Teoría Participativa del Liderazgo: Ejemplos y Aplicación

Hoy día vivimos en entornos donde las expectativas y demandas cambian a gran velocidad. Este concepto de liderazgo situacional es una forma de liderazgo adaptable y flexible que termina con la visión de un único modelo de gestión.

Orígenes y Fundamentos del Liderazgo Situacional

El origen de este liderazgo comenzó con el Modelo de Paul Hersey (científico y empresario) y Ken Blanchard (escritor y especialista en management). Estos dos autores son reconocidos como los padres de la teoría del liderazgo situacional (1967). Según nos dice esta teoría, los líderes tienen que centrarse en uno de los diferentes estilos de liderazgos que existen.

A su vez, la teoría del liderazgo situacional afirma que no existe un estilo de liderazgo mejor que otro, sino que el éxito de cada estilo de liderazgo dependerá de las circunstancias a las que se amolde. Esta elección dependerá del grado de madurez o disposición de sus empleados, es decir, las ganas de superación y habilidades en el desempeño de las tareas.

Así pues, la teoría del liderazgo de Hersey y Blanchard no sostiene que haya que mantener un modelo estático de liderazgo, sino que el estilo de liderazgo ha de ser flexible y escoger el mejor que se adapte a la situación de cada equipo de trabajo y empresa. Por ejemplo, si los trabajadores son muy experimentados y llevan años en la empresa (son maduros), el mejor modelo de liderazgo será uno en la que no necesiten de mucha guía, ni supervisión ni intervenciones no pedidas.

El modelo de liderazgo situacional, formulado inicialmente por Paul Hersey y Ken Blanchard en los años 60, surgió como respuesta a las limitaciones de los enfoques directivos unidimensionales predominantes en aquella época. Este modelo parte de la observación de que los equipos responden de manera diferente según su experiencia, competencia y compromiso con las tareas asignadas. El enfoque situacional transforma la visión tradicional y rígida de la dirección, proponiendo un paradigma dinámico donde la flexibilidad se convierte en la piedra angular de una gestión exitosa.

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Estilos de Liderazgo Situacional

Partiendo de los dos modelos directivos anteriormente nombrados, podemos añadir que en el liderazgo situacional se ramifica en cuatro modelos, que van en sincronía a los niveles de desarrollo de los empleados: directivo, persuasivo, participativo y delegado.

  • Directivo: Se diferencia principalmente por la alta preocupación por las tareas. El líder se responsabiliza de la toma de decisiones estableciendo el qué, cuándo y cómo. De otra forma, los empleados tendría una alta sensación de temor y desconcierto.
  • Persuasivo: Aunque el líder establece roles y tareas, comienza a solicitar feedback al equipo premiando también sus logros. Es un estilo de liderazgo orientado tanto a la relación líder-empleado como a las tareas y sus resultados, por lo que el líder intenta vender sus instrucciones en forma de ideas persuasivas al grupo explicando directivas.
  • Participativo: Se caracteriza por un alto interés en las relaciones y personas, dejando en un segundo plano el control de tareas y sus resultados. Es el líder el encargado de evaluar y detectar el talento, delegando tareas a su equipo.
  • Delegado: Dentro de la teoría del liderazgo situacional, el modelo de liderazgo delegador es el que establece el máximo nivel de autonomía para los trabajadores.

Es de suma importancia saber elegir el modelo adecuado para despertar la confianza y el interés de tu equipo, fomentando así el desarrollo profesional dentro de la empresa.

Estilo Directivo

El estilo directivo se caracteriza por un alto enfoque en las tareas y bajo en las relaciones. La aplicación de este estilo implica ofrecer directrices específicas sobre qué hacer y cómo hacerlo, estableciendo expectativas precisas y plazos concretos. Aquí, el líder proporciona directrices detalladas y supervisa de cerca a sus colaboradores. Este estilo es más apropiado cuando los empleados tienen un bajo nivel de competencia en la tarea asignada.

Aplicación práctica: La responsable del departamento establece reuniones diarias breves donde proporciona instrucciones específicas sobre las tareas a realizar, las metodologías a seguir y los estándares de calidad esperados. Define plazos concretos para cada entregable y realiza revisiones detalladas del trabajo, señalando áreas de mejora con explicaciones paso a paso.

Estilo Persuasivo

El estilo persuasivo combina un alto enfoque tanto en tareas como en relaciones. Este enfoque resulta apropiado para personas empleadas que, aun teniendo cierto conocimiento y experiencia, necesitan todavía dirección y refuerzo para consolidar sus competencias. En este enfoque, el líder sigue brindando dirección, pero también motiva y anima a sus empleados, desarrollando su compromiso.

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Aplicación práctica: Su responsable mantiene reuniones semanales donde combina orientación técnica específica con conversaciones motivacionales. Le asigna proyectos desafiantes pero alcanzables, explicando detalladamente la relevancia del trabajo y reconociendo sus aportaciones previas.

Estilo Participativo

El estilo participativo reduce el enfoque en las tareas mientras mantiene alta la orientación hacia las relaciones. Este enfoque resulta idóneo para personas que poseen las competencias técnicas necesarias, pero pueden carecer de confianza o motivación para ejecutarlas de forma autónoma. Este estilo es colaborativo; el líder solicita la participación de los empleados en la toma de decisiones.

Aplicación práctica: En la fase inicial, la persona responsable proporciona formación estructurada y guías detalladas sobre el nuevo sistema. Conforme avanza la implementación, organiza sesiones de resolución colaborativa de problemas donde aprovecha el conocimiento contable del equipo mientras guía los aspectos técnicos.

Estilo Delegativo

El estilo delegativo presenta bajo enfoque tanto en tareas como en relaciones directas. Este enfoque resulta apropiado para profesionales que han alcanzado un alto nivel de competencia técnica y compromiso, siendo capaces de trabajar con autonomía y asumiendo responsabilidad sobre sus resultados. Aquí, el líder otorga autonomía a los equipos para tomar decisiones y resolver problemas.

Ejemplos Prácticos del Liderazgo Situacional

Ejemplo 1: Estilo Directivo

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Imaginemos un escenario en una fábrica donde se han contratado a varios empleados recién graduados que tienen poca experiencia en el área. El líder, en este caso, adoptaría un estilo directivo, mostrando una gran preocupación por las tareas y tomando decisiones de manera autoritaria. Para ello, sería claro y específico al dar instrucciones, estableciendo qué se debe hacer, cuándo y cómo hacerlo.

Ejemplo 2: Estilo Persuasivo

Consideremos un entorno laboral en una empresa de marketing. Los empleados tienen un nivel de madurez moderada y no están muy motivados en su trabajo. Este presenta sus ideas y directivas de manera persuasiva, explicando el por qué de las instrucciones y buscando el feedback del equipo. Además, reconoce y premia los logros de los empleados para fomentar su motivación.

Ejemplo 3: Estilo Participativo

Para este ejemplo, hablaremos de un equipo de desarrollo de software compuesto por empleados con un nivel de madurez alta. El líder, adoptando un estilo participativo, fomenta la colaboración y la participación activa de los empleados en la toma de decisiones y la planificación de tareas. De esta forma, se establece un ambiente de confianza y se valora la opinión de cada miembro del equipo.

Ejemplo 4: Estilo Delegativo

El líder, adoptando un estilo delegador, otorga a cada diseñador la libertad para tomar decisiones y gestionar sus propias tareas. El líder establece metas claras y proporciona los recursos necesarios, pero no interviene en los detalles operativos.

Diagnóstico del Nivel de Desarrollo

La evaluación precisa del nivel de madurez o desarrollo constituye el punto de partida para la aplicación efectiva del liderazgo situacional. Esta madurez se compone fundamentalmente de dos dimensiones: la competencia técnica (conocimientos y habilidades) y el compromiso psicológico (motivación y confianza). Para realizar una evaluación efectiva, los responsables deben considerar aspectos como la experiencia previa en tareas similares, el conocimiento técnico demostrado, la capacidad para resolver problemas independientemente y la actitud hacia las responsabilidades asignadas.

La clave para diagnosticar es centrarse en dos factores: habilidades y motivación. Las habilidades son la suma de conocimientos y experiencia que un individuo aporta a una meta o tarea. La mejor manera de determinar el nivel de habilidad es observar el desempeño de una persona. Hace falta prestar atención a cómo planifica, organiza, resuelve problemas y se comunica. La clave es averiguar si es capaz de lograr el objetivo establecido con precisión y a tiempo. El segundo factor a tener en cuenta al diagnosticar el nivel de desarrollo de un empleado es la motivación.

Ventajas del Liderazgo Situacional

Los beneficios del liderazgo situacional son múltiples y significativos tanto para el líder como para sus seguidores:

  • Permite al líder adaptarse a diversas situaciones y personas en el entorno laboral, evitando la rigidez y promoviendo la agilidad en la toma de decisiones.
  • Al proporcionar el nivel adecuado de dirección y apoyo, el líder situacional estimula el crecimiento y la autonomía de sus colaboradores, fomentando su motivación y confianza en sí mismos.
  • Al establecer una relación dinámica y receptiva, el líder situacional promueve la apertura y el intercambio constructivo de ideas, fortaleciendo así la confianza y compromiso dentro del equipo.
  • Al adaptar su liderazgo a las necesidades individuales y grupales, el líder situacional maximiza el potencial de su equipo, impulsando la eficiencia y el logro de resultados óptimos.
  • Enfoque individualizado en los miembros del equipo: este modelo ajusta el estilo de liderazgo según las características y necesidades de cada miembro del equipo, asegurando que todos reciban la atención y el apoyo que requieren para desarrollarse.
  • Método sencillo y adaptable: la teoría situacional valora el ritmo dinámico y cambiante del entorno laboral, lo que permite que los líderes se ajusten fácilmente a nuevas circunstancias y desafíos sin dificultad.
  • Impulsa la productividad del equipo: al comprender las habilidades, fortalezas y debilidades de cada miembro, los líderes situacionales pueden motivar mejor a sus colaboradores, optimizando el rendimiento individual y colectivo.

Flexibilidad y Adaptación Constante

El liderazgo situacional requiere una gran capacidad de adaptación. Los líderes deben ser flexibles, ajustando constantemente su enfoque para responder a los cambios en las circunstancias y el desarrollo del equipo. Un líder en una empresa tecnológica, por ejemplo, puede comenzar usando un enfoque participativo con un grupo de desarrolladores experimentados. Sin embargo, a medida que el equipo enfrenta nuevos desafíos o adopta nuevas tecnologías, el líder puede necesitar volver temporalmente a un estilo más directivo para proporcionar claridad y asistencia durante la transición.

La implementación efectiva del modelo situacional requiere no solo identificar el estilo apropiado para el momento actual, sino también planificar la evolución futura. Esta transición debe ser gradual y consciente, evitando cambios bruscos que puedan generar confusión o inseguridad.

Liderazgo Situacional en la Transformación Organizacional

El liderazgo situacional ofrece un marco particularmente valioso en contextos de transformación organizacional. Durante los procesos de cambio, los niveles de competencia y compromiso pueden fluctuar significativamente, requiriendo una adaptación constante del estilo directivo.

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