbano, posteriormente las diferentes intifadas - la primera de 1987 a 1993, la segunda entre 200-2005, y se habla de una tercera que comenzaría en el 2015) a los que no pueden viajar, ya que algunos de estos países siquiera reconocen a Israel como país,y probablemente debido a ese sentimiento de libertad que se experimenta al viajar, viajan.
Además del servicio militar, y el viajar Israel, es un país que ha crecido gracias a la inmigración, con lo que siempre ha tenido una política de puertas abiertas para poder adquirir valor y conocimiento - tirar muros frente a levantarlos - , el cual lo han plasmado en la creación de Universidades que destacan por su excelencia. Esto unido a la cultura israelí de la perseverancia, da un caldo de cultivo excelente, pero no sólo, ya que sin las políticas que incentivaran la industria estartapil (palabra inventada y que de vez en cuando uso) nunca hubiera sido posible el milagro económico de Israel.
El Programa Yozma
¿Y cuáles son las políticas llevadas a cabo? El principal y el más conocido es el programa Yozma. El programa Yozma empieza con la creación de incubadoras (espacios de trabajo) que proveen capital, apoyo en las gestiones e infraestructuras. La otra pata importante del programa Yozma es la co-inversión en la creación de fondos de capital riesgo por parte del gobierno, al cual el Estado aportaba el 40% y no sólo estaba restringido a inversores nacionales. El éxito que ha tenido el programa Yozma, se tradujo en que en 5 años el gobierno israelí no sólo recuperó la inversión (junto a la creación de puestos de trabajo, impuestos, …) sino que obtuvo un retorno de más del 50%.
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Hoy en día Israel es lo más parecido a la meca de los emprendedores, y en gran parte esto se debe a la abundante disponibilidad de inversión en startups … pero ¿cómo llegaron a este punto? ¿qué podemos aprender en España?. Es muy fácil decir que el éxito del ecosistema de Israel se debe a una hiperabundancia de inversión en startups, algo sin duda crítico (aunque ni mucho menos es lo único, como ya vimos al hablar de la cultura)… pero ¿de donde viene esa capacidad inversora?
Sin duda la presencia de una industria fuerte de capital riesgo es importante… pero lo primero posiblemente sea distinguir de qué estamos hablando realmente cuando nos referimos a capital riesgo y cómo funciona el ciclo de inversión en una startup…. La carencia de una industria de venture capital, así como la de un grupo grande y experimentado de business angels que realmente inviertan en capital “semilla” es uno de los principales obstáculos al desarrollo de un ecosistema emprendedor. En USA, cuando un fondo de venture capital invierte en una compañía esto lleva a la aparición de entre 2 y 6 nuevas startups y la creación de aprox.
Cuando estuve estudiando el ecosistema emprendedor de Israel una de mis obsesiones era comprender cual fue la chispa, el elemento que hizo que Israel se convirtiera en lo que es hoy. Yozma es una de las pocas (algunos dicen que la única) iniciativa de inversión de un gobierno en startups que ha sido rotundamente exitosa. En resumen, sin duda es importante todos los aspectos culturales y demás para la creación de un ecosistema emprendedor, pero como demuestran los números, debe existir inversión inteligente (smart money).
El ejemplo de cómo Israel creó una fuerte industria de Venture Capital ha sido seguido por países como Corea, Dinamarca, Taiwan, Australia o la antigua Checoslovaquia que han intentado emular su éxito.
Lecciones para Otros Países
Aunque está en boca de todos, Israel es un gran desconocido, dejándonos todos llevar por impresiones y datos de segunda mano. Me he propuesto hacer una serie de artículos monográficos sobre los principales aspectos del ecosistema de startups que analicé en mi viaje a Israel, ya que como he dicho creo que tenemos mucho más que ver con Israel como ecosistema emprendedor que con el tan cacareado Silicon Valley.
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Uno de los aspectos que más sorprenden cuando uno viaja a Israel es lo directa y abierta que es la gente, y lo que se enorgullece de su propio país. No se trata de un pueblo que pierda mucho tiempo en formalidades y subterfugios, sino que abordan las cuestiones directamente y sin tapujos. Acostumbrado a la cultura de otros pueblos mucho más dados a cuidar las formas, me ha parecido muy positiva su obsesión por el contenido y desinterés por las formas. Aunque pueda parecer una menudencia, me gustó mucho que todo está rotulado en inglés en todas partes, y casi toda la población es capaz de mantener una conversación en inglés sin muchos problemas… algo extremadamente importante en una economía globalizada.
En Israel no hay grandes extensiones de tierra fértil, ni petróleo, ni otros recursos naturales. Lo que sí hay en abundancia es talento. Y no es gente mejor que la que tenemos en España, simplemente es gente consciente de que o se convierten en una economía del conocimiento o no tienen otras opciones de progresar. Por eso la educación es un elemento clave en el ecosistema emprendedor de Israel, que se distingue por unas universidades muy preparadas, y sobre todo, por un servicio militar que mima la formación de la gente. Me llamó mucho la atención lo bien acopladas que están allí las universidades y las empresas privadas, trabajando al unísono a través de bien engrasadas oficinas de transferencia.
Las startups en Israel florecen por donde quiera uno que mire. Dado que la edad media que la gente termina sus estudios es bastante superior a la española (consecuencia del servicio militar y del año sabático que suelen coger la mayoría de los jóvenes), la madurez que he encontrado en los emprendedores me ha llamado la atención. Dado que su mercado interior es extremadamente pequeño, todas las empresas nacen con vocación global… algo que ha empujado naturalmente a las startups israelitas a la especialización en productos muy escalables y en mercados que puedan atacarse “en remoto”. No hay tampoco que olvidar la proverbial inventiva y enfoque a la I+D del pueblo Israelí, motivo que ha llevado a decenas de grandes multinacionales de la tecnología como Intel, Microsoft o Cisco a abrir centros de I+D en Israel (de hecho es llamativo que Apple está a punto de abrir su primer centro de I+D fuera de USA).
Quizás uno de los elementos más diferenciales del ecosistema Israelí es la superabundancia (al menos en comparación con España) de inversión para Startups a lo largo de todas sus fases. Y por eso, más llamativo todavía es la disponibilidad de inversión para el lanzamiento y creación de ideas (semilla), algo que en España es ciencia ficción y que ayuda a explicar el número de startups que existen (cuanto más inversión y apoyo al principio, más compañías llegan a la siguiente fase). Pero no caigamos en simplismos y tópicos de decir que “los judíos tienen mucho dinero”, ya que es muchísimo más complicada e interesante la explicación.
Posiblemente en este punto encontremos el primer paso que debería dar el gobierno para “arrancar” el ecosistema emprendedor de España, que actualmente avanza a trancas y barrancas y en base sólo a la voluntad y valor de sus integrantes.
Por último discutiremos las políticas y estrategias adoptadas por el gobierno de Israel para ayudar a potenciar a las startups, y que no van en absoluto relacionadas con una hiperabundancia de recursos, sino de un uso inteligente y eficiente de los recursos… ya que en general el gobierno Israelí nunca financia los proyectos al 100%, sino que además de potenciar el papel de la industria y su relación con el sector académico evita protagonismo. Y también descubriremos cómo, en lugar de invertir el dinero público sin demasiado control, exige royalties sobre los resultados de uso, lo que entre otras cosas consigue un retorno a medio-largo plazo que actualmente supone una importante cantidad de los presupuestos de algunas entidades públicas.
También hablaremos sobre la estrategia de incubadoras creada por el gobierno, un aspecto francamente interesante y trasplantable (si lo hacemos bien), y que sirvió para impulsar la reconversión profesional de un segmento importante de la población hace tiempo, así como para formar y apoyar a los emprendedores en sus primeros estadios, que es cuando más lo necesitan.
Principios Rectores del Éxito Israelí
- CONSTRUIR DE ABAJO A ARRIBA: No es buena idea hacer grandes planes sobre qué pasará en el futuro.
- HACER DE LA NECESIDAD VIRTUD: Una nación que carece por su tamaño de mercado local, con un mercado regional hostil y que no posee apenas recursos naturales tiene dos opciones: o se lamentan amargamente de la mala suerte que tiene o hace de la necesidad virtud y explota el principal activo que tiene, el talento, y se esfuerza en construir sobre él.
- PROVOCAR UN “HAMBRE CONTROLADA”: Si hay una constante que he observado durante mi estancia allí es el “hambre”. Y no sólo hablo a nivel de ambición, sino sobre todo a nivel de recursos. Existe disponibilidad amplia de recursos para empezar lo que sea, pero nunca sobran. Da igual donde mires, en las startups o en la universidad, se ha diseñado un sistema que empuja a “buscarse la vida” y conseguir recursos por uno mismo, no cayendo en la autocomplacencia.
Algunos se refieren al ejemplo económico israelí como milagro. El milagro israelí se explica por algunas singularidades del propio país y unas políticas de incentivos bien dirigidas. No obstante, y como todo modelo, se enfrenta a algunos problemas que podrían amenazar esta posición de liderazgo.
La Tierra Santa ha atraído peregrinos durante siglos. En los últimos años también la frecuentan inversores extranjeros con gran potencial. Un total de 80 de las 500 compañías más grandes del globo tienen subsidiarias dedicadas principalmente al I+D allí.
Desafíos y el Futuro
La implicación de la cultura militar también es un rasgo al que alude Aldo (Ami) Levin, ministro-Consejero de Economía e Innovación en la embajada española de Israel, en la entrevista con Silicon News. Haber recibido una educación militar significa ir a combate y estar al mando de equipos de decenas de personas y trabajar con tecnologías valoradas en millones de dólares. Las decisiones de vida o muerte, el trabajo en equipo y el enfrentamiento a grandes retos son el pan de cada día.
Pero a pesar de las ayudas estatales a la creación de empresas, la cultura militar que bebe de disciplina y trabajo en equipo y una proporción de población con estudios superiores que roza el 50%, Israel también sufre del mal que afecta a las principales economías mundiales: la amenaza de escasez del talento. El fervor emprendedor se está ralentizando. Según datos del Centro de Investigación IVC que analiza el ecosistema tecnológico israelí, en 2013, se establecieron en el país 540 startups, por debajo de las 618 de 2012. El número de transacciones también ha caído en los últimos tres años, aunque el valor de cada una de ellas se ha multiplicado. Esto es, hay menos movimiento inversor, aunque de más peso.
¿Qué ocurre con estas compañías una vez son adquiridas por gigantes del otro lado del charco? Este fenómeno, al que hacía alusión Reuters recientemente, también preocupa a Levin. “Muchos jóvenes crean sus empresas con la idea de que sean adquiridas por otras y marcharse del país”, lamenta. “Sólo el I+D se mantiene aquí, ni ventas, ni logística.
A pesar de tener todos los componentes para el éxito, Israel necesita de una política capaz retener el talento propio, de cultivarlo y dejarlo crecer. Es el momento de hacerlo.