Tomás San Agustín: Un Legado Empresarial

La figura de Tomás San Agustín se entrelaza con la historia económica y social de Canarias y España, dejando un legado que perdura a través de generaciones. A continuación, exploramos algunos aspectos clave de su vida y su impacto en el mundo empresarial.

Manuel Agustín Heredia: Un Precursor

Para entender el contexto en el que se desarrolla la trayectoria de Tomás San Agustín, es importante mencionar a Manuel Agustín Heredia, considerado por muchos como el "primer capitalista español".

En 1833, Heredia fundó en Málaga la fábrica La Constancia, dedicada a la ferrería. En ella encontraron trabajo cientos de malagueños, muchos de ellos pertenecientes a la etnia gitana. Convencido de que el éxito de la fábrica pasaba por el adiestramiento de sus trabajadores en las técnicas de laminación del hierro, don Manuel Agustín se propuso enviar a Inglaterra a un grupo muy nutrido de esos empleados calés para que adquirieran esos conocimientos y posteriormente los aplicaran en La Constancia.

El problema, sin embargo, es que estos carecían de papeles y por lo tanto no podían viajar, de modo que el empresario preparó a cada uno de ellos proporcionándoles su propio apellido. Así, cientos de nuevos 'Heredia' viajaron al extranjero para formarse asimilando el apellido del patrón y, con ese gesto, sus hijos y sus descendientes. De ahí que, aún hoy, muchos digan que son 'parientes' de don Manuel Agustín.

Más allá de esta anécdota, la importancia de don Manuel Agustín Heredia fue muchísimo más allá. Su visión para los negocios y un espíritu emprendedor sin precedentes lo colocaron en un puñado de décadas en el olimpo de cuantos hombres de negocios había en la España de la época.

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Heredia llegó a Vélez Málaga a los 15 años, donde fue empleado en un negocio de ultramarinos y comenzó a aprender los secretos del comercio hasta el punto de que aquel establecimiento que sólo acumulada pérdidas pasó a las ganancias en apenas un año.

Una vez asentado ese éxito, don Manuel Agustín consiguió ascender un escalón, esta vez en lo social, cuando se casó con Isabel Livermore Salas, cuñada del marqués de Salamanca e hija de otro ilustre comerciante inglés, Tomás Livermore Page. Las crónicas de la época la recuerdan como una de las más espectaculares y pomposas de cuantas bodas se celebraron ese año (1813) en la Iglesia de Santiago de la capital -128 en total según los registros históricos del templo.

Durante la década posterior tuvo lugar el ascenso económico y social de Manuel Agustín Heredia. El abastecimiento a las prisiones del Norte de África, el suministro de tabaco al Estado o la incorporación a los negocios de fábrica de azúcar que comenzaban a poblar la costa malagueña fueron algunos de sus puntos de partida para dar el salto definitivo al olimpo de los negocios.

Sin embargo, sería en el sector industrial donde este emprendedor riojano destacaría de manera definitiva. Lo hizo primero en el sector de la siderurgia y en la zona de Marbella, donde construyó en 1826 una ferrería llamada La Concepción en Marbella, cuyos restos aún se conservan hoy y que llegó a abastecer de hierro a toda España.

Pero este industrial participó en muchos otros negocios más allá de las ferrerías: además de hacer préstamos gracias a su fortuna, fue el primer accionista de las sociedades de Seguros Marítimos Unión Malagueña y de Seguros Mutuos contra Incendios, creó la Sociedad de Vapores de Málaga que cubría la línea Cádiz-Marsella, fue uno de los fundadores del Banco de Isabel II -de hecho la reina lo nombró senador pocos meses antes de morir- y contribuyó, en fin, a la creación de la Industria Malagueña, la fábrica de hilados y tejidos de algodón, lino y cáñamo que surgió de la asociación con los hermanos Pablo y Martín Larios y que dio empleo a más de 1.400 personas, en su mayoría mujeres.

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La medida de su fortuna se conoció cuando llegó la hora de hacer testamento: él y su mujer Isabel testaron en febrero de 1846, y cuando un año más tarde se hace el inventario de los bienes a la muerte del industrial el legado es prodigioso. Los albaceas anotaron, entre otras muchas propiedades, un capital de más de 60 millones de reales, además de una imponente flota de barcos que superaba ampliamente la docena.

Aquel legado material pasó a manos de sus hijos -doce en total, aunque cinco de ellos murieron durante la niñez-, y en Málaga quedó para siempre esa otra huella impagable del que para muchos fue el primer empresario moderno de su época.

Tomás Hernández Pulido: Consolidación en la Prensa Canaria

Otro nombre importante en el ámbito empresarial canario es Tomás Hernández Pulido, exconsejero-delegado de Editorial Prensa Canaria, quien falleció a los 95 años en Las Palmas de Gran Canaria. La muerte de Tomaso, como se le denominaba con respeto, rubrica uno de los más capítulos fundamentales de la historia de la prensa en Canarias.

El gestor forjado a la sombra de Matías Vega Guerra, dirigió la consolidación en la segunda etapa de LA PROVINCIA en los años 60 del siglo pasado como periódico de referencia regional, de la mano del empresario y entonces presidente del Cabildo.

Tomás Hernández Pulido, con estudios mercantiles, fue funcionario del Cabildo de Gran Canaria, donde se convirtió bien joven en una de las personas de confianza del entonces presidente Matías Vega, del que ejerció como secretario y hombre de confianza hasta el último momento. En esos inicios profesionales era la persona que grababa sus discursos con un magnetófono, ganándose el respeto de quien ha sido unos de los presidentes insulares más reconocidos de la historia, recuerda Juan Francisco Fonte, periodista jubilado, con el que coincidió en los medios de Prensa Canaria.

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Cuando se hizo con Prensa Canaria, Matías Vega lo escogió para que llevara sus riendas económicas y de gestión de sus medios de comunicación.

Juan Marrero Portugués, en su libro La historia de un milagro. La Caja Insular de Ahorros, recuerda que «Cuando don Matías cesa en 1962 como presidente del Cabildo y por tanto de la Caja Insular, y se ausenta de Las Palmas para hacerse cargo del Gobierno Civil de Barcelona y posteriormente de la Embajada de Venezuela, deja al frente de sus dos obras preferidas a dos jóvenes profesionales, como hombres de confianza, que son recibidos con el beneplácito de toda la ciudad de Las Palmas. A Tomás Hernández Pulido como administrador único de Prensa Canaria.

«Dos hitosEl periódico y el banco marcaron «dos hitos en aquellos años difíciles y opacos, que despegaron en consideración a Gran Canaria del resto de las islas del Archipiélago. Gran canaria tenía su propio banco y un moderno periódico matutino, único en España».

Antonio Cruz Domínguez, narra en su libro La Provincia. Periódico centenario (1911-2011), que «Entre los años 1955 y 1966, Editorial Prensa Canaria S. A. se consolidó como empresa periodística líder en el Archipiélago, en la que es figura clave su joven director-gerente Tomás Hernández Pulido, que no solo dio como fruto la consolidación de la editorial, sino que, años más tarde, convirtió a La Provincia en el periódico líder indiscutible de toda la región canaria».

En 1978 Tomás Hernández Pulido negoció la venta de Prensa Canaria con el entonces joven empresario Javier Moll de Miguel, que de aquella inicial Prensa Canaria, que contaba con dos rotativos, matutino y vespertino, ha forjado hasta la actualidad Prensa Ibérica, que agrupa a 22 diarios, 10 semanarios y revistas; 50 portales digitales y 60 publicaciones corporativas, entre otros negocios nacionales e internacionales.

La música y la lectura le acompañaron, así como hijos y nietos, en su ancianidad, en su domicilio de la Avenida Marítima, de Las Palmas de Gran Canaria.

La Familia Del Castillo: Un Legado Turístico y Financiero

La familia Del Castillo también ha tenido un papel fundamental en el desarrollo económico de Canarias, especialmente en el sector turístico y financiero.

El promotor de aquella iniciativa, decisiva en el desarrollo posterior de Gran Canaria y, en general, del archipiélago en su conjunto, fue Alejandro del Castillo y del Castillo, octavo conde de la Vega Grande.

Hoy, la familia Del Castillo sigue ocupando un lugar clave en el entramado político y, sobre todo, económico de las islas. Pero también a nivel nacional, donde lleva desempeñando desde hace años un papel protagonista en el mundo de la inversión y el capital privado.

Con un patrimonio valorado en algo más de 200 millones de euros, la de Pedro Agustín del Castillo está considerada una de las cinco mayores fortunas de Canarias. Primo del actual conde, Fernando del Castillo, y nieto del mencionado Alejandro del Castillo y del Castillo, la labor empresarial de Pedro Agustín del Castillo en los últimos años ha estado en gran medida vinculada a su posición como presidente de Binter, cargo que desempeñó desde 2002 y hasta su renuncia el pasado junio.

Binter, creada por Iberia, fue adquirida en 2002 por un grupo de empresarios canarios, con la familia Del Castillo a la cabeza, por 52,6 millones de euros. Y, desde entonces, se ha consolidado como una de las aerolíneas más sólidas del mercado español, lo que le ha permitido en los últimos años lanzar un ambicioso plan de expansión de rutas.

Financiero de profesión, formó parte de la histórica firma de inversión Ibersuizas, en representación de la cual se sentó en el consejo de FCC. Más recientemente, también formó parte del consejo de Natra, a través ya de Casticapital, el 'family office' que fundó para profesionalizar la gestión de sus inversiones.

Pese a la presencia de Domingo Santana al frente de las inversiones del 'family office', quienes le conocen aseguran que Pedro Agustín del Castillo siempre ha llevado un control muy cercano de los distintos movimientos de Casticapital, que hoy cuenta con una cartera muy diversificada de inversiones.

No es difícil trazar un hilo histórico entre el sesgo actual de la cartera de Casticapital hacia la tecnología y sus ancestros, varios de los cuales han pasado a la historia por su interés por las últimas innovaciones que surgían en Europa, que, en muchas ocasiones, se encargaron de introducir en Canarias.

Mucho más evidente es el nexo entre los orígenes familiares y los actuales intereses turísticos de la familia Del Castillo. Y no solo por ser los impulsores del desarrollo de Maspalomas, sino porque desde mucho antes el condado de la Vega se había involucrado en la construcción del Hotel Santa Catalina, ya a finales del siglo XIX.

Hoy en día, la familia controla el 50% del campo de golf de Maspalomas y varios suelos en zonas turísticas de alto valor.

La huella histórica en la economía de la familia Del Castillo resulta indiscutible, pero también su relevancia más reciente, participando en operaciones de cierta entidad, como la compra por parte de Casticapital de la sede histórica de BBVA en la madrileña calle Alcalá, en el año 2010, y su posterior venta por 23 millones de euros a Prosegur, en una operación cerrada en 2017.

Todos estos cargos y responsabilidades no son más que la continuación de una influencia económica con varios siglos de historia y que la familia Del Castillo no renuncia a seguir estirando.

'Ensalza siempre la vida. La honra si no se olvida', reza el lema del escudo de la familia Del Castillo. Lo cierto es que, casi 250 años después de la concesión del título del condado de la Vega Grande, su apellido parece lejos de caer en el olvido en el ámbito económico canario y nacional.

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